El objetivo es reemplazar el veterano sistema europeo Panavia Tornado para 2030. Además, desde el parlamento alemán se confirma que el ministerio de Defensa alemán o Bundeswehr tiene la intención de comprar hasta 35 cazas F35, de su versión de despegue/aterrizaje convencional F-35A, además de 15 Eurofighter adicionales, para reforzar la flota de Tornado, que actualmente es la mayoritaria en la Fuerza Aérea de Alemania o Luftwaffe.
En este sentido en mayo de 2018, el teniente general Karl Müllner, por entonces jefe de la Luftwaffe, fue obligado a dejar su puesto por la hoy comisaria europea, Ursula von der Leyen, por su apoyo a la compra de los aviones de combate estadounidenses de 5ª generación F35A.
Su petición chocaba con el objetivo de desarrollo del avión de combate de nueva generación europeo, el denominado Future Combat Air System (FCAS), una de las apuestas personales de la mencionada política, por entonces la flamante ministra de Defensa alemana del gabinete conservador de Merkel.
El militar alemán tenía claro que la Luftwaffe necesitaba urgentemente un sistema que pudiese sustituir capacidades como la de destrucción de defensas antiaéreas enemigas y, sobre todo, de lanzamiento de bombas nucleares norteamericanas B61, que otorga desde hace décadas el Tornado. Roles que el Eurofighter no podía asumir a corto/medio plazo, y que se hubieran de implementar en un largo proceso de desarrollo, sujeto a unos altos costos e importantes riesgos tecnológicos.
Hoy, su sucesor, el teniente general Ingo Gerhartz, manifiesta que “El F-35 es el avión de combate más avanzado del mundo. La decisión de adquirir este avión fortalece nuestra capacidad junto con nuestros socios para asegurar el espacio aéreo OTAN y defender la alianza".
En menos de cuatro años la misma fundamentada opinión, que antes era penada con el cese, se ha convertido en fundamental para avalar la actual decisión de Christine Lambrecht, que es socialdemócrata. Y es que el 24 de febrero cambio el mundo con la invasión de Ucrania por parte de la Rusia de Putin, derrumbando el concepto de la mayoría de los países de la UE, incluida Alemania, del gasto en defensa era meramente marginal, y siempre ligado a mantener una industria propia en aras de conservar el empleo y el sector económico.
Como siempre ha mantenido Estados Unidos “freedom is not free” (la libertad no es gratis). El canciller de Alemania, Olaf Scholz, fue el primer político europeo que tomaba el testigo al desafío ruso, anunciando a finales de febrero que su Gobierno crearía un presupuesto excepcional de 100.000 millones de euros para modernizar las capacidades del Bundeswehr y que en lo sucesivo gastaría al menos el 2% de su PIB en defensa. (Julio Maíz Sanz)
Foto: F-35 norteamericano, pronto lucirán la cruz de la Luftwaffe. (foto USAF)