La muerte de César interrumpió sus proyectos de poner al día el inventario geográfico del mundo. Como el excelente estratega que era, conocía el valor de los conocimientos, basta recordar el célebre inicio de La guerra de las Galias con la descripción de las «tres partes» de la Galia.
Para controlar el mundo uno ya no podía contentarse con las informaciones literarias a menudo obsoletas, excepto para alimentar la propaganda. Por consiguiente, a comienzos del año 44, César había encargado a cuatro sabios griegos, elegidos por su erudición, que redactasen una descripción del mundo conocido: Nicodemo se ocupaba de Oriente, Dídimo de Occidente, Teodoto del Septentrión y Políclito del Sur.
El período entre el asesinato de Julio César y los suicidios de Marco Antonio y Cleopatra estuvo plagado de una sucesión de guerras civiles que, mezcladas o combinadas con conflictos en otros escenarios europeos y asiáticos, se puede considerar que dieron lugar a una guerra mundial.
El autor es Giusto Traina, historiador italiano, profesor de historia romana en la Universidad de París Sorbona-París IV, miembro de alto rango del Instituto Universitario de Francia. Como explica, el fin de la República fue, desde el punto de vista de las fuentes romanas, un largo siglo marcado por guerras civiles: Mario contra Sila, César contra Pompeyo y Octaviano contra Marco Antonio.
Guerras que podrían parecer solo ajustes de cuentas entre facciones romanas, interrumpidas por campañas contra bárbaros o rebeldes, pero, en realidad, fueron algo mucho más complejo. ¿Cumplieron su misión los sabios nombrados por César y obtuvieron nuevas informaciones de interés militar? El fin de la República romana, ¿fue una guerra civil o el inicio de una guerra mundial?
Desde Hispania hasta Mesopotamia, la perspectiva se volvió global. Porque ante esta expansión, bereberes, hispanos, galos, griegos, tracios y armenios ocuparon la primera fila de estos espectáculos trágicos de las guerras civiles romanas de las que dependía su destino, por lo que fueron más que peones en el tablero del Imperio romano.
Junto a Octaviano o Antonio, hubo otros extranjeros menos conocidos que Cleopatra implicados en el Gran Juego entre Roma, los partos y los demás pueblos vecinos: el moro Bogud, el cilicio Tarcondimoto y el armenio Atravasdes, que influyeron en la política interna republicana.
«La guerra mundial de los romanos» está dividido en doce capítulos, cuenta con extensas notas, una bibliografía muy bien organizada (por cuestiones generales, los protagonistas, y por los pueblos y sus espacios), un índice de antropónimos, de topónimos y de gentilicios y numerosos mapas. (Gabriel Cortina)
Ficha técnica:
La guerra mundial de los romanos
Giusto Traina
Editorial Crítica
278 páginas