La proliferación de helicópteros para realizar misiones de rescate, evacuaciones médicas y, sobre todo, para realizar misiones contra incendios contrasta con el cada vez menor número de empresas que gestionan los contratos públicos para la prestación de estos servicios en España.
El aumento de medios aéreos de ala rotatoria se debe principalmente a que todas las comunidades autónomas se han ido dotando de sus respectivos parques de helicópteros, normalmente mediante contratos de prestación de servicios y alquiler, frente a la práctica estatal de concentrar flotas y modelos, como ocurre en países como Francia e Italia. Actualmente, casi todas las autonomías mantienen permanentemente servicios helicópteros de asistencia sanitaria a través de los denominados medios HEMS (Helicopter Emergency Medical Service), en favor de sus correspondientes servicios de salud que, salvo excepciones de coordinación, trabajan de manera autónoma en sus territorios.
Asimismo, se cuenta con medios aéreos de rescate, principalmente en ámbitos de montaña y en buena parte de las comunidades costeras con medios de salvamento marítimo, que realizan las misiones de búsqueda y rescate, o SAR (Search and Rescue). Si bien estos servicios autonómicos, cuando el percance ocurre a más de 100 millas de sus costas o las condiciones meteorológicas son muy adversas, suelen recurrir al Ejército del Aire, que cuenta con 3 escuadrones de Fuerzas Aéreas que cubren el SAR en toda España.
foto: Uno de los más modernos medios de Babcock MCS España son sus H145 configurados como HEMS (foto Julio Maíz).
En este ámbito tiene especial relevancia SASEMAR (Sociedad de Salvamento y Seguridad Marítima), un servicio del Ministerio de Fomento de España, que opera una amplia flota de en torno a una decena de helicópteros y 3 aviones Airbus Defense and Space (DS) CN235-300 MP (Maritime Patrol). El Ministerio externalizó desde el principio este servicio, aunque los medios son de su propiedad y operan gestionados por Babcock MSC (Mission Critical Services) España, filial de la británica Babcock International. A este tipo de operaciones se añade el creciente desempeño de medios de ala rotatoria en misiones contra incendios.
Son varias las causas que han fomentado el empleo de cada vez más medios aéreos en estas tareas, que aportan el MAPAMA (Ministerio de Agricultura y Pesca. Alimentación y Medio Ambiente) y, sobre todo, las autonomías. A las causas de tipo climático y al abandono de las tareas y oficios en los bosques, que fomenta el follaje y el material a pie de suelo que hace más virulentos los incendios, se añade el particular escenario autonómico español: La falta de sincronización de las aeronaves que operan las autonomías, rigiendo criterios propios de países diferentes. Así, en ocasiones, cuando los incendios salen de las fronteras de una comunidad se inhibe la obligación de ésta sobre su atención.
foto: Potente Kamov Ka-32A11C que opera Babcock MCS España para la extinción de incendios (foto Julio Maíz)
El caso más extremo para ejemplificar este hecho se producía en 2005 en Guadalajara y costó la vida a 11 personas, lo que obligó al entonces Gobierno socialista a crear en 2007, para solucionar la patente descoordinación, la UME (Unidad Militar de Emergencias). Actualmente, al igual que la mayoría de los países de nuestro entorno, una buena parte de estos servicios están privatizados, cedidos a empresas de larga experiencia en este campo. Con los años la cada vez mayor profesionalización y ampliación de servicios que se ofrecen a los clientes, principalmente las autonomías, los operadores de helicópteros, ha llevado a una concentración de empresas, lo que ha permitido abaratar los costes, especialmente los de mantenimiento y sostenimiento de las flotas de aeronaves.
Hoy, la mayor parte del mercado español del sector lo gestionan 3 empresas: Babcock, Habock y FAASA Aviación. Junto a ellas pueden citarse otras de menor tamaño, como Bigas Group Helicopters, CAT Helicopters, Helipistas, Hélity, Helipistas, Sky Helicópteros o Pirivuelo, que figuran en el listado de empresas que cuentan con certificado de operador aéreo, o AOC (Air Operator Certificate) para transportar pasajeros, que permite acceder a la mayoría de los contratos y tramita y publica AESA (Agencia Estatal de Seguridad Aérea), que depende del Ministerio de Fomento.
Babcock MCS
Babcock MCS es mayor empresa de helicópteros en España y pertenece a la multinacional británica Babcock International, que adquirió la mayoría del capital de la española Inaer. La historia y experiencia de esta última se remonta al ya lejano año de 1965, cuando nace Helicsa, pionera en facilitar en España este tipo de servicios, así como el apoyo a las plataformas petrolíferas. Fue también el primer operador privado, liderado por antiguos pilotos de la Armada española, en facilitar servicios SAR a nivel autonómico, en principio para la Junta de Galicia, experiencia que posteriormente le capacitaría para hacerse cargo de las aeronaves de SASEMAR.
foto: Un Leonardo AW109 de evacuación sanitaria o HEMS de Inaer (hoy Babcock), al servicio de la Comunidad de Madrid (foto Macacones).
