A lo largo de la última conflagración mundial, los Estados Unidos construyeron un elevado número de grandes destructores, clasificados DD, Destroyer —en oposición a los DE, Destroyer Escort, que otros llamarían fragatas—. Todos ellos pertenecían a cuatro diseños básicos, con numerosos puntos comunes entre si:
-Tipo Benson/Gleaves/Livermore, de 96 unidades, muchas de ellas transferidas luego a otras Marinas, si bien desparecieron por completo en la década de los 70. El diseño era de preguerra, y las botaduras tuvieron lugar entre 1939 y 1943.
-Tipo Fletcher, también diseñado antes de Ia entrada en guerra de los EE.UU. y el más numeroso de destructores nunca realizado en aquel país: sus 175 ejemplares fueron botados entre 1942 y 1944.
-Tipo Allen M. Sumner, con un casco virtualmente igual al de los Fletcher, pero manga ligeramente mayor para consentir embarcar las piezas dobles de 127 mm., mantenían no obstante un sistema propulsor similar al de éstos. Entre 1944 y 1945 se terminaron 70 navíos de acuerdo con este diseño.
-Tipo Gearing, alguna vez mencionado simplemente como Sumner alargado—, que mantuvo también Ias máquinas de los anteriores, con un casco 4,27 m. más largo, fundamentalmente para contener tanques de combustible. De los 116 destructores de este tipo ordenados durante la guerra se terminaron unos 105 entre 1945 y 1946, muchos, por tanto, después de acabada Ia guerra.
LOS FLETCHER
Los destructores del tipo Fletcher dieron forma a la primera serie de DD propiamente de guerra de la US Navy, al encargarse tras el estallido de las hostilidades, bien que antes de que el país entrase en ella. Los 100 primeros ejemplares (DD498 al 597) se ordenaron el 9 de septiembre de 1940, concluyéndose Ia totalidad de los 175 ejemplares antes del fin de la conflagración, para dar paso a tipos mayores como fueron los Allen M. Sumner y los Gearing, siempre derivados de los propios Fletcher.
Serie típica de guerra, los Fletcher supusieron una relativa ruptura con los criterios constructivos estadounidenses previos, sobre todo por su tamaño, que omitía definitivamente toda concesión a las limitaciones del tratado de Londres de 1930. Su diseño de Gibbs and Cox de Nueva York se previó para la reproducción masiva —lo que de hecho se concretó al máximo—, por lo que eran buques simples en cuanto a estructura y proceso productivo, pero el concepto, por el propio deseo de reproducirlo en gran serie, fue de alta calidad y muy probado. Los Fletcher, despuntando dentro de toda la excelente construcción naval estadounidense de Ia SGM fueron navíos robustos que han consentido preservar buena parte de sus cualidades en utilización hasta nuestro 1984, siendo de recalcar su buena velocidad, que aún hoy día los remanentes son capaces de aproximar. Un comentarista naval tan prestigioso como Antony Preston califica a los Fletcher como los mejores destructores construidos en todos los tiempos.
Tras una muy intensa actividad militar durante la guerra, al finalizar ésta se pasó a la reserva la gran mayoría de los numerosos supervivientes, aunque muchos volvieron a la actividad durante la guerra de Corea. Otros serían antes desguazados o destinados a la ingrata misión de buques-blanco durante ensayos nucleares. En los años 50 fueron 39 los transformados limitadamente a base de reducir su artillería a cuatro piezas principales, con un montaje de tubos lanzatorpedos de superficie, y cambiando sus antiaéreos de 40 mm. originarios por los entonces nuevos de 76 mm., esquema al que responden los tres últimos Fletcher españoles.
Las cesiones a Marinas aliadas comenzaron en 1957, precisamente con los Capps y D. W. Taylor transferidos a la Armada española. Un alto número de Fletcher fueron a continuación prestados o vendidos a numerosas Marinas, de las que la más favorecida fue la brasileña, con siete, seguida de la alemana federal y griega (seis cada una). En números más discretos recibieron Fletchers Ias Fuerzas Navales de Argentina, Chile, Colombia, Corea del Sur, Italia, Japón, México, Perú, Taiwán y Turquía, además, naturalmente, de la Armada española.
