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El Ejército del Aire y del Espacio necesita armas ofensivas aéreas de mayor alcance

La llegada de los EF-18 Hornet aportó capacidades como el uso del misil antirradar HARM que deben retomarse en nuevas plataformas. (Octavio Díez Cámara)
La llegada de los EF-18 Hornet aportó capacidades como el uso del misil antirradar HARM que deben retomarse en nuevas plataformas. (Octavio Díez Cámara)

Mucho se cuestiona la necesidad del que el Ejército del Aire y del Espacio español obtenga un determinado modelo de avión de combate para acabar de completar la renovación de capacidades aéreas tras la decisión de dar de baja toda la flota de EF-18 Hornet en, aproximadamente, una década. Pero al debate de obtener un tipo de cazabombardero de una u otra generación u origen, y teniendo en cuenta que se han concretado ya los programas Halcón I y Halcón II que permitirán contar con 45 ejemplares del EF-2000 Eurofighter en una configuración especialmente moderna, se suma, en mi opinión, otro que no es baladí.

Necesitamos más armas ofensivas aéreas y que éstas tengan un mayor alcance y potencial destructor. Las lecciones aprendidas de escenarios de conflictos durante las dos últimas décadas han demostrado que la capacidad ofensiva aérea sigue siendo determinante y también lo será en el caso de que el Ejército del Aire y del Espacio tenga que neutralizar alguna amenaza futura, lo que deja claro que las armas especialmente eficaces son imprescindibles para la victoria.

Si analizamos las capacidades conocidas actuales del Ejército del Aire y del Espacio, muchas de las cuales en lo que es su vertiente ofensiva aire-superficie se sustentan en la plataforma EF-18 Hornet que en un plazo relativamente corto será ya cosa del pasado, vemos que sólo se dispondría de unas pocas decenas de los misiles de crucero Taurus recientemente modernizados. Los misiles aire-superficie Maverick, Harpoon y HARM que llegaron con los EF-18 ya estarían al límite de su vida útil, si es que pueden seguir siendo usados.

Un cazabombardero estadounidense con cinco misiles antibuque furtivo es, en un ejemplo a imitar por España, un buen incentivo desescalador de amenazas en caso de crisis futuras. (USAF)

Es verdad que se han adquirido bombas guiadas de alta precisión y potencia, pero está claro, más en el contexto de amenaza internacional actual, que el Ejército del Aire y del Espacio necesita renovar con urgencia sus armas ofensivas aéreas. Se deberían incorporar misiles de crucero furtivos con capacidad de alcanzar objetivos a varios cientos de kilómetros del punto de lanzamiento, misiles antibuque que podrían derivarse del contrato de los NSM (Naval Strike Missile) para buscar una comunalidad con la Armada, misiles anti radiación de nueva generación, misiles de alta capacidad neutralizadora para atacar instalaciones bunkerizadas, …., sistemas que son ya una necesidad clara.

Más aún, el proceso de incorporación de ese tipo de armas ofensivas aéreas debería ir parejo al de su incorporación a la flota de EF-2000 Eurofighter, porque en estos últimos no se han integrado, de momento, misiles aire-superficie y debería avanzarse en ese sentido con mucha más rapidez de lo que parece. También, y porque no hacerlo, sería bueno apostar por poder montar misiles antibuque en los nuevos CN-295 de patrulla marítima o instalar la capacidad de disparar sistemas de autónomos desde los A-400M de transporte para darles un mayor uso militar.

En todo ese contexto entiendo adecuado un análisis serio y válido sobre si la industria española podría involucrarse directamente o indirectamente en su obtención, tanto cofrabricando como participando y adquiriendo conocimiento que pueda ser aplicado al futuro FCAS o a otras necesidades propias del Ejército del Aire y del Espacio. (Octavio Díez Cámara)


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