Así de claro lo exponía Javier Solana, ex secretario general de la OTAN. En un encuentro con Martin Indyk, ex embajador de Estados Unidos en Israel, celebrado el 10 de febrero en la Casa de América de Madrid, en el que se abordaron las posibles consecuencias de la política exterior del nuevo presidente Donald Trump, el que también fuera Alto Representante de la Unión Europea para la Política Exterior y de Seguridad Común (1999-2009) ha puesto en evidencia que, “aunque la Alianza Atlántica necesita hacer grandes ajustes internos, los países europeos tenemos que tener las ideas muy claras, mantenernos unidos y reflexionar de forma inteligente sobre los temas de seguridad”.
Indyk y el varias veces ministro ─de Exteriores, Ciencia y Cultura─ durante los gobiernos de Felipe González (1982-1995), se mostraron partidarios de que los países europeos de la OTAN deben “invertir más en seguridad y defensa, ya que muchos de los nuestros males se deben a carencias de capacidades europeas de defensa, que Estados Unidos se ve en la necesidad de suplir”. Para Solana, “aumentar los gastos en seguridad y defensa es el gran debate que queda por hacer y que hay que hacer”. “Es una batalla difícil frente a la opinión pública… pero tengo mis dudas sobre si los parlamentarios europeos están por la labor de aumentar los presupuestos para derrotar a los terroristas islámicos”, ha concluido el ex secretario general de la OTAN.
Solana también hizo hincapié en que “no se pueden hacer diferencias entre seguridad interior y seguridad exterior”. “La seguridad es un continuo ─recalcó─ que hay que ver desde una perspectiva única y estratégica, y no desde un punto de vista corto placista y táctico, como ocurre ahora en Europa y Estados Unidos, pero no en China”. (Juan Pons)