La US Navy verificó una modernización antisubmarina (FRAMII) sobre cuatro de ellos, con plataforma para helicópteros antisubmarinos teledirigidos y lanzagranadas Weapon Able. En cualquier caso, los últimos Fletcher desaparecieron de las listas de la US Navy en 1975.
Los primeros Fletcher se construían con un puente aproximadamente cilíndrico (como el de los tres primeros españoles), mientras que los siguientes, que algunos llaman serie repeat Fletcher, recibieron uno de diseño totalmente innovador; afilado, apto para librarse del agua, supuestamente contaminada, procedente del lavado químico (luego ABQ) y de una mar brava, además de mejorar grandemente la visibilidad para el mando del buque. Al tratarse de una serie construida en tan gran número y en muy diversos astilleros, las diferencias entre unos ejemplares y otros pueden resultar, en detalle, notorias. Tal es el caso de los cinco Fletcher españoles, que pertenecen a diversas variantes.
Mientras los “Lepanto” están próximos a desaparecer totalmente de Ias listas de Ia Armada, los “Churruca” más modernos, permanecerán en servicio todavía algunos años.
LOS “CINCO LATINOS”
Algún tiempo después de establecerse el MDAP hispano-estadounidense, o Programa de Asistencia para la Defensa Mutua, se mencionó la posible transferencia a la Armada española de 10 destructores tipo Fletcher, modelo nunca anteriormente cedido a ninguna otra Marina.
Pronto se materializaría la cifra real en cinco, empezando por el reacondicionamiento en San Francisco, de la primera pareja, entregada a la Armada allí mismo (Treasure Island Naval Station) el 15 de mayo de 1957, aunque su alta sería 10 días posterior, con los nombres de Lepanto y Almirante Ferrándiz. También los tres siguientes repetirían los nombres de los destructores del viejo tipo Churruca que empezaban a retirarse entonces. Los dos primeros antedichos zarpaban rumbo a Europa el 1 de julio siguiente a la entrega, viajando a bordo del Lepanto el entonces ministro de Marina, Abarzuza: fácil es suponer qué acontecimiento podía suponer para aquella Armada, a la sazón subdesarrollada, el contar con barcos así.
Ganador de una Presidential Citation en la guerra y más viejo que los otros, en 1959 se recibía el Valdés en Filadelfia, donde se repetiría la ceremonia al año siguiente para el Alcalá Galiano, mientras que en el propio 1960 se realizaba la transferencia del último, el Jorge Juan, éste en Barcelona, el 31 de noviembre, con alta al día siguiente.
La firma de un nuevo —el tercero— tratado hispano-estadounidense en agosto de 1970 hacía que Washington ofreciese, entre cinco destructores, la transferencia de algún Fletcher adicional, que se rechazaría en beneficio de unificar las cesiones alrededor del tipo Gearing FRAM-L. Hasta la introducción en los primeros años 60 del actual sistema de numeración, los latinos usaron marcas de casco de la serie 40, sin letra de clase. Hasta 1962 se denominaron en España destructores antisubmarinos. Al igual que las corbetas Atrevida, de la 41., y en igual número, se integraron en una homogénea unidad, siempre basada en Cartagena, la 21.’ Escuadrilla de Destructores: esta promiscuidad, que no el origen de los barcos, fue quien dio origen al tradicional nombre para los Fletcher españoles como los cinco latinos. Con cierta frecuencia pasaban al Estrecho o a Canarias en maniobras, pero muy raramente a Galicia o al Cantábrico.
