Los recientes acontecimientos en Ucrania, con enfrentamientos convencionales intensos, han propiciado la necesidad de reforzar las capacidades de los ejércitos de tierra de distintos países con armas tan poderosas como lo es el carro de combate.
Las perspectivas para este último parecen ser mejores de lo que eran sólo hace unos años, pues el proceso de reducción internacional de sus cifras parece que se va a revertir. Según un reciente estudio, que nos ha sido facilitado por la firma germana Rheinmetall, hay un mercado emergente para el carro de combate de los países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) que no puede esperar a futuras soluciones que puedan llegar a largo plazo.
En esa línea de necesidad clara y manifiesta se encontraría su apuesta por el novedoso carro de combate Panther KF 51. Los carros de combate que se postulan como mejor posicionados para satisfacer los crecientes contratos que se van a ir generando en los próximos años -Polonia ya los ha ejecutado en fechas recientes, Italia está en ello y otros países también han manifestado sus objetivos a ese respecto- deberán combinar una inherente mejora de su capacidad letal con aspectos que incidan en una notable movilidad, una elevada protección y una más avanzada interconectividad con otros sistemas y medios propios y de los aliados de la OTAN.
Los actuales Leopardo, aunque excelentes, deberán reemplazarse por un nuevo modelo a partir de 2035, después de casi cuatro décadas de uso continuado. (Octavio Díez Cámara)
Cifras importantes
Rheinmetall, en su estudio, afirma que las necesidades de carros de combate para los países de la OTAN son interesantes y de ahí que se postule con su propuesta Panther KF 51 que es notoriamente avanzada si la comparamos con otras.
Se ha previsto que el mercado hasta 2035 tenga una demanda de entre 500 y 800 nuevos carros de combate, una cifra sustancial si la comparamos con los contratos acordados en lo que va de siglo en los que el número de esos potentes medios de combate terrestre se ha ido, de forma paulatina pero constante, reduciendo.
Más interesante aún es la previsión que se ha manifestado ya para el periodo posterior a 2035, con unas cifras que la compañía alemana estipula de entre 5.000 y 8.000 nuevos carros de combate para dotar a los distintos países de la Alianza Atlántica y sustituir con ellos las familias de los que ahora se usan entre los que se encontrarían modelos como los Leopard, Leclerc, Ariete o Challenger.
Programas como el de la modernización del Challenger británico son un paso intermedio hacia una necesidad clara de nuevos carros de combate. (DoD)
Por ese motivo, y dado de lo interesante del mercado que se presenta para satisfacer a la OTAN, ya hay varias empresas, entre ellas Rheinmetall, trabajando en conceptos que aúnen esos cuatro aspectos clave reseñados y en soluciones técnicas que pueden incluir cañones de 130 o 140mm, modelos equipados con sistemas aéreos autónomos y misiles contracarro, plataformas manejadas por tripulantes o controladas a distancia, y otras.
Son soluciones para países de la OTAN en las que el cargador automático va a convertirse en un elemento tan clave como la concepción digital que facilite la máxima interconectividad del carro de combate para incidir en su capacidad propia y reducir su vulnerabilidad ante otros sistemas de armas. (Octavio Díez Cámara)