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Entrevistamos al Teniente general José María Salom, director general del INTA

Revista Defensa nº 492, abril 2019, Juan Pons

El teniente general del Ejército del Aire José María Salom es el director general del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), uno de los ocho OPI (Organismo Público de Investigación) existentes en España y el único adscrito al Ministerio de Defensa. Dirige un colectivo de aproximadamente 2.000 personas entre científicos, ingenieros, militares, técnicos y personal administrativo, con un presupuesto que se eleva a cerca de 190 millones de euros. Estos recursos permiten la ejecución de alrededor de 400 proyectos de I+D y de prestación de servicios tecnológicos, de los que 31 son  subvencionados en el marco de la cooperación europea y 55 en el ámbito nacional.

Defensa: Han pasado tres años desde que se produjo la integración en el INTA de los otros centros tecnológicos de Defensa ¿Cuáles son las enseñanzas extraídas?

Teniente General José María Salom: Estamos metidos de lleno en el proceso de mejora de nuestra organización interna para adaptarla a la realidad que ya tenemos a las puertas. Es evidente que debemos prestar servicios tecnológicos a las empresas y que tenemos que estar en estrecho contacto con el tejido industrial nacional. Nuestros proyectos y actividades deben contemplarse desde el punto de vista del interés estratégico nacional. Al igual que ocurre en otros centros semejantes existentes en el resto del mundo, parece razonable que el INTA oriente sus principales actividades hacia grandes proyectos estratégicos. Eso es lo que reflejamos en el nuevo Plan Estratégico 2020-24 que estamos ultimando

Defensa: ¿Sobre qué pilares se asienta el INTA?

TGJMS: Tenemos cuatro pilares a modo de ejes transversales, que son la ciencia, la tecnología, los servicios en beneficio de la sociedad y los que cubren y respaldan las demandas de la Administración General del Estado, principalmente del Ministerio de Defensa. A lo anterior se añade reforzar la internacionalización de nuestras actividades y proyectos, así como incrementar la cooperación con el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), la Dirección General de Armamento y Material (DGAM) y el Ministerio de Fomento, con los que ya tenemos una excelente relación.

Defensa: ¿Algún pilar merece más atención que otro?

TGJMS: La vocación del Instituto es la investigación. Somos un instrumento del Estado y el único estrechamente vinculado con los ámbitos de la defensa y la seguridad. Es por eso que en el campo de la investigación contemplamos tres grandes áreas de actuación. La primera pasa por poner en marcha proyectos de investigación propios del INTA. Mi objetivo es reforzar este campo de actividad, para que de una forma permanente siempre estemos embarcados en un número significativo de grandes proyectos propios de investigación científica. En segundo término, tenemos que estar presentes en muchas iniciativas de ámbito nacional. En tercer lugar, formar parte de proyectos de investigación europeos de gran exigencia, como ya ocurre. En estos momentos participamos en cerca de 30 proyectos europeos y en más de 50 del Plan Nacional de Investigación, tanto aeronáuticos como espaciales y de otra índole.

foto: La sede de “La Marañosa” está centrada en I+D e ingeniería de plataformas y sistemas terrestres.

Defensa: ¿Es cierto que el ámbito espacial es una de las fortalezas del INTA?

TGJMS: Totalmente. Tenemos cerca de 500 personas dedicadas al espacio, un volumen de personal y de conocimiento que no existe en ninguna otra entidad de España. Participamos en muchas misiones de la Agencia Espacial Europea (ESA), estamos asociados con la NASA a través del Centro de Astrobiología (CAB), operamos cuatro estaciones de seguimiento y varias docenas de antenas que prestan servicio a la ESA, la NASA y a otras agencias espaciales, por ejemplo, la JAXA japonesa.

Defensa: ¿Hacia dónde se orienta el futuro de los satélites?

TGJMS: Se encamina hacia constelaciones de pequeños ingenios espaciales. Lo que antes asumía un satélite grande, costoso y de muchas toneladas, ahora lo pueden llevar a cabo varias pequeñas plataformas, que intercambian información y datos entre si y vuelan en formación.

Defensa: ¿Qué ventajas presentan esas constelaciones de pequeños satélites?