Aunque con una homogeneidad básica, los cinco Lepanto guardaban entre sí diferencias notorias, al proceder, como dijimos al hablar genéricamente de la serie estadounidense, de subtipos, astilleros y modernizaciones desparejas: los barcos mejor equipados llevaban menos equipos lanzacargas; con posterioridad a la SGM, en los años 50, todos los Fletcher embarcaron canastas para torpedos Mk-32, igual que los escoltas españoles del Programa de Modernización. Por el tiempo de su entrega, los radares de exploración eran heterogéneos, y también el de tiro sobre el director principal Mk-37, radar que era en los más primitivos un Mir-12 de la SGM. Durante los años 60 se instalaron mástiles de trípode en los barcos que no los tenían, y los antedichos radares se homogeneizaron con los de los más modernos —Alcalá Galiano y Jorge Juan—, quedando básicamente uniformizada la electrónica aire/superficie de los cinco, salvo en lo que respecta a los radares de tiro menores, de los que los Lepanto y Ferrándiz, al ir armados con piezas de 40 mm., carecieron siempre. Después se cambió el equipo de sonar de los cinco, reemplazándolo por otro de mayor alcance, a bordo de tres de los destructores en 1966 y de los dos restantes en 1967. Al parecer la sustitución consistió en prescindir del AN/S QS4 en favor de sus derivados de la serie AN/SQS-29: dicha serie utiliza el transductor básico del primero, y cuenta con cuatro variantes, Ias SQS-29, 30, 31 y 32, que difieren entre sí por las frecuencias de operación. Hacia 1973/74, por fin, casi todos recibieron los tubos Mir-32.
En todo caso, la tipología de los Fletcher españoles sigue conservando la evidencia de las variantes propiamente estadounidenses de la dilatada serie: así, los dos primeros conservan los calibres antiaéreos que ya utilizaban en la SGM, aunque reducido el número de las piezas y habiendo, hace mucho, prescindido de los tubos de 533 mm. Ellos dos y el Valdés poseen también el puente seudo-cilíndrico tradicional en los Fletcher primitivos. Los Alcalá Galiano y Jorge Juan, en cambio, tienen el ya citado puente dinámico de las últimas construcciones: ellos dos y el Valdés se encontraban entre los buques modernizados en los años 50 con artillería de tres pulgadas, equipos de guerra electrónica y radares antiaéreos, que siguen conservando. La identificación externa es, así, fácil, dado que los D-24 y D-25 son los únicos Fletcher españoles virtualmente idénticos; los D-21 y D-22 se diferencian por una cofa de reflectores que el segundo porta en la chimenea de popa, y de la que el primero carece, además de la carena de Ias piezas centrales de 40 mm.
Los cinco fueron inicialmente prestados a la Armada por períodos renovables de cinco años, que se realizaron tres veces, hasta que en 1972 se compraron en propiedad, por precio simbólico no revelado, dentro de la nueva política de adquirir los buques prestados.
EI D-25 “Jorge Juan”, uno de los “cinco latinos”, fotografiado el 10 de marzo de 1965.
EL FINAL DE LOS LEPANTO
Si durante muchos años los cinco Fletcher conformaron la unidad de élite entre los escoltas españoles, la ya citada 21ª Escuadrilla cartagenera, Ias entradas en servicio de las cinco Baleares y más tarde de las seis corbetas Descubierta comienzan a señalar su declive, más marcado aun con la recepción en los primeros años 70 de los cinco destructores Churruca, también estadounidenses. De hecho, en 1978 se ordenó la baja del Almirante Ferrándiz, el menos equipado de los cinco, único carente de tubos antisubmarinos, para el 2 de aquel noviembre—orden del 13 de julio de dicho año.— Sin explicación oficial alguna, la orden sería revocada con fecha 25 de agosto. En 1980 se hablaba de retirar los cinco antes de acabar 1985. Pero otros planes de baja, que nunca deben tomarse muy estrictamente, ya que dependen del estado real de cada unidad coyunturalmente, preconizan la jubilación de cuatro Lepanto entre 1984 y 1987, a razón de uno por año, sin que se mencione la baja del último antes de 1990.
Su pase a la antesala del desguace es clara: la 21ª Escuadrilla de Destructores fue cediéndolos poco a poco a los mandos de las Zonas Maritimas, es decir, descartados de la flota, de tal suerte que la escuadrilla, hoy en día, ya no se llama de destructores, sino de escoltas, al estar compuesta por las seis corbetas Descubierta.
