Hemos tenido conocimiento, desde el Ejército de Tierra, de uno de sus programas de potenciación de la capacidad de fuegos. Buscan obtener medios móviles, aún sin definir si de ruedas o de cadenas, para poder lanzar misiles de precisión de carácter táctico que puedan batir objetivos localizados a varios cientos de kilómetros del punto de disparo, una capacidad que se inscribe dentro de las necesidades tácticas que permitirán neutralizar objetivos lejanos en el marco de operaciones militares convencionales o alcanzar blancos de alto valor localizados en territorio de un hipotético adversario.
La solución concreta que pretenden adquirir aún no se conoce y está pendiente de la necesaria dotación económica para la compra. Sí sabemos que el proceso de obtención de la capacidad de lanzar misiles de precisión se inscribiría en uno que ya está en marcha para que el ET se provea de un novedoso sistema de lanzacohetes que estaría destinado a dotar el Regimiento de Artillería de Lanzacohetes de Campaña (RALCA) 63 que tiene sus elementos de fuego en el Acuartelamiento Santocildes de Astorga, en León.
También se nos ha informado de que se ha realizado ya el correspondiente trabajo para definir aquellos requisitos técnicos, tácticos y de capacidades que deberán de cumplir aquellos sistemas que se oferten como candidatos, y que en este momento del proceso no se ha descartado ninguna opción de las que se hayan podido considerar como óptimas por cumplir aquello que se pretende conseguir. Decir que hace un tiempo era el sistema HIMARS (High Mobility Artillery Rocket Systems) de Lockheed Martin el que parecía, por determinados documentos e informaciones públicas, el que era el que se buscaba; posteriormente, hemos sabido de propuestas como una de Expal que contemplaría un desarrollo basado en el concepto Astros II brasileño -se está desarrollando el misil de crucero táctico AV-TM-300 con alcance de 300 kilómetros y la posibilidad de usar distintos tipos de cabezas de guerra, una con numerosas submuniciones- o de la apuesta de una conocida compañía israelí de que su solución de lanzacohetes pueda posicionarse en el mercado español.
Pese a lo apuntado, no hay aún decisión concreta. Se estaría trabajando, como define la Instrucción 67/2011 de la Secretaría de Estado de Defensa (SEDEF) de 15 de septiembre, en un proceso con cuatro fases para el proceso de obtención de recursos materiales: conceptual, de definición y decisión, de ejecución y de servicio. Ahora el ET estaría en la segunda, apostando por la determinación de las alternativas de obtención para así identificar la opción más conveniente de aquellas que cumplan los requisitos marcados.
Sobre estos últimos, se buscaría un sistema lanzacohetes moderno y eficaz que podría contemplar su movilidad, para reducir costes de adquisición y de mantenimiento, en camiones de un modelo que ya esté en servicio, como pueden ser los Iveco M320 de cuatro ejes y con capacidad de mover masas del orden de 15 toneladas en todo tipo de terrenos.
Sobre su caja de transporte se situarían los lanzadores del sistema lanzacohetes que se buscaría que tuviesen capacidad de uso múltiple, pues al sistema que se obtendrá se le pide que pueda disparar tanto cohetes convencionales con un alcance no inferior a los 70 km y que tenga también capacidad de lanzar misiles de precisión que sería deseable volasen hacia objetivos situados más allá de los 300 km. (Octavio Díez Cámara)
Fotografia: La compañía española Expal ofrece la posibilidad de desarrollar una versión propia surgida sobre la base del israelí Astros II. (EB, Avibras Aeroespacial)
Los HIMARS figuraron durante mucho tiempo como la solución preferida en el ET aunque también se podrían obtener MLRS de segunda mano. (Lockheed Martin)
A través de conversaciones informales hemos sido partícipes del interés de Israel por situar sus sistemas lanzacohetes pesados en el entorno del ET. (IMI)