El Jefe del Estado Mayor Conjunto (EMC), el General Bari del Valle Sosa, realizaba recientemente una extensa exposición al Presidente de la Nación, Mauricio Macri, proponiendo una serie medidas para mejorar la estructura del gasto en las instituciones militares y plantear un nuevo modelo de sistema de Defensa a largo plazo. El oficial llevó a cabo su exposición ante la atenta mirada de funcionarios máximos del gobierno, dejando en claro que desea el control de las tres fuerzas en materia de obtención de recursos, requiriendo la concentración en el Estado Mayor Conjunto de la adquisición de medios y abastecimientos y el mando efectivo y operativo de las instituciones.
El Gobierno de Mauricio Macri planteó al promediar el primer año de ejercicio un plan de Reequipamiento para las Fuerzas Armadas Argentinas con una inversión de 2.000 millones de dólares en cuatro años. Acometer esta que significaría un salto espectacular en materia de inversiones militares, es para la Argentina una acción vital en un mar de necesidades provocadas por el paso del tiempo que inexorablemente disminuye las capacidades de los materiales y sistemas, muchos cercanos a la obsolescencia. Las capacidades de las FFAA se dirigen peligrosamente a un estadio terminal, próximo a la desaparición fáctica, en especial en lo correspondiente a la Aeronáutica. Pero los planes de la actual Administración se han topado con el terrible déficit en las cuentas públicas y han debido reasignarse recursos que demorarán, aunque no cancelarán, se asegura, los planes de adquisición. Desde el Gobierno se asegura que los programas de reequipamiento para las Fuerzas Armadas Argentinas se llevarán a cabo sí o sí, aunque, eso sí, extendiéndose en los plazos de concreción.
Frente a los máximos responsables del MINDEF y los cargos clave de la jefatura ministerial, el General Bari del Valle Sosa expuso largamente las vicisitudes de las instituciones a su cargo y de las posibilidades existentes. En todo momento hizo hincapié en la acción centralizada, la cual exige determinadas modificaciones en los reglamentos y normativas, a las cuales el Presidente Macri, adhirió entusiastamente. Propuso renovar la estructura piramidal, que obtenga al final del ciclo un sistema con escasos oficiales en los grados superiores y abundancia en los mandos inferiores, algo muy distinto de la actual estructura heredada, que viene de varias décadas, generando fuerzas con más coroneles que tenientes…
La existencia de estructuras redundantes se trasuntó en un claro ejemplo: los Comandos Antárticos. Cada institución militar posee uno, además del propio del EMC, una locura burocrática. Ejemplos sobran en la estructura de las FFAA, que vienen de los tiempos cuando se tenían miles de efectivos desplegados, como el Ejército Argentino, que mantiene la burocracia de cuando disponía de casi 200.000 hombres, o la Fuerza Aérea, que tiene hoy cinco bases aéreas en las cercanías de Buenos Aires, plagadas de personal y apenas con elementos para volar.
El gasto en personal se mantiene en un irreductible 85% para sueldos y un miserable 15% en funcionamiento operativo, el gobierno presente quiere llegar a un 65% en emolumentos y 35% en operaciones, lo cual exigirá tomar medidas de fuste y de largo plazo. Asimismo, tomó cuerpo una propuesta sobre la venta de propiedades con ubicación en sectores muy bien cotizados de la ciudad de Buenos Aires y el interior del país. Las fuerzas disponen de terrenos y edificaciones desde hace muchas décadas, casi todas ubicadas en zonas muy cotizadas inmobiliariamente. La venta de activos de las instituciones castrenses debería ser revertida directamente a proyectos de inversión en las mismas fuerzas.
Pero la reorganización de las Fuerzas Armadas requiere decisiones políticas mayores, no solo es una cuestión de equipamientos, de aviones de cuarta generación o submarinos. Exige una evaluación clara, concreta y descarnada de una realidad que se arrastra desde hace mucho tiempo. El Presidente Macri prometió un plan de inversiones de importancia para la Defensa Nacional durante su mandato, pero los planes iniciales se han visto afectados por la situación económica. Argentina tiene un presupuesto castrense superior al de varios países del continente, pero sus medios son escasos y desfasados tecnológicamente, mientras, arrastra estructuras burocráticas del pasado y una desinversión tecnológica aterradora.
Hoy, que los mandos superiores castrenses pueden hablar, sin recibir insultos y diatribas de los funcionarios del gobierno, como ocurría anteriormente, deben asesorar al Presidente y a sus ministros con la información adecuada, precisa y real y presentando planes y proyectos para mejorar la situación de la Defensa Nacional. Con eficacia y en silencio, los medios castrenses son los únicos que responden adecuadamente en situaciones de emergencia, aun con los pocos elementos que el Estado les provee, la Campaña Antártica es un buen ejemplo, el personal ha cumplido con esfuerzos ciclópeos ante la inmensidad de la exigencia. (Luis Piñeiro)
Fotografías:
·El Jefe del EMCO GENERAL Bari del Valle Sosa expuso ante el Presidente los problemas de las FFAA.
·El trato hacia los uniformados es totalmente disitnto en esta administracion.