El primero en abandonar la escuadrilla fue, ciertamente, el Almirante Ferrándiz, en 1981, o, tal vez, 1980, que pasó a la Zona Marítima de Canarias; en 1982 lo hizo el Valdés, transferido al mando de la Zona del Mediterráneo, sin abandonar, por tanto, Cartagena; y ya durante 1983 han pasado a la zona Cantábrica primero el Lepanto y después el Jorge Juan, mientras que el remanente D-24 Alcalá Galiano llegó a la Zona Marítima del Estrecho.
Se observará que cada Zona Marítima cuenta con un Fletcher, salvo la ferrolana, que tiene dos. ¿Cuál es ahora su misión, desperdigados de esa manera? Considerados inútiles ya para las funciones de escolta, aguardan su retirada desempeñando funciones de patrulleros de altura y hacen también un poco de navíos de mando, de órdenes, de representación principal de cada Capitanía General. El hecho de que en Ferrol haya dos nos induce a imaginar que posiblemente sea el Lepanto el primero en darse, muy pronto, de baja. Además de ser antiguo en edad, ha tenido un par de accidentes: el 16 de abril de 1977 encalló durante unas maniobras a la altura de Almería, padeciendo daños en casco, propulsión y sonar que entonces se dijeron graves, aunque no afectaron a nadie de su dotación. A finales de 1983 sufrió una explosión en máquinas cuando se encontraba atracado al Arsenal de Ferrol, aunque tampoco pareció comprometer su operatividad. Si nos atenemos a su equipamiento, también el Ferréndiz ha de ser buen candidato para la baja.
Una de Ias torres de popa de 127/38 mm. y el montaje doble de 40/60 mm. “Mk.1”del D-21 “Lepanto “.
UNA DESCRIPCION DE UN FLETCHER
Me ha parecido lo mejor el traducir, resumiéndolo, un excelente trabajo de Antony Preston donde se nos cuenta lo que era uno de aquellos destructores cuando representaban la máxima novedad (1):
Probablemente se trató de los mejores destructores realizados durante la SGM, con buena autonomía y margen de estabilidad para pechar con todas Ias novedades de la guerra, tales como el radar y los antiaéreos. Por primera vez desde hacia 20 años se resucitó la cubierta corrida, al objeto de proporcionar una mayor resistencia longitudinal al casco, aunque con mucho mayor manga, que rebajaría el movimiento de balance que caracterizaba a los viejos destructores. El armamento de cinco piezas de 127 mm. 38 calibres se dispuso igual que en los anteriores “Benson”, con dos montajes quíntuples de tubos de lanzar. Las cuatro calderas se dividieron entre dos cámaras, separadas por Ia sala de turbinas de proa, de acuerdo con el sistema de módulos. Aunque más tarde se reforzaría, el armamento antiaéreo era tan adecuado como el de todo destructor diseñado sin experiencia de guerra: tres montajes dobles de 40 mm. Bofors, dos a proa del puente y uno carenando la superestructura popel. Además recibieron los “Fletcher” los primeros Oerlikon automáticos de 20 mm. en lugar de Ias ametralladoras de 12,7 antes existentes.
El casco de 114,6 m. de un “Fletcher” quedaba cortado en su mitad por las turbinas, engranajes y calderas, que ocupaban cerca de media eslora. La comunicación entre ambas secciones Ia proporcionaba una superestructura que iba casi desde el puente al tercer cañón, basando los dos montajes lanzatorpedos. En la sección proel del casco había tres puentes de cubiertas, numeradas 2, 3 y 4, con una semicubierta más para pañoles. En la segunda se encontraban Ia cámara de suboficiales, los sistemas que movían la torre de artillería número 1 situada sobre cubierta, duchas y servicios, y la cámara de seguimiento donde se calculaban las soluciones al tiro. El puente inferior (el 3) contenía la sala de marinería, Ia estación de seguridad interior proel y el Centro de Información de Combate (dC), corazón del combate, creación de la SGM que funcionaba de manera que toda información de radar, sonar, radio e incluso visual podía valorarse y centralizarse allí, para hacerla luego seguir al comandante, quien se encontraría normalmente en el puente. Paralelamente, la cámara de derrota trabajaba con datos sobre rumbo y velocidad del buque, datos balísticos de Ia artillería, de forma que el sistema de control de tiro montaría con precisión Ias armas. En la cubierta número 4 se hallaba la cámara de escucha, alojando el equipo sonar, cuyo domo se contenía directamente debajo, para ser extraído bajo Ia quilla al utilizarlo. También en esta cubierta inferior estaban los pañoles de munición de 127 mm.
