Que la hipervelocidad es una de las últimas tecnologías realmente disruptivas en el panorama de la defensa queda claro con cada noticia que aparece sobre este asunto. Estados Unidos y China están acelerando sus desarrollos, intentando recortar la ventaja que tiene Rusia, con varios sistemas de armas hiperveloces en inventario, incluyendo el Kinzhal del que nos hemos ocupado recientemente.
Por ello y considerando que el desarrollo de estas armas aire-superficie es imparable (baste recordar que estados unidos probará este año cuatro de los nueve programas que tiene en marcha), se ha propuesto desarrollar un arma capaz de enfrentarse a misiles hiperveloces, es decir, que vuelen a velocidades superiores al Mach 5 (cinco veces la velocidad del sonido). De hecho en su discurso de mayo del pasado año el presidente ruso Vladimir Putin advirtió que las principales potencias tendrán tarde o temprano armas hipersónicas.
La tarea presenta muchos retos, pero según recogen medios rusos, está ya en marcha el desarrollo de un misil aire-aire de largo alcance que deberá ser capaz de destruir objetivos de alta velocidad y con muy elevada maniobrabilidad. Entre los objetivos estarán los misiles de crucero y los “gliders” o cabezas de reentrada de alta velocidad que en su ataque a superficie serán capaces de desplegar diferentes cabezas de combate (vehículos de reentrada múltiple e independiente o MIRV).
Este sistema de armas será desplegado previsiblemente en los interceptores Mig-31 actualmente en servicio y en el futuro Interceptor de Largo Alcance (PAK DP). Ya se le ha bautizado con Sistema Interceptor de Largo Alcance o MFRK DP (por sus siglas en ruso) y podría estar basado en una de las versiones avanzadas del misil aire-aire de medio alcance R-77 como es el K-77M.
Para los analistas rusos, la mejor opción es destruir el vehículo portador hiperveloz antes de que despliegue los múltiples misiles o proyectiles independientes contra sus objetivos en tierra ya que abatir a estos sería realmente complejo. Para ello se desarrollará un misil de alta velocidad y largo alcance, dotado previsiblemente de guiado activo y cabeza de guerra de fragmentación cuyo objetivo pueda ser detectado y monitorizado por la red de radares de alerta en tierra o por aviones de alerta aérea aerotransportada. Una vez determinada su trayectoria, aviones de combate de alta velocidad como el citado Mig-31 se desplegarán hacia el área calculada lanzando los interceptores probablemente en elevado número dada la posibilidad de que el objetivo realice maniobras complejas.
Según los medios rusos, el candidato más viable es el K-77M, uno de los desarrollos más recientes de la familia R-77. También denominado Izdeliye o Izd (por artículo) 180, fue concebido para los aviones de combate rusos de última generación. Actualmente en desarrollo por la compañía Vympel, contará con un motor de doble empuje, un radar de escaneo activo (AESA) para el guiado y superficies de control de diseño convencional a diferencia de las aletas con diseño de reja de las versiones iniciales. Otra variante denominada K-77ME (Izdeliye 180-BD) emplea motor ramjet. (José Mª Navarro García)
Fotografía: El HCSW, uno de los desarrollos estadounidenses hiperveloces (Lockheed Martin)