La empresa española, originaria de Coslada (Madrid), donde comenzaron con una pequeña “nave industrial” de 250 metros cuadrados, ha ido creciendo a un ritmo vertiginoso durante los últimos años, especialmente desde 2013, año en el que iniciaron su actividad en el ámbito de la Ingeniería. Desde entonces, Escribano se ha convertido en el nuevo referente en desarrollo tecnológico español dentro de un sector tan exigente como el de Defensa y Seguridad.
En sus inicios empresariales y durante los años consecutivos, la principal actividad de Escribano estaba centrada en el mecanizado de piezas para equipos y sistemas destinados, entre otros, a Defensa, actividad que les abrió las puertas para conseguir los primeros contratos relevantes en áreas de Aeronáutica y Aeroespacial: comenzaron a trabajar para empresas nacionales e internacionales para finalmente obtener también contratos directos para el suministro de sistemas completos, como una torre para vehículos blindados, diseñada y fabricada completamente por ellos.
Gracias a su filosofía de innovación y a su inusitado compromiso por crecer y desarrollarse, se iniciaron en 2008 en fabricación de óptica de precisión, y más tarde, en 2013, en Ingeniería, convirtiéndose así en una empresa integral que actualmente ofrece a sus clientes nuevas capacidades de servicio, productos más competitivos y desarrollo de sistemas completos.
Con un 70% de su negocio fuera de España, Escribano es ejemplo de cómo una pequeña empresa que, con una visión y estrategia clara, es capaz de evolucionar a pasos de gigante e incrementar en tiempo récord (30 meses) no sólo sus cifras económicas, sino también sus puestos de trabajo –habiendo duplicado su plantilla cada dos años en los últimos seis y contando con 165 empleados actuales- y la dimensión de sus instalaciones, con la futura inauguración de sus nuevas naves, que pasan de los actuales 7.000 metros cuadrados a los 14.000.
Foto: La torre Guardian sobre un Hummer civil