Sólo dos cubiertas interiores se encontraban en el casco al aproximarnos a popa. La número 2 se dedicaba primordialmente a alojamientos de Ia dotación, así como a los servos de timonería, en un gran compartimento a estribor. La cubierta inferior sólo contenía pañoles, entre ellos los de munición de 127 mm. de popa. Aunque los destructores sucesores de los “Fletcher” fueron mayores, escasos cambios aportaron sobre esta configuración básica. Las series “Allen M. Sumner”y “Gearing” de 1944-45 no eran sino “Fletchers” agrandados... Muchos tripulantes avezados juraban que los “Fletcher” eran mejores, ya que sólo tenía un cañón menos, repartiendo los suyos, en cambio, entre montajes más manejables que el pesado 127 milímetros doble; objetaban también la mayor carga de los destructores agrandados, lo que los inducía a mojar la proa al cabecear más de lo deseable...
(1) Cfr. “Destroyers”. Antony Preston, Hamlyn Publishing Group Ltd. London, 1977.
LOS GEARING
Al empezar este artículo contábamos cómo los Allen M. Sumner no fueron, en cuanto a casco y máquinas, sino unos Fletcher con mayor manga, lo que consintió, bien que con regular resultado, cambiar notoriamente la distribución y número del armamento. La filosofía de un proyecto tal, formulada por el Bureau of Ships en octubre de 1941, consistía en mejorar los Fletcher al utilizar, por vez primera en destructores, el mortaje doble de 127/38, que ya existía en cruceros y acorazados: ello debía resultar en la disminución de personal en crujía en relación con los Fletcher, incrementando así el número de armas antiaéreas; aunque a principios de 1942 había un proyecto de nuevo buque de 2.500 Tn. estándar, como solución provisional y de urgencia se encargó a Gibbs and Cox la modificación del casco —no de la propulsión— Fletcher para cumplir las nuevas especificaciones.
El desarrollo, es decir, los Sumner, no resultó del todo satisfactorio, tal vez por sobrecargarlo a base de antiaéreos de 40 mm. dobles y cuádruples, y también al incrementar Ia manga sin contrapartida en Ia eslora, lo que reducía velocidad máxima y autonomía, aparte de forzar a algún cambio superestructural—puente—. De forma que de nuevo se trabajó sobre el mismo diseño, ahora para alargarlo, restaurando la relación eslora/manga de los excelentes Fletcher a base de separar las chimeneas con una sección de 14 pies de eslora (4,27 metros), fundamentalmente dedicada a depósitos de fuelóleo: el nuevo casco, siempre con la propulsión básica de los Fletcher, se convirtió en el más adecuado Gearing, también de Gibbs and Cox.
La relación eslora en la flotación/manga era, pues, de 9,3 en los Fletcher, 3 en los Allen M. Sumner y 9,4 en los Gearing.
Sabido es que dicha relación se encuentra en buena medida vinculada, a igualdad de potencia máxima, con la velocidad punta. Como ya hemos indicado, los Fletcher y Sumner disponían de idéntica eslora, y los Sumner y Gearing de igual manga, de tal forma que los Gearing hicieron crecer su casco para convertirse en algo próximo a una maqueta agrandada del casco Fletcher, a escala 1,038:1. Últimas construcciones de su clase en la US Navy de la SGM, los Gearing se identificaban fácilmente debido a su gran distancia entre chimeneas.
El armamento de origen era el mismo para las series Sumner y Gearing, virtualmente dos variantes de un mismo diseño, si bien podía existir eventuales modificaciones de guerra, independientes de uno u otro tipo. Tal armamento consistía en tres montajes dobles de 127 (dos a proa y uno a popa), 12 ó 16 piezas de 40/60 en afustes dobles y cuádruples, y hasta 11 ametralladoras de 20/70, junto con uno o dos montajes quintuplicados de tubos de lanzar y numerosos equipos lanzacargas de profundidad y, en ocasiones, erizos. Algunos Sumner se equiparon como minadores.
