La potenciación, hoy más necesaria que nunca, de las capacidades de fuego de la Artillería española contempla, entre otras actuaciones en marcha y algunas que aún no tienen aún la necesaria dotación económica, la llegada del Sistema Lanzacohetes de Alta Movilidad (SILAM).
La gestación del concepto comenzó en 2001, aunque no fue hasta 2013 cuando el Jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra elevó el Documento de Necesidad Operativa (DNO) para obtenerlo.
Por lo que acabamos de conocer, el prototipo del lanzacohetes SILAM, que es el primer resultado de aprobar una inversión con un techo de gasto de 714,5 millones de euros para su consecución, se recibirá previsiblemente a partir de diciembre de 2024 para comprobar si es lo que se necesita, aunque teniendo como referencia otros programas en curso esa fecha es más que probable que se retrase; la adjudicación del suministro se ha hecho a una UTE formada por la germana Rheinmetal Expal Munitions y la española Escribano Mechanical & Engineering (EM&E), aunque la tecnología más relevante del material es de origen israelí.
Los camiones lanzadores podrán incorporar módulos con cohetes de distinto alcance y potencial ofensivo. (EM&E)
Lo que no parece se retrasen, pues debe dotarse con estos potentes lanzacohetes al Regimiento de Artillería Lanzacohetes de Campaña (RALCA) nº 63 del Mando de Artillería de Campaña (MACA) del Ejército de Tierra, son las diferentes tareas previas que el futuro usuario requiere de cara a incorporar y operar el sistema de lanzacohetes de largo alcance y precisión.
Hemos sabido que, el que también se conoce como Sistema de Fuego Indirecto (IFS), va a contemplar lanzacohetes, radares de localización, sistemas aéreos remotamente controlados (RPAS, Remotely Piloted Aerial System), equipos de abastecimiento y ayuda a la proyección, protocolos ASCA 7 para el sistema de gestión de fuegos TALOS V6 y un paquete inicial de municiones que serán 680 cohetes de al menos cuatro tipos que tendrán un alcance de entre 7 y 300 kilómetros.
Por lo que parece, sobre 2025 podrían contemplarse las primeras entregas del material y en 2027 estar ya todo en servicio. (EM&E)
En SILAM también trabaja el Mando de Adiestramiento y Doctrina del Ejército de Tierra (MADOC) que, a través de su Dirección de Doctrina, Orgánica y Materiales (DIDOM), lleva ya un tiempo analizando conceptos clave para operarlo, usarlo y mantenerlo. Han definido una plantilla, elaborado una completa lista de los materiales auxiliares que se requerirán y se ha preparado el concepto de los medios de transmisiones que permitirán extraer de estos lanzacohetes sus máximas prestaciones; complementariamente, también se ha completado la previsión necesaria para asumir las distintas labores de mantenimiento y elaborado un amplio proyecto relacionado con los diversos simuladores que permitirán mejorar la instrucción y adiestramiento.
La apuesta del Ejército de Tierra es significativa porque se requiere de un mejor potencial de fuegos que tenga mucho más alcance que los medios actualmente en uso.
Se ha definido ya la plantilla de un Grupo del RALCA nº 63 en lo que son sus medios: un Puesto de Mando de Grupo con 4 vehículos tipo VAMTAC especialmente carrozados; una Batería de Reconocimiento con 6 VAMTAC más específicos para cometidos de reconocimiento avanzado; dos Baterías de Armas, cada una con un VAMTAC Puesto de Mando de Batería y 2 más de Puesto de Mando de Sección, y 6 camiones 6x6 u 8x8 conformados como vehículos lanzacohetes para contenedores intercambiables y trabajando con otros tantos camiones de municionamiento; una Sección de Recuperación con camiones grúa que ayuden a soslayar necesidades sobre el terreno, y una Batería de Sensores A/O con 4 radares multifunción sobre camión y cuatro sistemas de UAS (Unmanned Aerial System) de altas prestaciones -RPAS táctico- capaces de enviar información desde 300 km de distancia y volar durante al menos 14 horas. (Octavio Díez Cámara)