(defensa.com) Corea del Norte ha dado un paso adelante para relajar el ambiente hostil que vive con sus vecinos del sur, proponiendo ahora que el antiguo armisticio que puso fin a la olvidada guerra de los años 50 sea sustituido por un “convenio de paz duradera”. La intención se ha hecho pública a través de un artículo del “Rodong Sinmun”, el diario oficial del régimen comunista, en el que se sigue señalando a EEUU como el principal culpable de la situación de tensión que se vive en la península coreana. El Norte acusa a EEUU de necesitar del armisticio para seguir manteniendo un permanente estado de guerra y “negar la firma del convenio de paz”.
Según el diario norcoreano, dejar intacto este acuerdo por el que se puso fin al conflicto entre las dos coreas en la Guerra Fría, imposibilitará que se pueda “construir un estado próspero, una vida estable o la prosperidad en la nación”. El Rodong Sinmun recuerda que fueron los ejercicios militares llevados a cabo junto a Corea del Sur, los “Foal Eagle”, los que llevaron a la península coreana al borde la guerra.Por su parte, y según ha informado la agencia surcoreana de noticias Yonhap, Corea del Sur considera que es primordial establecer la normalidad en el complejo industrial de Kaesong para volver a retomar las negociaciones que rebajen la tensión en la zona. De esta manera, Seúl ha vuelto a ofrecer este miércoles a Pyongyang la posibilidad de reiniciar los diálogos para que los operarios surcoreanos puedan reanudar su actividad en el complejo. En este sentido, el portavoz del Ministerio de Unificación de Corea del Sur ha recordado que la obligación de Corea del Norte es “sentarse en la mesa para celebrar diálogos, absteniéndose de tomar actos que pueden provocar dudas”.
Esta propuesta del Sur llega después de que Pyongyang hiciese público, a través del Comité para la Reunificación Pacífica de Corea, la intención de tener conversaciones sobre el futuro de Kaesong.
Además, y a través de este mismo medio de comunicación nacional, Corea del Norte ha criticado con dureza la postura de otros de los aliados de EEUU en la zona, el vecino Japón, al que acusa de querer crear nueva institución enfocada a la Defensa: el Consejo Nacional de Seguridad. Este organismo, que en este momento es un proyecto de ley, manejaría y supervisaría los asuntos de política y seguridad exterior, y cuyo papel serviría para tratar de una manera más específica los problemas de Tokio frente a cualquier amenaza que pueda dañar los intereses nipones. La creación de esta institución es rechazada abiertamente por Pyongyang, que la considera una manera de “acelerar la conversión de Japón en potencial militar y en Estado de guerra de agresión, lo que supone un gran desafío para la humanidad”.(Javier Martínez)