Si casi todos los Fletcher pasaron a Ia reserva nada más terminar la guerra, no así los Gearing, los mayores y más nuevos destructores de la US Navy. Fueron eliminadas las piezas de 20 mm., y las de 40 se sustituyeron por otras de 76/50 en montajes dobles y sencillos. Tres lotes de 12, es decir, 36 Gearing recibieron sistemas de radar destinados a capacitarles para ser navíos de detección lejana (radar pickets), siendo reclasificados DDR a partir de 1949, y aún hubo otras modificaciones menos aparentes.
Fue, no obstante, el ulterior programa FRAM (Fleet Rehabilitation And Modernisation) el que más honda huella dejó en Ia mayoría de los destructores Sumner y Gearing.
LOS FRAM
Iniciado en 1959, el programa FRAM se consagró a actualizar numerosos buques de la US Navy, todos ellos datantes de Ia SGM.
Presentó dos variantes, que vamos a concretar para los destructores Sumner/Gearing:
— FRAM-II: Aunque tales obras se propusieron sobre todos los Allen M. Sumner en servicio, únicamente se aprobaron para 33 de ellos y 15 Gearing. Con un costo medio de 3,5 millones de dólares y siete meses de trabajo, debían prolongar teóricamente en un mínimo de cinco años Ia vida del destructor. El armamento y sensores instalados en esta transformación fueron exactamente los mismos que recibieron los destructores españoles Roger de Launa y Marqués de la Ensenada, de hecho reconstruidos de acuerdo con aquel esquema. Al firmarse los acuerdos hispano-estadounidenses de 1970, tanto Sumner FRAM-II como Gearing FRAM-II se ofrecieron a la Armada española como virtual objeto de cesión, luego ascendidos al tipo FRAM-I.
— FRAM-I: este esquema de transformación se aplicó sobre unos 80 navíos serie Gearing, nunca Sumner. Las obras fueron aquí mucho más profundas, con duración estimada en un año y un coste medio de ocho millones de dólares, para garantizar la prolongación en la vida activa del buque por un mínimo de ocho años, incluyendo una exhaustiva revisión del navío, poniendo en tierra absolutamente todas las instalaciones para su recorrido y sustitución de los órganos afectados de fatiga. Superestructuras, puente y dC fueron completamente nuevos. Para los Gearing supuso contar con sistemas antisubmarinos (sonar,Asroc...) que en aquel momento eran los más avanzados de la US Navy.
Tanto en una conversión como en otra, las chimeneas se reemplazaron por otras nuevas de mayor altura que las de origen (2,4 m. más la de proa y 1,52 la de popa), con el fin de preservar de perturbación por humos las antenas de radar y cubierta de vuelo. Es obvio que ambas versiones de las obras FRAM fueron de carácter eminentemente antisubmarino, de acuerdo con lo que se consideraba en los EE.UU. amenaza soviética.
Conviene hacer notar que, a pesar de que todos los destructores FRAM recibieron hangar y pista para helicópteros, éstos nunca sirvieron en los FRAM estadounidenses, pues tales instalaciones se previeron para el helicóptero antisubmarino teledirigido DASH, sin tripulación, el cual no se llegó a construir en serie, o por lo menos no alcanzo la operatividad, en vista de las pobres cualidades demostradas, perdiéndose con frecuencia en el mar. Los barcos españoles subsanarían esa infrautilización al encargar una versión especial del Hughes-500, así como otros nuevos usuarios de destructores FRAM han hecho con otros modelos de helicóptero.
Dos helicópteros “Hughes-500” antisubmarinos a bordo de sendos destructores clase “Churruca”.
