Desde hace un tiempo, las Fuerzas Armadas alemanas están inmersas en un complejo proceso de selección y obtención de un nuevo fusil de asalto que sustituya a los Heckler & Koch (HK) G36 del calibre 5,56x45 milímetros que tienen en dotación. El reemplazo de esas armas de asalto es urgente como resultado de una negativa experiencia en combate donde se constató una deficiente precisión en una situación de fuego intenso contra fuerzas talibanes.
En España, donde están en servicio unos ochenta mil ejemplares de esa misma arma de asalto tanto en la versión estándar E como en las más compactas KV y C -también los emplean la Policía Nacional, la Guardia Civil o los Mossos d’Esquadra-, no se ha conocido problema que afecte a esas armas y, de momento, no se ha emprendido oficialmente ningún estudio para su sustitución. Es verdad que hay otros muchos países donde se emplea el mismo modelo y en ellos no parecen haberse detectado fallos concretos.
En todo caso, y avanzándose a una hipotética necesidad, hemos conocido recientemente, en el marco de la feria FEINDEF que se celebró en los últimos días de mayo en Madrid, una primicia internacional. Se trata de un prototipo puesto a punto por la firma austriaca Steyr Arms en colaboración con la estadounidense Wilcox.
Lo que ambas proponen es una serie de cambios que mejoren las armas actuales para hacerlas más eficaces, precisas y funcionales. Un punto importante en la mejora, que puede asumirse en su totalidad o parcialmente, viene determinado por el reemplazo del cajón de mecanismos original de polímero por uno nuevo de aleación de aluminio que aporta más rigidez al conjunto e incide, como ya se ha demostrado en pruebas, en la precisión. Nos han apuntado que las agrupaciones a cien metros con ese conjunto son un cincuenta por ciento mejores que las originales, ratio que aún es mejor cuando se disparan varios cargadores consecutivos y el arma alcanza una elevada temperatura.
Para incidir en algunos problemas que pudiesen surgir en este último caso proponen también cambiar el cañón por uno de acero forjado en frío que está mejor adaptado para soportar los rigores de la lucha. La mejora de la plataforma de combate pasa por adoptar un brocal del cargador que permita el uso de cargadores estandarizados dentro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Esas soluciones, obra de Steyr Arms, podrían ser completadas por una aportación de Wilcox. Proponen un nuevo guardamanos, designado Fusion, que ha sido transformado para que acoja en su interior unas baterías y con ellas pueda alimentar desde una potente linterna al sistema de elementos optrónicos de puntería que quedarían fijados en su asa superior. El tirador obtendría así una mejor autonomía logística en sus medios de iluminación, tanto visible como láser, y de puntería y se beneficiaría de una óptima integración ergonómica en su manejo y empleo. Los cambios que se proponen para mejorar el fusil de asalto G36 son una apuesta novedosa en el concepto y bastante más económica que adquirir un arma nueva, con los problemas de instrucción y de logística que esa decisión puede requerir. (Octavio Díez Cámara)
Fotografía: Los cambios propuestos por Steyr y Wilcox inciden en la obtención de una mejor precisión en las acciones de fuego de los fusiles G36, sobre todo en condiciones extremas. (Octavio Díez Cámara)
·El proceso de mejora es sencillo y pueden realizarlo, en buena parte, los escalones de mantenimiento de las unidades que tengan asignadas estas armas. (Octavio Díez Cámara)
·Un nuevo cajón de mecanismos de aleación de aluminio incide en una mejor precisión y en una más alta fiabilidad cuando se pone el arma en una situación límite. (Octavio Díez Cámara)