De todos es conocido el hecho de que la principal apuesta del Ejército de Tierra (ET) español se focaliza en relación al proyecto Fuerza 2035. La previsión de adquirir blindados 8x8 Dragón va a requerir una serie de partidas presupuestarias ingentes a lo largo de toda esta década, situación a la que hay que sumar aquellas ya comprometidas con otros programas.
En ese entorno es bastante complicado contar con recursos financieros para abordar otras necesidades, como lo es el caso de la Defensa Antiaérea que asume el Mando de Artillería Antiaérea (MAAA). Tras la baja hace unos pocos años del sistema autopropulsado Roland y de la reciente de los lanzadores cuádruples remolcados Aspide, se ha producido una reducción sustancial en lo que a lanzadores de misiles antiaéreos se refiere. También, se había planteado dar de baja sobre 2025 el sistema HAWK asignado al Regimiento de Artillería Antiaérea (RAAA) nº 74 que reparte sus unidades entre la Base de El Copero en la sevillana Dos Hermanas y el Acuartelamiento Cortejo de Buenavista en la gaditana San Roque.
La sustitución del HAWK está recogida ya en el Plan Director de Artillería Antiaérea de la Dirección General de Armamento y Material (DGAM) y para ello se pretendía adquirir un sistema de misiles de alta movilidad y altas prestaciones. Dado que los plazos van avanzando, y tras la aparición de noticias como la que publicó el Memorial de Artillería hace unos meses sobre la recepción de algunos radares excedentes de otros países -su origen parecía ser Oriente Medio-, hemos elevado una pregunta concreta al Gabinete de Prensa del ET.
Desde la División de Logística nos informan detalladamente de cómo avanza el tema. De un lado concretan que se está haciendo un esfuerzo doble para incrementar la vida útil de los distintos elementos que conforman el sistema, previéndose que pueda alargarse más de lo inicialmente planteado.
Para ello se siguen realizando aquellas acciones de sostenimiento que permiten mantener todas sus capacidades operativas, esfuerzo centrado en la adquisición de piezas de repuesto y componentes de los misiles a otros países usuarios del HAWK, especificando su respuesta “sin que esto suponga la adquisición de nuevos radares o sistemas”. Importante es el hecho de que lleguen componentes de misiles, pues hay partes que requieren su reemplazo/revisión cuando se llega a cumplir un número de años y se llega a la caducidad.
Sin entrar en disquisiciones semánticas sobre adquisición -compra- o recepción -donación-, lo que también se está haciendo -y así lo confirman en su respuesta oficial-, siguiendo lo señalado en la Instrucción 67/2011 de la Secretaría de Estado de Defensa (SEDEF), es llevar a cabo un proceso de extensión de la vida operativa de sus distintos elementos que implica actuaciones como la de compras de repuestos incluidas en el reciente expediente 20206 20 0053 00.
Con ese objetivo, se está acometiendo ya la digitalización de ciertos elementos, como los radares de seguimiento y tiro HIPIR o los lanzadores triples. Se trataría de incorporar en los mismos algunos avances tecnológicos en cuanto a cableado, tarjetas, conectores, etcétera con los que incidir en su transformación conceptual desde la analógica inicial a una digital más actual y más compatible con lo que los tiempos actuales requieren. El cambio permite actuar también para acabar con ciertas obsolescencias que afectan a determinados elementos que ya tienen una dilatada edad, pues no hay que olvidar que, aunque ha sido modernizado en varias ocasiones, el HAWK entró en servicio hace ahora casi seis décadas. (Octavio Díez Cámara)
Fotografía: El Ejército de Tierra dispone de un número considerable de lanzadores triples del misil HAWK que están siendo sometidos a un proceso de digitalización que incrementará su vida útil. (Octavio Díez Cámara)
El HIPIR es un radar doble, pues realiza funciones de seguimiento y de guiado del misil, que también está siendo sometido a mejoras como fruto de su digitalización. (Octavio Díez Cámara)