LOS GEARING ESPAÑOLES
Aunque los cinco destructores ofertados por los EE.UU. a España, a raíz del acuerdo de 1970, podían escogerse entre los tipos Fletcher y los Sumner/Gearing, bien en versión de origen o con modernización FRAM-Il, hubo unas negociaciones de detalle largas y laboriosas, al término de las cuales se obtuvo la transferencia en préstamo de cinco Gearing FRAM-I dotados de Asroc, tipo que nunca antes habían cedido los estadounidenses a otras Marinas, aunque lo harían profusamente después. Parece que la Armada tuvo que pagar todo el inventario de respetos embarcado, aunque los buques se transferían, según era habitual, en préstamo, por períodos quinquenales renovables: sólo a mediados de 1972 llegó a hacerse pública la definitiva cesión de los cinco destructores FRAM-I.
Todos ellos, salvo el último, habían ostentado la clasificación de destructores radar DDR ya mencionada, no perdiéndola hasta que completaron su conversión FRAM, ya que las siglas DD no las recuperaron hasta el 25 de marzo de 1963. EI primero de ellos, Churruca en la Armada, fue el segundo Gearing construido entre toda la numerosa serie —el cabeza de ella era el DD-710—. Las dotaciones españolas destinadas a hacerse cargo de él y del Gravina se trasladaron a los EE UU en el Aragón, manteniéndose allá en entrenamiento intensivo desde el 31 de julio —un mes antes de Ia entrega , y prosiguiéndolo ya bajo bandera española hasta el 19 de octubre, fecha en que ambos destructores dejaron Key West (Florida) rumbo a Europa, vía Hamilton (Bermudas)/Ponta Delgada (Azores), para arribar el 3 de noviembre de 1972 a su definitiva base ferrolana.
Ciertamente, el estado de los D-61 y D-62 no podía ser muy satisfactorio, por cuanto que a poco de llegar a Ferrol, y hasta septiembre de 1973, hubieron de sufrir importantes reparaciones en la Bazán local. Así que la Armada se lo pensó dos veces antes de decidirse por los otros tres que completarían el acuerdo, porque podrían no resultar tan gangas. Los ofrecidos eran los DD787James E. Kyes, DD790 Shelton y DD832 Hanson, de los que tan sólo el último había sido también DDR en tiempos. La comisión naval española que los visitó en los EE.UU. a fines de 1972 apreció señales de excesivo desgaste en máquinas e instrumentos de navegación, llegando a concluir que los tres destructores —que habían servido intensamente en Vietnam— se encontraban en condiciones de dudosa navegabilidad, razón por la cual la Armada, en actitud imposible de imaginar dos o tres años antes, los rechazo. Nuevas negociaciones se entablaron, y en julio de 1973 el ministro de Marina anunciaba la definitiva aceptación de otros tres FRAM-I, en estado que la Armada consideró admisible. Los núcleos de dotación para los Méndez Núñez, Lángara y Blas de Lezo partieron finalmente de Ferrol, a bordo del Aragón, el 20 del mismo mes, para familiarizarse con los destructores en las bases donde serían transferidos, Norfolk y Miami.
Como ya dijimos, dos de ellos habían sido también anteriores DDR. El trío llegaba a Ferrol el 23 de julio de 1974, completando el conjunto, también homogéneo, que pasaba a formar la 11ª Escuadrilla de Destructores, antes enseñoreada por el Oquendo y algún otro semejante.
Si el Churruca había sido el segundo Gearing construido, los otros cuatro responden a un encargo constructivo posterior, que abarcó del DD809 al DD890, siendo casualmente el Méndez Núñez el penúltimo de los Gearing terminados en EE.UU., al menos por su número de identificación. El último de los españoles, Blas de Lezo, respondió, con unos pocos barcos más, a una variante dentro del programa FRAM-I, consistente en desembarcar Ia tercera pieza —popa— en lugar de la segunda, con el consiguiente retraso de los tubos antisubmarinos, ubicados en él a popa del lanzador Asroc.
Aún antes de la entrada en operatividad de los últimos Churruca, inició la Armada negociaciones para acceder a la propiedad del quinteto (197 3/74). El Senado de los EE.UU. aprobó su venta el 5 de agosto de 1976, pero ésta no se realizó hasta el 17 de mayo de 1978, ignorándose también en este caso el precio pagado.
