El Ejército de Tierra carece de artillería de cohetes desde el 31 de diciembre de 2011, cuando se dio de baja el sistema nacional Teruel. Doce años sin esta capacidad, un largo periodo de tiempo que hace más difícil entender las prisas que parecen rodear ahora al programa SILAM o Sistema de Lanzacohetes de Alta Movilidad.
Abordado desde las primeras alternativas como un programa de transferencia de tecnología con un socio internacional, diferentes propuestas industriales nacionales se han postulado hasta llegar a la situación que ahora veremos.
El año pasado lo acabábamos con la aprobación de los trece grandes programas del Ministerio de Defensa entre los que se incluye el citado SILAM, al que se asignaban 290 millones de euros para el período comprendido entre 2023 y 2027 (22 ya en el ejercicio 2023). Sin embargo, en el Consejo de Ministros del pasado 10 de octubre se autorizaba el contrato para el suministro del SILAM por 576,4 millones de euros (sin incluir el IVA), nada menos que 424 millones más de los previstos inicialmente.
Muchas cábalas se hicieron sobre el número de lanzadores y cada uno de los tipos de cohetes que se adquirirían hasta incluir los de “alcance más allá de los 300 km” como especificaba la referencia de ese Consejo de Ministros. Ahí se citaban vehículos lanzadores, munición, apoyo logístico inicial y demás vehículos y equipo complementario.
Sin embargo, la sorpresa definitiva saltó el pasado 24 de octubre cuando la Plataforma de Contratación del Estado publicaba los detalles del contrato incluyendo los Pliegos de Prescripciones Técnicas (PPT) y los de Cláusulas Administrativas Particulares (PCAP). Dichos pliegos estuvieron disponibles solo unas horas, mostrando luego la Plataforma un mensaje informando de que “el anuncio que lo contiene ha sido anulado por el órgano de contratación o la licitación ha sido archivada por un administrador”.
Para entonces muchos medios se hicieron eco de los detalles técnicos e industriales incluidos en la documentación y comenzaron las dudas sobre lo que había sucedido con la licitación y lo que la documentación incluía. Entre la información que aún se encuentra disponible sobre los detalles del proceso se encuentra la referencia al 7 de noviembre como último día para la presentación de ofertas.
Dudas tecnológicas
Partiendo de la información disponible en los pliegos (el PPT tiene fecha 30 de junio y el PCAP de 21 de septiembre) destacan varios aspectos sobre los que nos centraremos. Uno es la separación del programa en dos bloques.
El primero, denominado “sistema de fuegos”, recibe 414,2 millones de euros y se refiere al sistema de cohetes propiamente dicho e incluye lanzadores (12), munición (680 cohetes), demostrador de lanzador, vehículos de exploración y reconocimiento terrestre (6 VERTs), vehículos de municionamiento (12), vehículos de recuperación (2), vehículos de puesto de mando (10) y la integración en el sistema de control de fuego TALOS del Ejército de Tierra.
La segunda parte se refiere a los “sistemas auxiliares” y recibe 281,5 millones de euros e incluye 4 RPAS (sistemas completos, no aeronaves individuales) y 4 radares para la adquisición de objetivos.
Un HIMARS del U.S. Army estuvo desplegado en FEINDEF (autor)
Mientras que el primer bloque incluye requisitos bien definidos en relación al sistema de fuegos, con especificaciones técnicas precisas, el segundo bloque incluye referencias demasiado vagas en relación a los RPAS o los radares, destacando que, por ejemplo, en el área de RPAS no se distinga entre sistemas o aeronaves individuales o se incluya solo referencia a los 300 km. de alcance y no a la autonomía o carga de pago. También sorprende la inclusión de aeronaves no tripuladas del tipo loiter, que parecían no estaban contempladas hasta ahora en el programa SILAM.
Es por ello que, ahora mismo, entre las empresas interesadas en el programa y que habían comprometido su participación de diferentes maneras surgen dudas sobre lo que se incluye o no en el mismo, o sobre la adecuación del formato de contrato, incluyendo conceptos muy distintos a los hasta ahora contemplados en el programa de lanzacohetes, que podrían estar aún inmaduros o no suficientemente definidos como para estar cuantificados económicamente con precisión.
Un Astros en servicio en el Ejército brasileño (autor)
Dudas del procedimiento
De nuevo partiendo de los pliegos disponibles, que habrían sido publicados por error y que podrían no ser definitivos, otro elemento que ha sorprendido es la inclusión del artículo 346 como procedimiento de adjudicación.
En la cláusula 15 “procedimientos de adjudicación” del PCAP se especifica que este contrato estará excluido del ámbito de la Ley de Contratos del Sector Público en los ámbitos de la Defensa y la Seguridad (LCSPDS) en virtud de su artículo 7.1.b (aquellos contratos que, de regirse por la presente Ley, resultaría necesario revelar información contraria a los intereses esenciales de la Seguridad, o bien conforme al artículo 346 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, pudiendo resultar perjudicados los intereses esenciales de la Defensa o de la Seguridad Nacional).
Por ello se propone un procedimiento negociado con una única empresa, sin la previa publicación de un anuncio de licitación, ya que la protección de los intereses esenciales de la seguridad del Estado no puede garantizarse mediante la LCSPDS. Sin embargo, el recurso al artículo 346 y la elección de una única empresa contrastan con lo que a continuación se incluye en la misma cláusula 15.
Y es que según incluye el PCAP “una vez analizadas las opciones que se han estudiado en la elaboración de la alternativa de obtención, se propone invitar…” a las empresas Expal, SMS y Escribano Mechanical & Engineering. Algo que solo puede explicarse por un error si se recurre al citado artículo 346.
Además, sorprende citar estas tres empresas como alternativas de obtención diferenciadas, cuando Expal Systems y Escribano Mechanical & Engineering han anunciado en repetidas ocasiones, las más recientes en la feria FEINDEF de este año, su colaboración en el proyecto SILAM, basada en el tecnólogo israelí Elbit Systems. La mención a la tercera empresa, SMS, tampoco estaría justificada puesto que entre sus accionistas se encuentra precisamente Escribano Mechanical & Engineering.
Recordemos además que SMS desarrolló una propuesta para el SILAM que estaba basada en el cohete Astros de la brasileña Avibras, que ha propuesto el mismo sistema ahora de la mano de la española NTGS, alternativa parece que no contemplada.
Otros dos contendientes que no habrían sido invitados son Lockheed Martin con el conocido HIMARS (la alternativa que se planteó tras la baja del Teruel y que tras su éxito en Ucrania tardaría años en llegar) y la surcoreana Hanwha con el CHUNMOO que también se presentó a través de un socio nacional como Tecnesis 3000.
Según expertos jurídicos consultados, existen dudas que permitirían recurrir el programa SILAM en su fase actual en base a los citados aspectos. Esto contrastaría con la aparente inminencia del Ministerio de Defensa en su objetivo de avanzar en el programa tal como está ahora, con la única explicación posible de hacer uso de los fondos comprometidos por el Ministerio de Hacienda en los actuales presupuestos. De hecho no es descartable que este mismo martes 7 se abran los sobres con las propuestas económicas y técnicas remitidas por los participantes invitados.
Tras tantos años sin él, esperamos que el Ejército de Tierra disponga del mejor sistema lanzacohetes de artillería disponible y con el mayor grado de nacionalización, pues se trata, como ha vuelto a demostrar el conflicto de Ucrania, de un recurso muy valioso tanto en su vertiente de supresión de áreas como de ataque en profundidad con sistemas dotados de guiado preciso. (José Mª Navarro García)