Representantes de la coreana Korean Aerospace Industries han expuesto a autoridades de la Fuerza Aérea Uruguaya y el Ministerio de Defensa las características y capacidades del caza FA-50 Golden Eagle/Fighting Eagle, más allá de sus numerosas versiones de entrenamiento puro, encomendado por las Fuerzas Aéreas de Filipinas, Irák y Polonia.
Capaz de dotarse de bombas inteligentes, misiles Sidewinder y Maverick o pods de guerra electrónica, además de sus tres cañones de 20 mm General Dynamics A-50, esta aeronave supersónica, con algunas similitudes al F-16, ya fue considerada antes por Argentina y otros países sudamericanos.
Sería un arduo desafío para una Fuerza Aérea casi desmantelada tecnológicamente en los últimos 20 años, cuyas capacidades logísticas han disminuido notablemente, así como es cada vez más escasa la disponibilidad de personal activo idóneo debido a constantes retiros de profesionales, desestimulados por los modestos salarios y la creciente falta de material de vuelo.
En el caso del turbohélice KT-1, mucho más próximo a la acotada realidad uruguaya, diseñado por uno de los proyectistas de la saga Embraer Tucano y Súper Tucano,el brasileño Guido Pessotti Y ensamblado regionalmente en Perú, ya en 2014 fuera ofrecido a la Fuerza Aérea Uruguaya en condiciones aparentemente ventajosas por el ex ministro de Defensa peruano Pedro Cateriano y podría eventualmente tratarse de una aeronave dual, que pudiera utilizarse tanto para fines de posgrado de los pilotos egresados de la Escuela Militar de Aeronáutica al posterior Escuadrón de Vuelo Avanzado, así como de ataque ligero, mientras no haya una decisión en materia de reactores.
De alguna manera, al igual que en el caso del país trasandino, en lo que hace a este modelo, es probable que KAI ofrezca cierto tipo de transferencia tecnológica de alguna etapa local de montaje o de fabricación de componentes, como hace pocos años ofreció inclusive a Paraguay.
Corea del Sur desde hace una década intenta, además, una Acuerdo de Libre Comercio con Uruguay y el Mercosur, para lo cual todos los países del Cono Sur estarían proclives e interesados en una forma mucho más abierta y menos conflictiva que con China, por ejemplo. (Javier Bonilla)