TGJMS: Que son muchísimo más baratas. Su posicionamiento en orbitas bajas en las que permanecen uno o dos años permite que su lanzamiento al espacio no requiera de potentes lanzadores. Al final de su vida operativa reentran en la atmósfera terrestre y se autodestruyen, con lo cual no generan lo que llamamos basura espacial. Y no solo sustituirán en muchas misiones a los grandes satélites, sino que también generarán nuevos servicios de aplicación a la seguridad, el medio ambiente o al Internet de las cosas basados en constelaciones de centenares de satélites, los llamados enjambres.

Defensa: ¿También tendrán sus inconvenientes?

TGJMS: Por supuesto. Su reposición en el espacio exige continuos lanzamientos y eso conlleva riesgos. Además, hay que miniaturizar los componentes, equipos y subsistemas que llevan a bordo los satélites, lo que siempre resulta complicado. Pero la enorme ventaja es que se pueden incorporar mejoras tecnológicas de modo continuo, algo que con los actuales satélites es solo posible al cabo de muchos años. Por ejemplo, en comunicaciones, la vida operativa de los grandes satélites actuales se acerca a los 15 años.

Defensa: ¿El INTA tiene alguna iniciativa relacionada con ese tipo de constelaciones?

TGJMS: Para nosotros más que una iniciativa es una gran línea estratégica. El primer programa que hemos puesto en marcha es Anser, un proyecto multidisciplinar de constelación que conlleva trabajar en varias líneas de I+D y que inicialmente constará de 3 nanosatélites que volarán en formación, intercomunicarán entre sí, pero cada cual cumplirá una misión específica. Inicialmente se llevará a cabo una misión piloto de observación de la Tierra, que sirva de elemento demostrador tanto a nivel de reparto de la carga útil como de plataforma, lo que exige disponer de un sistema de control de vuelo en formación de altísima precisión.

Defensa: ¿Están ayudando a que PLD pueda efectuar el vuelo inaugural de su microlanzador “Miura 1”?

TGJMS: Colaboramos con PLD para que el éxito del vuelo inaugural del Miura 1, su primer cohete suborbital. En un primer momento consideramos el despegue desde El Arenosillo, donde realizaremos toda la expe­rimentación. Pero junto con PLD hemos llegado a la conclusión que la mejor opción es despegar desde Médano del Loro, un polígono de tiro del Ejército que está muy próximo y que nos ofrece la mejor cobertura para el seguimiento de un vuelo que debe alcanzar los 120 km. de altura.

Defensa: ¿El Arenosillo o Médano del Loro son aptos para vuelos de microlanzadores que alcancen mayores alturas, como puede ser el futuro “Miura 5” de PLD?

TGJMS: Posicionar satélites en órbitas más altas nos exige buscar otras localizaciones. La zona de Canarias sería una zona óptima, principalmente las islas de El Hierro o La Gomera, que son las más occidentales. Otras opciones pasan por realizar los despegues desde plataformas marítimas, que ya cuenta con antecedentes.

Defensa: ¿Se contempla algún gran proyecto en el marco de los lanzadores espaciales?

TGJMS: Estamos trabajando en un pequeño lanzador disparado desde un avión de combate del tipo EF-18 o Eurofighter 2000, que debe ser capaz de alojar nanosatélites de hasta 10 o 20 kg. y colocarlos en órbitas bajas. Lo hemos denominado Pilum. Es un proyecto de I+D de enorme interés, que puede ser de gran utilidad para el Ministerio de Defensa. Por ejemplo, para establecer comunicaciones inmediatas y seguras sobre un determinado teatro de operaciones en un área de África o Asia que no disponga de las adecuadas infraestructuras terrestres.

Defensa: ¿Participan en el “Pilum” empresas y universidades y en qué estado está?

TGJMS: Para nosotros es un proyecto estratégico de I+D que está en fase de viabilidad y para el cual estamos a la búsqueda de financiación. Nos va a permitir desarrollar tecnologías duales en los campos de navegación, propulsión, telemetría, aerodinámica, simulación y seguimiento radárico. Contamos con la colaboración de empresas y universidades españolas, entre las que se encuentran Escribano M&E y Sener, que capitanean el proyecto desde el plano industrial, junto con la Universidad Politécnica de Madrid, entre otras. Queremos disponer de capacidad aérea para colocar un satélite en órbita baja, cuando y donde se quiera.

foto: Se llevan a cabo los ensayos de las estructuras que la industria española fabrica para los lanzadores “Ariane 5” y futuro “Ariane 6”.

