Las Fuerzas Armadas de Uruguay comenzaron a recibir el famoso Fusil de Batalla (o de Combate) FAL, munición de “potencia completa” 7.62x51mm, fabricado por ex la Fábrica Militar de Armas Portátiles de Argentina, bajo licencia de la FN (Fábrica Nationale) de Bélgica, a partir de fines de los años 70´, sustituyendo el armamento personal oriundo de la Segunda Guerra Mundial: Garand MA1, Carabinas M1/M2, Subametralladora M3, Subametralladora/Subfusil/Fusil de Asalto Thompson Cal.45.
El FAL (acrónimo de Fusil Automático Liviano) es un arma larga, de 1050 mm de largo total en su versión de culata rígida, y un peso aproximado a 4,3 kg. Fue fabricado bajo licencia por muchos países además de Argentina (Brasil, Sudáfrica, India…) Siendo un arma diseñada en los años 50´ es aún considerada como actual en lo referente a su utilidad, munición y efectividad. Su debilidad actual está referida a sus dimensiones, y al tiempo transcurrido desde su fabricación. En el caso de Uruguay, promedia los 40 años.
En este período se ha evidenciado como una de sus mayores dificultades, el poder evacuar rápidamente un vehículo blindado, un helicóptero o lanzarse en paracaídas con un FAL de culata rígida, incluso con un FAL-Para, versión de culata rebatible. La empresa DS Arms de Illinois, USA, fundada por técnicos de origen sudafricano, ha desarrollado un kit de conversión del clásico fusil en una carabina de dimensiones menores, el SA58 FAL.
El kit incluye cañón, rieles picatinny, culata rebatible, etc., quedando en uso de los componentes anteriores, poco más que la caja y los cargadores originales del viejo fusil FAL.
Se le colocan a nuevo, entonces, más del 80% de partes. Se logra una carabina (no un nuevo un fusil de asalto) manteniendo su munición NATO 7.62x51mm de potencia completa (la 5.56 es de potencia media), muy necesaria en las tareas y misiones militares reales habituales de las FFAA uruguayas: vigilancia del perímetro de cárceles y misiones de mantenimiento de la paz bajo bandera de la ONU.
El kit convierte el viejo fusil FAL en una carabina de 590 mm con la culata plegada, 876 mm con la culata desplegada y menos de 4 kg de peso. Puede portar una cantidad de elementos como linterna, mira holográfica (muy recomendable tras conflictos como el de Malvinas), etc. manteniendo su robustez y efectividad por 650 metros de puntería.
Lo fusiles de asalto 5.56 no superan usualmente los 300 mts, y su munición de potencia media se desvía con cualquier obstáculo, aunque sea blando, lo cual no sucede con la munición 7.62x51mm.
La propuesta de este kit ofrece un arma cuyos componentes superan el 80 % de piezas nuevas, en prácticamente casi la mitad de largo, obteniendo una maniobrabilidad muy apreciada a precio mucho menos del de un armamento del mismo calibre recién adquirido. Fue presentada inicialmente la oferta al Ministerio de Defensa y la Fuerza Aérea Uruguaya (cuyo armamento orgánico es el FAL) para extender la propuesta también al Ejército Nacional y la Armada.
Se apunta a las siguientes ventajas: Dotarse de un arma compacta, moderna y casi totalmente nueva y llenar un vacío de transición para poder estudiar cuál será el arma 7.62mm del futuro para las FFAA uruguayas. Estandarizar la munición 7.62x51mm, ya que la misma es utilizada en:
-Armas de apoyo (MAG y MG3) y otras (blindados, etc.)
-Mimigun de A-37B
-Pod subalares del PC-7 Pilatus
-Pod subalares del T'34C1
Este aspecto para la logística es fundamental desde el punto de vista del abastecimiento y la economía. En la región, el Ejército Argentino ya adoptó esta conversión bajo la denominación de FAMCA (Fusil Argentino Modelo Carabina), desde 2018. (Javier Bonilla)