La ministra de Defensa, Margarita Robles, apuesta definitivamente por integrar España en el futuro programa de un sistema de última generación de avión de combate que surgirá del amplio programa FCAS (Future Combat Air Systems) que desarrollan actualmente Alemania y Francia, para lo que ha contactado directamente con sus homologas de dichos países.
El Ministerio de Defensa español quiere subirse, casi desde el principio, al nuevo proyecto europeo de defensa aérea, cuya punta de lanza es el desarrollo de un avión de combate que sustituya a los cazabombarderos Dassault Rafale y el Eurofighter, que en Alemania y España construye Airbus Defence and Space (DS).
Margarita Robles se ha dirigido por carta a las ministras de Defensa de Alemania y Francia, Florence Parly y Ursula von der Leyen, respectivamente, mostrando el interés español para integrarse en el programa del futuro caza o NGWS (Next-Generation Weapon System). La intención española es hacrlo lo antes posible, para que sus necesidades específicas se tengan en cuenta a la hora del diseño del nuevo sistema.
La información de los pasos en busca de la integración, ya la adelantó defensa.com hace unos días, a raíz de unas declaraciones del general Maches, al frente de la Jefatura de Sistemas Aéreos de Ala Fija de la DGAM (Dirección General de Armamento y Material).
El Ministerio de Defensa no puede perder este tren de alta tecnología tan importante para la industria de defensa española si no quiere depender tecnológicamente, y posiblemente a un mucho mayor precio, de terceros para garantizar su defensa aérea a partir de 2040, que es cuando se prevé llegue el nuevo cazabombardero.
Además, el programa sería vital para mantener la actividad industrial miliar de Airbus DS en España, que a corto plazo deberá cerrar la línea de montaje del Eurofighter de su planta de Getafe, si el Ministerio de Densa español no se suma al avanzado proyecto del Ministerio de Defensa alemán o Bundeswehr para adquirir más Eurofighter de nueva generación.
Actualmente, además del NGWS de Dassault-Airbus DS, la multinacional británica encabeza un programa similar denominado Tempest, que dotaría en principio a la RAF (Royal Air Force) británica, y posiblemente a otras fuerzas aéreas, como las de los Países Bajos e Italia, por cierto estas tres son operadoras del F-35 norteamericanos.
Robles cree que ambos programas acabarán integrándose, dados los altísimos costes de I+D que serán necesarios. Aunque los precedentes como los del desarrollo del Tornado y posteriormente del Eurofighter, hacen dudoso que, sobre todo París, quiera compartir y “perder su control casi al 100%” de ciertas tecnologías que se desarrollarán.
Previamente, a finales de 2017, el anterior equipo del Ministerio de Defensa, que encabezaba María Dolores de Cospedal, intentó el acercamiento al máximo nivel, aunque sin éxito, ante la negativa de Berlín y París, que no querían incorporar más socios, al menos de entrada.
Pero la puesta en marcha del programa del Tempest ha convencido al eje Berlín-París de la conveniencia de incorporar más socios y su correspondiente apoyo en la aportación de fondos, ya provengan directamente del presupuesto español, como apoyando la aportación de los procedentes de la UE.
El coste inicial de participar en el programa FCAS se estima en unos 25 millones de euros, que se aportarían durante los dos próximos años, tras firmar con Alemania y Francia, una carta de intenciones o LOI (Letter Of Intent) o un memorándum de entendimiento MOU (Memorandum Of Understanding).
La decisión de aportar este modesta cifra inicial, de dar luz verde Berlín y París, sería inmediata, a tenor de la trayectoria de Margarita Robles para que se aprueben sin dilación en Consejo Ministros los imprescindibles programas para la modernización de las Fuerzas Armadas, como han sido los de los satélites militares, el submarino S-80, la modernización del misil Taurus, la actualización del helicóptero Chinook, un segundo lote de NH90... (Julio Maíz Sanz)
Fotografía: El futuro cazabombardero que surgirá del programa FCAS. (foto: Airbus DS)