La acción conjunta de varios servicios de la Guardia Civil española logra desarticular una organización de narcotraficantes en el Estrecho de Gibraltar, capturando un helicóptero Alouette III cargado de droga.
En el marco de la operación “Torcal 469 Tornado”, la Guardia Civil desarticulaba una organización criminal deteniendo a sus 9 integrantes por realizar narcovuelos con un SA.316 Alouette III para introducir hachís en España desde Marruecos. Entre los detenidos habría, según la nota de la Guardia Civil, dos pilotos expertos en vuelos nocturnos y a baja altura.
La operación se inició a mediados del 2023 a raíz del seguimiento de un miembro de la organización dedicado al tráfico internacional de hachís. Los investigadores averiguaron que la organización, uno de los principales productores de hachís a nivel mundial, estaba buscando pilotos para realizar narco vuelos entre España y Marruecos.
Tras varios meses de investigación los agentes confirmaron que poseían 2 helicópteros, ocultos uno en una finca de la provincia de Sevilla y otro en otra de Cádiz. Ambas fincas estaban alquiladas por el líder de la organización para ser utilizadas para el tráfico de drogas.
En la madrugada del 15 de enero los investigadores detectaron un narcovuelo en la provincia de Cádiz con rumbo hacia el sur desde la finca de la organización. Los agentes observaron que el helicóptero volaba una altura muy baja y sin ningún tipo de luces, por lo que inmediatamente se organizó un amplio dispositivo conjunto entre la Guardia Civil y la Gendarmería Real Marroquí en el que se activaron, entre otras unidades, a agentes del Grupo de Acción Rápida (GAR) y un helicóptero y su tripulación del Servicio Aéreo (SAER) de la Guardia Civil.
Durante el seguimiento se detectó que la aeronave entró en el espacio aéreo de Marruecos, país en el que permaneció escasos minutos para cargar la droga. Posteriormente, se localizó de nuevo al helicóptero con rumbo norte, hacia España, entrando en acción un helicóptero del SAER, presumiblemente el Airbus Helicopters EC135 asignado a la Unidad de Helicópteros (UHEL) de Cádiz (tiene base en Rota), que consiguió interceptar la aeronave en el aire, aterrizó en una finca situada en la localidad de Chiclana de Frontera (Cádiz).
El EC135 del SAER, de la UHEL de Cádiz, despegando desde las instalaciones de la unidad sitas en la Base Naval de Rota. (foto Julio Maíz)
Allí esperaban a los delincuentes las unidades de tierra de la Guardia Civil, como el GAR o unidades de investigación, logrando en ese momento la detención de cinco de los integrantes de la organización delictiva, entre ellos el piloto.
El helicóptero transportaba una carga de 30 fardos de arpillera de hachís con un peso de 795 kilogramos, en el interior también se incautaron varios dispositivos de navegación y terminales móviles. Asimismo, se aprehendieron en el lugar de los hechos tres vehículos de los utilizados por la organización para el posterior transporte de la droga. Uno de los máximos responsables de la organización sufrió un accidente de tráfico falleciendo en una zona próxima a la de la incautación del helicóptero, sospechando que huyó del lugar con un vehículo a gran velocidad hasta que tuvo el accidente por salida de la vía.
En la siguiente fase de la investigación se realizaron cuatro entradas y registros, se detuvo a cuatro personas más de la organización y se incautó un segundo helicóptero en una finca de la localidad sevillana de Utrera. Esta segunda aeronave, cuyo modelo ni imágenes de él se han facilitado, estaba siendo acondicionada para poder realizar también narcovuelos.
La organización estaba jerarquizada de manera que cada miembro disponía de su propia tarea: conseguir los helicópteros, encontrar naves donde ocultarlos y fincas desde donde iniciar los vuelos, contratar a los pilotos para operar las aeronaves, conseguir el combustible y a los mecánicos para realizar el mantenimiento y puesta a punto de los helicópteros, así como los proveedores marroquíes de las sustancias estupefacientes.
Ambos helicópteros fueron adquiridos por la organización criminal en países del este de Europa, teniendo capacidad para varios pasajeros, si bien los narcotraficantes quitaron los asientos traseros para transportar mayor cantidad de droga, pudiendo llegar a cargar cantidades cercanas a los 900 kg de hachís en cada viaje. El valor de mercado de este tipo de aeronaves en el marcado negro rondaría los 900.000 euros.
La investigación ha sido llevada a cabo conjuntamente por agentes de la Guardia Civil y la Gendarmería Real Marroquí. En concreto han participado: Unidades de Policía Judicial de Málaga y Cádiz y el Centro Regional de Análisis e Inteligencia contra el Narcotráfico (CRAIN), con apoyo del referido GAR y de la UHEL de Cádiz, junto a personal de la Gendarmería Real Marroquí, con quienes se ha mantenido intercambio de información fundamental para la desarticulación de la organización delictiva, siempre según la nota de la Benemérita. (Julio Maíz)