A pesar de que la corona española en 1532 ordenara iniciar un estudio para hacer un canal, que permitiera unir “los dos mares” (Pacífico y Atlántico) sin tener que navegar hasta los rugientes 40º para atravesar el Cabo de Hornos, el estrecho no estuvo operativo hasta bien entrado el siglo XVIII. Por lo que el istmo durante ese largo periodo se convirtió en el único punto que permitía unir los virreinatos del Perú y de Nueva España con la metrópoli. Y la elección de la ubicación de Panamá la Vieja, resultó ser un gran acierto.
Durante casi 300 años Panamá la Vieja fue el lugar que posibilitó el movimiento del engranaje que movía la maquinaria de la economía del Imperio español: oro, plata, esmeraldas… riquezas que desde América y Asia, a través de la zona del Istmo, eran transportadas por las Flotas de Indias a Europa y se convertían así en una importantísima inyección económica para la economía mundial.
De igual manera, recibía los productos europeos que llegaban a América transportados por las mismas Flotas y a través del Istmo, cruzaban al Pacifico y gracias al Galeón de Manila, esos productos, a los que se unían los del continente americano, llegaban a Asia y por otro lado, la Armadilla de la Mar del Sur, los transportaba al Cono Sur del continente americano, en un ciclo y viajes que supusieron la primera globalización. Desde entonces ni el mundo ni la economía volvieron a ser los de antes.
En este apasionante libro el lector conocerá qué fue lo que hizo que Panamá se convirtiera en el corazón del Imperio español, impulsora esencial de la economía mundial.
Ficha:
Título: Panamá, corazón del imperio español
Editorial: Almuzara
Autor: Juan Ángel López Díaz
Nº de páginas: 256