El ministro de Defensa de Argentina, Luis Petri, rubricó una resolución que anula normativas que fueron instauradas por la anterior administración que pretendían desvirtuar el espíritu fundacional de los liceos militares. Se restablecen programas educativos y de formación imprescindibles para que los jóvenes que egresan de estos liceos puedan integrar la reserva de las instituciones castrenses.
La supervivencia de los liceos militares, que son meros colegios secundarios con una fuerte raigambre militar y cristina, frente a los intentos de la administración kirchenerista se debió pura y exclusivamente a la fortísima oposición y defensa de los mismos que llevaron adelante los padres de los cadetes y ex alumnos, cuyas protestas llegaron a la opinión pública e impidieron que dichos institutos fueron cerrados.
A la profunda antipatía de los funcionarios de la administración kirchnerista hacia las Fuerzas Armadas, muchos de los cuales pertenecieron a organización terroristas en los setenta, se sumaba un importante negocio inmobiliario en ciernes, pues la mayoría de los liceos militares están en urbanizaciones de gran valor y de gran superficie.
Muchos terrenos de las Fuerzas Armadas argentinas fueron vendidos y se han realizado pingues negocios inmobiliarios sin un centavo para las instituciones militares, estas prácticas permitieron la venta de terrenos y edificios por más de cien millones de dólares, aunque ni un centavo fue a las propias fuerzas o para su equipamiento, el dinero se volatilizó.
En este caso, la dura resistencia de los padres y ex alumnos, la mayoría exitosos empresarios y profesionales, impidió la enajenación de bienes públicos en beneficio de unos pocos funcionarios y advenedizos del poder.
Inculcar la disciplina, potenciar la formación física y militar, promoviendo el patriotismo y preparando a los jóvenes para la vida democrática, a la vez que se restablece el Estado Militar para los cadetes de los dos últimos años y el régimen disciplinario tradicional en la formación de los liceístas, es el nuevo paradigma, o sea, regresar a las fuentes.
En un fuerte comunicado, el ministro Luis Petri indicó: “los Liceos Militares recuperan la excelencia educativa, la disciplina militar, la formación de líderes y futuros oficiales del Ejército, la Fuerza Aérea y la Armada…el destrato también se termina en los Liceos”, enumerando las muchas órdenes en contra de los liceos que llevo adelante el régimen kirchnerista, desde la prohibición de prácticas de tiro, a cambiar el sistema disciplinario, instaurar controvertidos planes de estudio, cambiar el régimen de internado o eliminar la integración de los egresados en la Reserva, entre otros puntos contrarios a la Defensa Nacional.
“Es necesario y conveniente que los cadetes posean Estado Militar a partir del penúltimo año y hasta su egreso de estos institutos como Subtenientes, Guardiamarinas o Alféreces de la Reserva, según el Liceo Militar en el que hayan cursado su etapa de educación media y que serán aplicables a las normas generales del ámbito militar a casos concretos en los términos que fijan el plexo normativo jurídico vigente con las adecuaciones propias en lo relacionado con el comportamiento de los cadetes.
Los liceos militares son institutos que en relación a los educandos pertenecientes al nivel medio de formación que son identificados como cadetes, tienen dos objetivos principales, el primero es brindar los conocimientos necesarios y adecuados a un nivel secundario caracterizado por la excelencia educativa que prepare a sus cadetes para afrontar con éxito la próxima etapa de educación universitaria o terciaria y que el segundo de ellos es proporcionar los saberes, habilidades y destrezas que requieren las competencias que debe poseer la primera jerarquía de un Oficial que se integrara a la Reserva”, dijo Petri. (Luis Piñeiro)
