Lockheed Martin ha anunciado que Rumanía se ha convertido en el 20º operador de su avión de combate F-35 Lightning II, tras la firma de una Carta de Oferta y Aceptación o LOA (Letter of Authorization), el pasado 21 de noviembre, con el Gobierno de Estados Unidos.
En virtud del acuerdo, a través del programa de Venta Militar Extranjera o FMS (Foreign Military Sales), la Fuerza Aérea de Rumanía se dotará de 32 aviones de combate F-35, de su versión de despegue/aterrizaje convencional, la A, lo que supondrá una importante ampliación de las capacidades de su fuerza aérea y reforzará su papel como socio de seguridad fundamental dentro de la OTAN. El precio fijado, según aprobó en septiembre de este año el Departamento de Estados norteamericano, según publicó la Agencia de Cooperación para la Seguridad de la Defensa o DSCA (Defense Security Cooperation Agency), será de un máximo de 6.910 millones de euros.
Este hito refleja el compromiso de Rumanía, fronteriza con Ucrania, por reforzar su defensa. En un comunicado de prensa, la multinacional Lockheed Martin destacó que el F-35A ofrece «una capacidad operativa inigualable combinada con una red de apoyo global asequible y eficiente». La compañía destacó cómo la capacidad del avión para operar en entornos altamente disputados e integrarse perfectamente con los sistemas de la OTAN proporcionará a Rumanía ventajas estratégicas sin precedentes.
Según declaró el teniente general de la fuerza Aérea de los Estados Unidos Mike Schmidt, director y Oficial Ejecutivo del Programa de la Oficina del Programa Conjunto del F-35, “la integración del F-35 Lightning II en la Fuerza Aérea de Rumanía mejorará significativamente las capacidades de disuasión de la OTAN, proporcionando ventajas estratégicas, operativas y tácticas sin precedentes”.
Los comentarios de Schmidt reflejan la creciente importancia de las plataformas de 5º generación para garantizar la preparación y cohesión de la OTAN, especialmente a lo largo de su flanco oriental. De hecho, de los 20 operadores actuales o futuros confirmados del avión de combate, un total de 11 son Fuerzas Aéreas de la Alianza Atlántica: Alemania, Bélgica, Dinamarca, Estados Unidos, Finlandia, Italia, Noruega, Países Bajos, Polonia y Reino Unido, además de Rumania; y Turquía, que fue expulsada del programa.
La adquisición de 32 cazabombarderos F-35A Lightning II proporcionará a Rumanía un salto cuántico en términos de fusión de sensores, capacidad de supervivencia y capacidad de ataque de precisión, permitiendo al país llevar a cabo operaciones en entornos disputados en los que las plataformas más antiguas tendrían dificultades para operar con eficacia.
Gracias a su baja firma radar, la denominada capacidad furtiva o stealth, y a sus avanzadas capacidades de interconexión, los F-35A permitirán a Rumanía no sólo defender su espacio aéreo con mayor eficacia, sino también proyectar su poder en toda la región del Mar Negro. Para la OTAN, la integración de los F-35A en la Fuerza Aérea de Rumanía refuerza la postura de disuasión colectiva de la Alianza en su flanco oriental. Situada estratégicamente a lo largo del Mar Negro, el país desempeña un papel clave a la hora de contrarrestar posibles amenazas de adversarios como Rusia.
Más allá del dominio aéreo, la adquisición refuerza las capacidades operativas conjuntas de Rumanía. El conjunto de sensores del avión puede recoger datos críticos de inteligencia, vigilancia y reconocimiento o ISR (Intelligence, Surveillance and Reconnaissance), proporcionando un apoyo inestimable también a las fuerzas terrestres y navales. Esta capacidad mejora el conocimiento de la situación de la OTAN en el Mar Negro, donde las tensiones marítimas siguen aumentando. Además, las capacidades de guerra electrónica o Electronic Warfare (EW) del F-35A le permiten suprimir y destruir las defensas antiaéreas enemigas, allanando el camino para las operaciones de seguimiento del resto de los aviones de combate, como lleva años realizando la Fuerza Aeroespacial de Israel. (Julio Maíz)