Defensa: ¿Cómo marcha la construcción y entrada en servicio del Centro de Respaldo de Monitorización de la Seguridad de “Galileo”, el GPS europeo?

TGJMS: Galileo, la alternativa europea al sistema GPS norteamericano, es un gran proyecto que resulta crucial para el presente y el futuro del INTA. La Agencia Europea de Navegación por Satélite (GSA) aceptó el compromiso español de trasladar el Centro de Respaldo de la Seguridad al campus de La Marañosa, cuyo edificio provisional ‒que cuenta con una magnifica y enorme jaula de Faraday ya tenemos acabado y entregado. Estamos llevando a cabo el proyecto del edificio definitivo, con lo cual albergaremos dos centros: el de Servicios, que es el interfaz del programa con los usuarios y que se encuentra en el campus INTA-Torrejón; y el de Respaldo de la Seguridad, en La Marañosa.

Defensa: ¿Cuáles son sus responsabilidades en “Galileo PRS”?

GJMS: El INTA es la autoridad nacional responsable del Servicio Público Regulado (PRS) de Galileo y rinde cuentas ante la GSA, que, al igual que la Comisión Europea y la ESA, ha descubierto nuestro potencial, por lo que no podemos descartar que nos asignen nuevas  responsabilidades.

Defensa: ¿Qué importancia se concede a la aeronáutica?

TGJMS: En el ámbito aeronáutico somos la autoridad de certificación técnica del Ministerio de Defensa, tanto en aeronaves y misiles, como en todo lo que suponga mejoras o modificaciones sobre los mismos. Con nuestra acreditación, la autoridad de aeronavegabilidad española o de cualquier otro país con el que tengamos suscrito un acuerdo concede automáticamente su certificación oficial. Uno de nuestros principales proyectos aeronáuticos es el avión Fenyx, nuestra futura plataforma aérea de investigación. El proyecto se cofinanciará a través de los Presupuestos Generales del Estado y de los fondos FEDER, que asumen la mayor parte del esfuerzo. Su adquisición se realizará mediante concurso público, lo que nos permitirá reemplazar a los 2 C212 Aviocar, que se encuentran ya en la etapa final de su vida útil. Fenyx será de mayores dimensiones y capacidad de carga que la suma de los dos que vamos a relevar.

Defensa: ¿Tienen algún trabajo en marcha en el campo de los misiles?

TGJMS: Vamos a certificar los trabajos de media vida de los misiles aire-aire de corto alcance Iris-T y de largo alcance Meteor.

Defensa: Un sector en el que en INTA ha sido pionero es el de los RPAS (Remotely Piloted Aircraft System). ¿Qué iniciativas estratégicas tienen en este campo?

TGJMS: En el campus de La Marañosa llevamos adelante un importante programa que hemos denominado Artemisa. Consiste en desarrollar un sistema contra drones intrusos, inmunes a las contramedidas de tipo electrónico, como jamming o spoofing, a través de su interceptación y derribo utilizando un autotracking laser. En esencia, pretendemos  detectarlos, neutralizarlos, derribarlos y también atraparlos. Pero me gustaría destacar que hemos entregado 2 sistemas completos del Diana a la Fuerza Aérea Brasileña, un blanco turborreactor totalmente diseñado en el INTA con capacidad rozaolas y ascenso veloz hasta los 20.000 pies. A Equipaer Industria Aeronáutica le hemos transferido la tecnología y los derechos de fabricación, mantenimiento y operación del sistema, junto con una licencia en régimen de exclusiva para su explotación comercial.

foto: Un sector en el que en INTA ha sido pionero es el de los RPAS.

Defensa: ¿En qué consiste el programa “Milano”?

TGJMS: Es un proyecto que se encuentra en fase de I+D pero que ya ha iniciado pruebas de rodaje y cuyo primer vuelo es inminente. Se trata de un MALE concebido totalmente en el INTA cuyo peso al despegue se sitúa en los 900 kg., con una carga útil del orden de 150 kg.. Está propulsado por un motor de explosión que le ofrece una autonomía de unas 20 horas y le permite volar por encima de los 20.000 pies. Es un buen producto que confiamos poder comercializar, ya que existen varias instituciones interesadas.

