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Jueves, 21 de noviembre de 2024 Iniciar Sesión Suscríbase

Francia desarrollará la variante F5 del Rafale en paralelo al compromiso en el FCAS con Alemania y España

El cazabombardero Rafale, columna dorsal del Ejército del Aire y del Espacio francés. (foto Julio Maíz)
El cazabombardero Rafale, columna dorsal del Ejército del Aire y del Espacio francés. (foto Julio Maíz)

El Ministerio de las Fuerzas Armadas de Francia ha presentado al Programa de Planificación Militar 2024-2030 una enmienda en la que se revela que está desarrollando una nueva variante del avión de combate Dassault Aviation Rafale, denominada F5.

 

Es un hecho significativo porque Francia impulsa junto a España y Alemania el programa europeo de avión de combate de nueva generación, conocido como Sistema de Armas de Siguiente Generación / Futuro Sistema de Combate Aéreo  (en inglés Next Generation Weapon System / Future Combat Air System -  NGWS/FCAS). Según los medios de comunicación franceses, Dassault Aviation había contemplado previamente la posibilidad de abandonar el acuerdo y desarrollar una alternativa francesa (una suerte de Plan B) si el programa FCAS no lograba superar el largo estancamiento.

 

En aquel momento, como parte de su ofensiva mediática, el jefe de Dassault, Eric Trappier, habría dicho que tenía un concepto para un desarrollo significativo del Rafale, desde el que se controlaría un sistema aéreo remotamente tripulado de combate, al que denominaron Loyal Wingman, que se desarrollaría utilizando los avances tecnológicos del programa nEUROn.

 

 

El Dassault Aviation “nEUROn“. (foto Aerolegende)

 

Pero el programa FCAS se reactivó: los países socios, Francia, Alemania y España, tras resolver sus diferencias, firmaban el pasado 15 de diciembre un acuerdo para poner en marcha la selección de arquitecturas, desarrollo de conceptos, maduración de tecnologías y validación mediante demostraciones, la conocida como Fase 1B. El contrato, valorado en unos 8.000 millones de euros, ponía en marcha la siguiente fase del NGWS/FCAS y era adjudicado a Dassault Aviation, Airbus Defense and Space GmbH y Airbus Defense and Space SAU, Indra y Eumet (Joint Venture entre Safran Aircraft Engines y MTU Aero Engines).  

El Rafale F5

 

Sin embargo, a pesar de la inversión y el compromiso con el FCAS, los franceses no han renunciado a la idea de desarrollar y volar una versión más moderna de su cazabombardero Rafale que comparta algunos principios previstos en el futuro avión de combate europeo.

 

El concepto del Rafale F5, o Súper Rafale, existe, de hecho, desde hace tiempo, ya fue noticia en 2021. Frédéric Parisot, jefe adjunto del Ejército del Aire y del Espacio francés, afirmó: «Dassault Aviation se dispone a crear el estándar F5 de la aeronave existente, «dotado de un número impresionante de capacidades (…) A principios de la década de los años treinta, el estándar F5 permitirá mejorar aún más la capacidad del Rafale, con nuevos sensores y armamento, pero también capacidades de comunicación, colaboración e interoperabilidad», señala el informe.

 

La enmienda al Programa de Planificación Militar 2024-2030 esboza algunas capacidades que se desarrollarán como parte del programa Rafale F5, incluida una potencia de procesamiento significativamente mayor.

 

Lo más importante es que se introducen dos nuevas capacidades claves, como la supresión de las defensas antiaéreas enemigas o Suppression of Enemy Air Defenses (SEAD), y el desarrollo de un sistema de Loyal Wingman de combate presentado como “derivado” de los avances tecnológicos del programa nEUROn.

 

El Gobierno francés, no pierde el compás de su participación en el FCAS, pero quiere contar previamente con un avanzado avión de combate que incorpore parte de las capacidades que traerá el futuro avión de combate de 6ª generación.

 

El otro punto clave del desarrollo es mantener las opciones de exportación, uno de los productos de más éxito de la industria de defensa de Francia son los Rafale. Así, París quiere seguir manteniendo esa cuota en los mercados internacionales antes de la llegada de los FCAS y, de paso, evitar las cortapisas de la legislación alemana en materia de exportaciones de material de defensa, que ha lastrado las ventas de varios sistemas militares franco-alemanes. (Julio Maíz)


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