La opinión, la información y la influencia es uno de los dominios de los teatros de operaciones. La propaganda no gana una guerra, pero ayuda a debilitar o sostener las narrativas del discurso, y este es parte del objetivo político. Para ganar los corazones y las mentes hace falta propaganda. De esto trata el libro “La batalla de la propaganda en la Segunda Guerra Mundial”, que acaba de salir publicado, de carteles, eslóganes, discursos y guerra psicológica.
La obra es un fascinante recorrido a través de los entresijos de uno de los conflictos más grandes de la historia humana desde un prisma diferente. El autor es Miguel García Álvarez, un ingeniero de Telecomunicación apasionado de la cartografía aplicada a la divulgación. En su web “Mapas Milhaud”, utiliza un catálogo de mapas como herramienta para explicar la historia. Desde los primeros pasos de la propaganda política hasta su escalofriante apogeo durante la guerra, aborda el poderoso mundo de la manipulación mediática de las masas con fines políticos.
Está dividido en cuatro partes: los orígenes, los principales protagonistas, los medios y los fines. Se analizan los casos de Alemania, Unión Soviética, Estados Unidos, Gran Bretaña, Japón, Italia y también los de la resistencia, que es la organización contra los invasores. Aquí están principalmente dos: China y la Europa ocupada, con lo ocurrido en Países Bajos, Bélgica, Polonia, Noruega y Francia.
Lo interesante es la descripción de las diversas técnicas utilizadas para influir en la población, y cómo la propaganda se va convirtiendo en un arma crucial en el arsenal de los líderes y regímenes enfrentados. La educación y la motivación de los soldados serán dos componentes esenciales. Se muestra cómo cada bando, ya sea el Eje o los Aliados, desplegó una amplia gama de estrategias propagandísticas para moldear la percepción pública, desde carteles y películas hasta programas de radio y prensa, para intentar ganar la guerra.
También se examina el impacto psicológico de estas campañas en la moral de los civiles y soldados en el frente, lo que ayuda a comprender conflictos contemporáneos, teniendo en cuenta las novedades de los medios, que son televisión, Internet y redes sociales.
Con un estilo ameno y una meticulosa investigación histórica, «La batalla de la propaganda en la II Guerra Mundial» es un trabajo que nos acerca a un aspecto fundamental pero a menudo subestimado del conflicto, destacando su relevancia en la configuración del curso de la guerra y su legado en la sociedad moderna. Incluye también una extensa bibliografía. Como afirma el autor, después de la Segunda Guerra Mundial la propaganda no terminó y también hoy nos afecta en múltiples dimensiones.
No somos inmunes a la influencia de la opinión publicada, cine, contenidos en redes o noticias, pero lo que sí podemos hacer es limitar su impacto, habituarnos a acudir a fuentes fiables, aprender, y no ser partícipes de la divulgación de bulos o de la perpetuación de sesgos. (Gabriel Cortina)
Ficha técnica:
Miguel García Álvarez
Editorial Pinolia
319 páginas
@MilhaudMapas