Defensa: ¿Qué nos puede decir en relación a otros proyectos estratégicos?

TGJMS: También tenemos en sistema Sagitta, con el que buscamos solucionar el problema de los sensores de navegación instalados en elementos de alta dinámica, como son las nuevas municiones guiadas y los vehículos espaciales. En el campo de las fuentes de energía para misiones espaciales a Marte trabajamos en el proyecto de investigación Ignis, que busca obtener energía a partir de las reacciones explosivas agua-sodio para su empleo como motor cohete o máquina térmica. También orientado a su aplicación en la exploración del Planeta Rojo tenemos Marsconnect, con el que pretendemos desarrollar una instrumentación atmosférica compacta desplegando redes de pequeñas sondas dotadas con estaciones meteorológicas miniaturizadas de bajo volumen, masa y potencia calificadas para el entorno de radiación, mecánico y de temperatura aplicable. Estamos inmersos en un proyecto para desarrollar recubrimientos de estructuras que prevengan la formación de hielo y, de este modo, incrementar la robustez de los sistemas de control de las aeronaves frente a situaciones de lo que se conoce como engelamiento. Bautizado Gerd, es una iniciativa que lidera el INTA y que es de gran importancia para el sector aeronáutico en su conjunto. Disponemos de uno de los pocos bancos de pruebas para hielo que existen en Europa y que nos permite ensayar diferentes tipos de recubrimientos para repeler, impedir o retrasar la formación hielo.

Defensa: ¿Qué destacaría en el campo naval?

TGJMS: Queremos potenciar mucho este campo. El programa de las nuevas fragatas españolas F-110 nos ha aportado carga de trabajo y tenemos confianza en poder seguir ayudando en todos los programas nacionales. A ello hay que añadir que la Subdirección de Sistemas Navales, el antiguo CEHIPAR, forma parte de un cluster de canales europeos y participa en media docena de grandes proyectos.

Campus y centros de ensayo

El INTA está organizado en una Secretaria General y cinco subdirecciones generales: Coordinación y Planes, Sistemas Espaciales, Sistemas Aeronáuticos, Sistemas Terrestres y Sistemas Navales. Desde el punto de vista territorial, está estructurado en tres campus tecnológicos. El primero es INTA-Torrejón, sede Central en la que se sitúa la Dirección del Instituto, la Secretaria General y los ámbitos espacial, aeronáutico y de coordinación y planes. Allí se encuentra el Centro de Astrobiología (CAB), una institución fundada en 1999 en colaboración con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que es el único organismo de investigación fuera de Estados Unidos asociado al Instituto de Astrobiología de la NASA (NAI).

Un segundo campus es el antiguo Instituto Tecnológico La Marañosa. Situado en la localidad de San Martín de la Vega, alberga la Subdirección General de Sistemas Terrestres, responsable de investigar y desarrollar la ingeniería de medios electro-ópticos y acústicos, caracterizar, certificar y optimizar las prestaciones de los sistemas de armas y plataformas terrestres, tanto militares como civiles. También es el encargado de analizar, evaluar y ensayar los sistemas relacionados con la defensa nuclear, biológica, química y radiológica. La Subdirección General de Sistemas Navales se encuentra en el campus de El Pardo, con instalaciones y servicios dedicados a la investigación y experimentación en el campo de la hidrodinámica, que presta servicios tecnológicos a empresas públicas y privadas.

foto: El Centro Espacial de Maspalomas (Canarias) cuenta con casi 30 antenas para descarga de datos de satélites científicos y de observación de la Tierra.

El INTA también opera ocho cuatro estaciones espaciales: la Estación para Comunicaciones con Vehículos Espaciales de la ESA, en Villanueva de la Cañada, el Complejo de Comunicaciones de Espacio Profundo de la NASA, en Robledo de Chavela y la Estación de la Red de Espacio Lejano de la ESA en Cebreros (Ávila). El Centro Espacial de Canarias esta en Maspalomas y es un complejo muy potente, que cuenta con casi 30 antenas y trabaja en todos los campos de sector espacial, principalmente en comunicaciones, observación de la Tierra y ciencia.