En 1983 empezaba a operar Helisureste, especializada en emergencias médicas y en tareas de prevención y extinción de incendios. Entre sus logros está en 1996 la autorización para realizar transporte regular de pasajeros en helicóptero y también de equipos de órganos para la Organización Nacional de Trasplantes, que anteriormente realizaba el Ejército del Aire. Con una importante cuota de mercado, en 2003 Helisureste y Helicsa se fusionaron creando el Grupo Inaer. En 2004, con la adquisición de la portuguesa Helisul, Inaer comienza una importante expansión, tanto a nivel nacional como internacional, implantándose en Francia, Italia, Portugal, e incluso en escenarios tan lejanos como Chile y Australia.
El liderazgo en el mercado de Inaer llevó a que su capital fuese adquirido por la británica Avincis, que mantuvo el nombre original mientras crecía en actividad, logrando hacerse con un importante contrato, tras formar una UTE (Unión Temporal de Empresas) junto a Sener, para la modernización de la flota de helicópteros Agusta-Bell AB-212 de la Armada española. Estos trabajos, que se realizan en su planta de Albacete, están ya muy avanzados, habiéndose entregado hasta la fecha 5 aeronaves de las 7 objeto de la actualización. En 2014 Inaer se integró en Babcock International Group, que cotiza en la Bolsa de Londres y tiene un largo historial en la prestación de servicios desde que fue creada en 1891, tras adquirir su capital social a Avincis, si bien hasta enero de 2017 no se aplicó el actual nombre de Babcock MCS.
Según hizo público en aquel momento el máximo responsable de la compañía en España, Ángel Rodero, el cambio de nombre no tendría ningún impacto en la operatividad habitual del grupo, el equipo actual, las capacidades y los servicios que presta a sus clientes. Actualmente Babcock MCS cuenta con una flota propia de unas 190 aeronaves, la mayoría helicópteros, que operan en los periodos punta de las campañas contra incendios en aproximadamente unas 120 bases diferentes, que se reparten a lo largo y ancho del territorio español, incluidas las Islas Baleares y Canarias.
foto: Bell 412 de FAASA Aviación utilizado por la Junta de Andalucía (foto FAASA Aviation).
La mayoría son pequeñas bases forestales sitas en inhóspitas localizaciones en medio de las montañas, lo que les permite estar a pie de obra para apagar lo antes posible los incendios, ya sea llevando a las cuadrillas de bomberos a los puntos más cercanos para atacar desde el suelo, como utilizando los helicópteros equipados con los helibaldes o “bambis” para lanzar agua. Babcock también utiliza aviones, como los Canadair (hoy Vicking Air) CL-215, y los Vulcanair P68 Observer de coordinación de medios aéreos, en los que incluye el personal cualificado para llevar a cabo esta labor. Cuenta con una importante plantilla de unos 1.300 profesionales, que en los periodos punta del verano sube hasta los 1.500, de los que 400 son tripulantes de aeronaves y otros tantos personal de mantenimiento, que incluyen ingenieros y mecánicos.
Relacionado con las operaciones de tipo HEMS, cuenta con un cuadro de profesionales sanitarios que operan desde los helicópteros. En este campo Babcock ha sido pionera en cumplir los servicios de 24 horas al día, gracias a la capacitación de sus tripulaciones con GVN (Gafas de Visión Nocturna). Asimismo la empresa desarrolló una incubadora para neonatos adaptada para el traslado del sistema en los helicópteros. Se ha de tener en cuenta que estas capacidades, tal y como licitó la Junta de Castilla La Mancha a principios de esta década, permiten reducir las carísimas estructuras sanitarias fijas y trasladar a los pacientes a centros altamente especializados, con los consiguientes ahorros finales.
Babcock ofrece 3 tipos básicos de sistemas HEMS: los de asistencia de atención sanitaria de urgencia inmediata, que conllevan, de ser necesaria, la evacuación a un hospital de referencia; transferencia de pacientes críticos de un hospital a otro; y a tráficos (accidentes de circulación) y la consiguiente evacuación al hospital de ser preciso. Tal flota de medios humanos y aéreos requiere una importante estructura de entrenamiento e instrucción propia, que incluye simuladores y una gran estructura MRO (Maintenance, Repair and Overhaul), que se centra en los 3 CMA (Centro de Mantenimiento Aeronáutico) que tiene la empresa en su planta de Albacete, el aeropuerto de Salamanca y el aeródromo de Muchamiel (Alicante), que es la antigua sede de Helisureste.
foto: Varios de los helicópteros de la empresa Habock Aviation Group en la plataforma de Cuatro Vientos. En el cartel todavía figura el nombre de una de las empresas integradas en el grupo (foto Julio Maíz).
