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Sábado, 28 de septiembre de 2024 Iniciar Sesión Suscríbase

Las veteranas fragatas F-80 siguen siendo un gran activo para la Armada

Espectacular imagen de las 4 F-80 participantes en el ejercicio MAR24-2, en primer plano la “Numancia”. (foto Armada)
Espectacular imagen de las 4 F-80 participantes en el ejercicio MAR24-2, en primer plano la “Numancia”. (foto Armada)

Cuatro de las veteranas fragatas de la clase Santa María o F-80 de la Armada española están realizando un ejercicio de guerra de superficie estos días en aguas del Golfo de Cádiz, el denominado MAR24-2.

Estos cuatro navíos, la “Santa María” (F-81), la “Victoria” (F-82), la “Numancia” (F-83); y la “Navarra” (F-85), conforman el grueso de los buques de la denominada 41ª Escuadrilla de Escoltas que, con sede en la base aeronaval de Rota (Cádiz), opera las 6 fragatas F-80 construidas.

En los años setenta, el entonces Ministerio de Marina decidió dotarse de una serie de navíos de escolta, en aquel contexto de la Guerra Fría, que tuviesen una alta capacidad de guerra antisubmarina o Anti Submarine Warfare (ASW), eligiéndose el diseño de los norteamericanos Oliver H. Perry que dotaban a la Marina de los Estados Unidos o US Navy.

Así, tras aprobar su construcción el Gobierno de España en 1977, entre 1986 y 1990 el astillero de la Empresa Nacional Bazán (actualmente Navantia) de Ferrol entregó las cuatro primeras, posteriormente, en 1994 en la misma instalación se entregaban las dos últimas fragatas F-80, con algunas mejoras respecto a las iniciales.

Vista de una de las fragatas F-80 en la que se aprecia el montaje artillero automático Oto Melara (ahora Leonardo) de 76,2 mm. (foto Armada)

Actualmente, hasta la puesta en marcha de sus sucesoras, las F-110, las 6 unidades de la 41ª Escuadrilla de Escoltas constituyen una parte fundamental de la capacidad de protección de la Armada, que completan las 5 más modernas F-100/F-105. Así, su principal misión es la protección de grupos de combate o grupos anfibios, dada su capacidades de combate, incluidas las referidas ASW.

Además, estos navíos han asumido todo tipo de roles, como la protección al tráfico comercial, interdicción marítima, servir de paraguas en la defensa aérea territorial y en la vigilancia y escolta en teatros de operaciones internacionales, como la operación Atalanta.

En las maniobras navales MAR24-2 son apoyadas por un Buque de Aprovisionamiento en Combate (BAC), según ha informado la Armada en sus redes sociales. También por este canal hemos visto y oído al jefe de operaciones de la 41ª Escuadrilla, teniente de navío Pablo Martínez Tuchao, explicando que el MAR24-2 está poniendo su énfasis en la lucha contra medios no tripulados, tanto navales como aéreos y en superficie.

Este tipo de ejercicios de alta intensidad son fundamentales para poner a prueba los complejos sistemas navales, las fragatas y sus dotaciones, en el amplio campo de roles enumerados. Además, al operar de forma integrada, refuerzan su capacidad de control naval para poder detectar las amenazas convencionales y asimétricas, y de ser necesario suprimirlas.

En enero de este mismo año, la Armada planificó y ejecutó completamente la primera fase de MAR23-1. En aquel supuesto táctico se contó con la presencia de las F-80: “Santa María”, “Numancia”, “Reina Sofía” y “Navarra”, que en el habitual escenario septentrional de España de las aguas del Golfo de Cádiz (Atlántico) y las del cercano Mar de Alborán (Mediterráneo), pusieron a prueba su capacidad de combate frente un amplio espectro de amenazas en este adiestramiento avanzado, planeado y ejecutado bajo las órdenes de la Flota. (Julio Maíz)


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