Para ensayos dispone del Centro de Investigación Aeroportada de Rozas (CIAR), en Castro Rei, a 31 km. de Lugo (Galicia), una colaboración entre el INTA y la Xunta de Galicia para montar un polo de desarrollo de RPAS y cargas útiles que se convertirá en la base de operaciones de las aeronaves propias pilotadas remotamente. También cuenta con los laboratorios de Ensayos de Cuadros y de Ingenieros del Ejército General Marvá (LABINGE), en pleno centro de Madrid; el Centro de Ensayos de Experimentación en Vuelo para la certificación de aeronaves de Chauchina, en Granada; el de Experimentación de El Arenosillo (CEDEA), en Mazagón (Huelva); el de Ensayos de Torregorda (CET), en Cádiz; el de Evaluación y Análisis Radioeléctrico (CEAR) de Guadalajara; y el Centro Labores de desarrollo del A400M en Sevilla.

De piloto de caza a pilotar la investigación en defensa

El teniente general del Ejército del Aire José María Salom Piqueres es piloto de caza y ataque con alrededor de 3.700 horas de vuelo a los mandos de aviones tanto norteamericanos (EF-18 y F-5) como franceses Mirage F-1 y Mirage III. Su anterior responsabilidad fue la de teniente general Jefe del Mando Aéreo de Combate, cargo que alcanzó en mayo de 2017 tras ostentar el de jefe del Mando Aéreo General.

Accede a la máxima responsabilidad directiva del INTA con un amplio bagaje de conocimientos sobre el Instituto. No en balde, al ser ascendido a general de División en agosto de 2012, fue nombrado Subdirector General de Coordinación y Planes, puesto que ejerció hasta finales de 2015, “donde dejó muy buen recuerdo”.

Natural de Villanueva de la Serena (Badajoz), desde su juventud destacó por ser un excelente corredor en prácticamente todas las distancias, llegando a hacer los 101 km. de Ronda el año pasado. Perteneciente a la XXXI promoción de la Academia General del Aire, y un firme convencido de que “poseer una buena forma física completa al buen militar”, allí participó en todas las distancias “a partir de los 400 m., incluido cross, orientación y pentatlón, deportes a los que me he dedicado durante toda mi vida operativa”.

Su primer destino fue el de profesor de vuelo de la Escuela de Reactores de Talavera la Real, donde acreditará “sus excelentes cualidades como piloto de caza”, confirman quienes bien le conocen. Como profesor de vuelo permanecerá en los empleos de teniente y capitán hasta mayo de 1986, siendo destinado a continuación al Ala 11 estacionada en la base aérea de Manises (Valencia). Allí pilotará el Mirage III, interceptador del que afirma que es “el avión más bonito que he volado en toda mi vida”.

Con su ascenso a comandante en mayo de 1990 pasa destinado al Ala 14 de Albacete (Murcia) a volar los Mirage F-1, un “monomotor excelente, seguro y fiable”. Ha ocupado destinos en el Estado Mayor del Aire y en el Gabinete del Jefe del Estado Mayor del Aire hasta que en julio de 2004 fue designado coronel jefe del Ala 46 y de la base aérea de Gando (Las Palmas de Gran Canaria). Allí vuela los EF-18. En mayo de 2010 fue promovido a general de Brigada y nombrado Jefe de la División de Planes del Estado Mayor del Aire. Poco después es designado 2º jefe del Mando Aéreo de Canarias, jefe del Sector Aéreo de las Palmas y jefe de Estado Mayor del Mando Aéreo de Canarias.

Diplomado de Estado Mayor del Aire, ha realizado los cursos de guerra electrónica, seguridad en vuelo, controlador aéreo avanzado, abastecimiento, además del de supervivencia, evasión y rescate, así como el de Defensa de la OTAN (NADEFCOL). Uno de las misiones de las que se muestra más satisfecho, por su dificultad, es haber sido el jefe del núcleo de personas que gestionó el traslado y los inicios del Tactical Leadership Programme (TLP) en la Base Aérea de Los Llanos (Albacete). El teniente general Salom está casado, tiene dos hijos y dos nietas.

Revista Defensa nº 492, abril 2019, Juan Pons


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