En un hecho insólito, el propietario y uno o dos tripulantes de un buque apresado por pesca ilegal y retenido en una base naval de Uruguay, accedieron a la instalación y, cuando el efectivo que custodiaba ese sector abandonó su guardia, antes de tiempo, procedieron a poner en marcha los motores del pesquero y se fugaron a bordo del mismo.
La embarcación había sido capturada a mediados de enero por faenar ilegalmente en aguas territoriales uruguayas (a 70 millas de la costa) y allí trasladada para decomisar la carga e iniciar trámites judiciales. En pocos días más iba a promulgarse una fuerte multa que debía pagar para poder abandonar este puerto, y retornar a Brasil, lo que agilizó, aparentemente, la acción delictiva. Aunque al buque se le habían retirado los elementos de seguridad, de navegación, el GPS y las radios, parte de esos equipamientos bien y casi seguramente pusieron haberlos traído consigo los brasileños, que pusieron en marcha el buque una hora después de quedar sin vigilancia, a la 1 de la madrugada del lunes, zarpando y navegando sin luces.
La "Isla de Lobos", de 103 toneladas , recientemente adquirida en Alemania, conformó su tripulación media hora después del hecho- conocido ,además, de forma tardía, sólo a la hora de los relevos, siendo integrada en parte por personal local aún en entrenamiento. Consecuencia de la demora en percatarse de lo sucedido en el perímetro, también una aeronave Cessna 337 de la Aviación Naval fue alertada después, cuando el pesquero ya se había adentrado hacia aguas de Brasil, cuyo gobierno fue alertado, capturando la nave al entrar al puerto de Río Grande en las primeras horas del miércoles, detectando, las autoridades navales brasileñas, un cúmulo de irregularidades, que llevaron allí también a la aprensión del buque nuevamente. El propietario afirmó que no disponía de efectivo para abonar la multa y por eso decidió ejecutar esta acción.
Se inicia ahora en Uruguay una investigación judicial y otra administrativa debido a la posibilidad de negligencia, desinteligencias y/o corrupción en esferas estatales ante los sucesos- en el ámbito de la Prefectura Nacional Naval, especialmente -más allá de destacarse nuevamente la falta de recursos tecnológicos y carencia de recursos humanos que sufre la Armada en las últimas dos décadas. Además , habrá que modificar la legislacion sobre pesca clandestina, ya que la normativa actual solo la califica como una falta grave, aunque, como la nave fugada al ser capturada registró varios gestos y conductas hostiles, la Justicia bien podría haber dictado la inmovilización de su sistema de propulsión, lo que, llamativamente , no acontecio. Uruguay presentó una nota diplomática a la cancillería brasileña y ambas Armadas han realizado diversos contactos. (Javier Bonilla)