El inicio de la producción del fusil de asalto Kalashnikov AK-103 en Venezuela, un proyecto que se puso en marcha en 2006 y que se ha ido retrasando muchos años, comenzará a finales de 2019. La fecha la adelantó el ministro venezolano de Defensa, Vladmir Padrino, a varios medios rusos, a los que aseguró que: “La planta comenzará a funcionar a fines del próximo año, el 2019. Monitoreamos constantemente las obras de construcción. Cabe señalar que esta planta es de vital importancia estratégica para la independencia de Venezuela y sus Fuerzas Armadas".
La construcción de la planta ha sufrido retrasos desde el anuncio inicial, que realizó el fallecido Hugo Chávez en el verano de 2006. El año pasado, el vicepresidente para el Área Económica, Wilmar Castro Soteldo, dijo a los medios venezolanos que se esperaba que la planta de fusiles AK-103 alcance la capacidad operativa en 2018. Tras el colapso de la empresa rusa contratada para construir las dos plantas venezolanas destinadas a la producción local de este armamento portátil y su munición, la empresa estatal Compañía Anónima Venezolana de Industrias Militares (CAVIM) asumió la construcción y la responsabilidad de la puesta en marcha de las plantas.
El acuerdo para establecer las fábricas data de 2006, cuando se estableció una comisión conjunta ruso-venezolana. Establecía que los ingenieros y especialistas venezolanos serían entrenados por ingenieros de la firma rusa Kalashnikov para permitir la producción con licencia venezolana completa del fusil de asalto AK-103 de 7,62/39 mm, en servicio actualmente en las Fuerzas Armadas de Venezuela, que compró a Rusia 100.000 unidades de este arma.
Se planea que la nueva fábrica produzca unos 25.000 fusiles al año. En el momento del acuerdo, en julio de 2006, Chávez estimó que sus Fuerzas Armadas necesitarían dotarse con un millón de fusiles de asalto para defenderse de los Estados Unidos. La fábrica también está planificada para permitir la producción del fúsil de precisión local de cerrojo Catatumbo, desarrollado y fabricada por la Compañía Anónima Venezolana de Industrias Militares. Este arma venezolana, cuyas primeras unidades se entregaron en 2012, constará de hasta cinco versiones en calibres 7,62/39 mm, que coincide con el calibre del AK-103, así mismo se han desarrollado versiones con tubos para disparar munición de calibre 7,62/51 mm, y 7,62/ 54 mm. Así mismo se han creado versiones del arma destinadas a su uso contra material para disparar proyectiles de 12,7/99 mm y 20 mm (Julio Maíz Sanz).
Imagen: Imagen de un rifle de asalto AK-103. Foto: Burnyburnout.