Además de los trabajos en favor de la actual flota de Babcok MSC, en el CMA de Albacete es fácil ver helicópteros que gestionan las filiales de Portugal, Italia y Francia, como es el caso del de la ALAT (Aviation Légère de l’Armée de Terre) francesa y su Sécurité Civile que se ven a veces allí. Igualmente, en favor de los servicios nacionales opera 3 aviones Airbus DS C212-400 propiedad del MAPAMA, destinados a la inspección y vigilancia pesquera; y la flota de helicópteros del SVA (Servicio de Vigilancia Aduanera), un organismo del Ministerio de Hacienda y Administraciones públicas que lucha contra las actividades de narcotráfico y contrabando en escenarios muy difíciles, como el del Estrecho de Gibraltar.
Habock Aviation Group
La otra gran empresa de este sector, teniendo en cuenta su cartera de clientes, es Habock Aviation Group, que nace en 2015, integrada por operadoras nacionales con más 35 años de experiencia acumulada. La compañía, formada por un equipo de más 300 profesionales, cuenta además con sus propios servicios de mantenimiento aeronáutico con CMA que prestan servicios de base y línea.
Habock dispone de aeronaves de última generación y tecnología capaces de realizar misiones de importante labor e impacto social como son el transporte sanitario o la protección civil
El primer paso de esta concentración de empresas se producía al adquirir a las veteranas TAF Helicopters, recientemente renombrada Habock Aviation, ubicada en el aeropuerto de Sabadell; y CoyotAir, que tiene sede en el histórico primer aeródromo de España, el madrileño de Cuatro Vientos. Así nacía Habock, con la filosofía de crear un gran grupo español capaz de acceder a los principales contratos nacionales e internacionales y ofrecer diversidad de servicios.
A modo de seguir consolidando su posición en el sector, en 2017 Habock adquirió la empresa andaluza Sociedad Aeronáutica Peninsular (SAP), dotada con 11 aviones (la mayoría Cessna 337F Skymaster y algún P.68) destinados a vigilancia forestal y coordinación de medios aéreos en las referidas operaciones de extinción de incendios. Con esta incorporación Habock también asume los contratos que tenía SAP con la Junta de Andalucía y la Junta de Castilla-León, además de permitir obtener el pasado verano un importante contrato adicional con el MAPAMA.
Actualmente opera en toda la Península y las Canarias, donde se hizo con las empresas Helicópteros Insulares, y Urgemer Canarias que cuenta con una flota de aviones Beechcraft B200 y B250 Super King Air, que emplean entre otros servicios en evacuaciones sanitarias.
Así mismo Habock en su línea de expansión internacional adquiría recientemente la empresa argentina Air Energy Services, actual Habock Argentina; y también añaden a su grupo de empresas la nueva unidad de negocio Habock Aviation Chile.
foto: Uno de los AS350 B3 de Habock, en este caso puesto al servicio de los bomberos de Asturias (foto Julio Maíz).
La empresa cuenta con una importante flota de aeronaves, formada por unos 60 helicópteros, incluidos los modernos Airbus Helicopters H130, H135 y H145 y una veintena de aviones. Igualmente, su implantación territorial es muy amplia, ya que abarca hasta 60 bases operativas, aunque las principales son las situadas en los aeródromos de Cuatro Vientos, Sabadell (Barcelona), Alcazarén (Valladolid), Málaga, San Pablo (Sevilla) y el aeropuerto de Tenerife Sur en Canarias. Respecto al personal, cuenta con una plantilla de 340 empleados, de los que casi la mitad son personal de mantenimiento y de la oficina técnica y un 36% son tripulantes.
La otra gran empresa del sector en España es FAASA Aviación, que tiene su sede y principal aeródromo en Palma del Río (Córdoba). Fundada por el mítico piloto Sebastián Almagro, tiene una fuerte implantación en Andalucía. Ante la creación de los 2 mencionados grupos ha realizado también una expansión de medios y personal, adquiriendo a nivel nacional en 2017 la empresa Hispánica de Aviación (HASA) y su flota de una veintena de helicópteros PZL W-3 Sokol y Bell 412; y la uruguaya Foresbal para mejorar la presencia en Latinoamérica, en la que estaba presente en Chile a través de una firma con su propio nombre y Calquin Helicopters.
Anuario aeroespacial 2018, Julio Maíz