En cuanto a la operatividad internacional de los Gearing FRAM-I, hay que señalar que los tres navíos previamente rehusados por España fueron cedidos luego por la US Navy a Taiwán con fecha 16 de abril de 1973, no obstante carecer los Estados Unidos de relaciones diplomáticas con aquel Estado. Además de éstos, a principios de 1973 sólo otros dos destructores FRAM-I habían sido transferidos, a Grecia y a Turquía, si bien la US Navy comenzaba a deshacerse a marchas forzadas del tipo, del que aún conservaba 69. Sus dos últimos deberán causar baja en la lista de la Marina de los EE.UU en 1984, reemplazados todos por los nuevos Spruance.
LOS NOMBRES ESPAÑOLES
Ya comencé a contar que los nombres de los cinco Fletcher hispanos habían sido a toda prisa recuperados del antiguo tipo Churruca de los años 20, 30 y 40, que contó con 16 ejemplares en las dos primeras décadas —los dos primeros transferidos a la República Argentina—, más dos adicionales terminados en los años 40. En efecto, además del siniestro del Císcar, cuyo nombre no ha vuelto a revivir la Armada, los primeros de aquella amplia serie que causaron bajo por edad (1957) fueron los Lepanto, Valdés y Alcalá Galiano, y sus denominaciones se aplicarían en seguida a los Fletcher que iban llegando. Todos aquellos nombres tenían una moderada solera en la Armada, como más tarde los adjudicados, con fecha 30 de mayo de 1972, a los cinco Gearing. La resumida historia de los 10 nombres es la siguiente:
Lepanto, que rememora la batalla del golfo de Lepanto en 1571, donde una flota compuesta sobre todo de galeras, organizada por Venecia, Génova, Saboya, los Estados Pontificios y el Imperio español, bajo el mando de Don Juan de Austria, acabó con otra escuadra turca de gran tamaño. La mayor victoria de la Armada española se adjudicó a su único destructor que no lleva un nombre personal. Con igual denominación conocemos un vapor de guerra (ruedas) con dos cañones, construido en 1846; un crucero protegido de primera clase botado en Cartagena en 1893 y dado de baja en 1911, serie Reina Regente, y un destructor del tipo Churruca antiguo (1929-1957).
El D-21 “Lepanto “ganando el puerto de La Coruña en mayo de 1983.
El sevillano Almirante Ferrándiz (1847-1918), veterano de Cuba, fue ministro de Marina en dos ocasiones, trabajando activamente en la reconstrucción de la Armada. Es el actual segundo buque con su nombre: el primero (1927-36), destructor del tipo Churruca antiguo, le hundió el Canarias al comienzo de la guerra española. Como USS David W. Taylor, el Fletcher de dicho nombre intervino en la campaña del Pacifico durante la SGM, desde 1944, año en que se dedicó a la escolta de convoyes en las islas Gilbert; en 1945 hundió un submarino japonés —probablemente el I-175—en Majuro, y fue dañado en la batalla de Okinawa, en abril del año citado.
Aunque hubo otro Almirante Valdés (1744-1816), suponemos que el nombre dado a varios barcos de la Marina alude a Don Cayetano Valdés (1767-1834), que intervino destacadamente al mando de navíos en batallas como la de cabo San Vicente y la de Trafalgar, evitando en la primera Ia rendición del Santísima Trinidad. El actual destructor así denominado es el cuarto buque de guerra español con su nombre, empezando por el bergantín Valdés, de mediados del pasado siglo; le sigue un transporte de ruedas General Valdés, que se construyó en Glasgow en 1887 como Prince of Wales (1563 toneladas de registro), y que la Armada adquirió en 1896 para darlo de baja el 18 de mayo de 1900, al irse a pique en La Carraca. Reflotado en 1902, fue pontón hasta febrero de 1907, cuando volvió a hundirse. En cuanto al tercero, éste ya nombrado propiamente Almirante Valdés, fue otro destructor de la numerosa serie Churruca antigua, entrado en servicio en 1932 y dado de baja en 1957.
El actual Valdés, antes Converse, también se distinguió en el Pacífico durante la SGM, en las islas Shortland y Bougainville. En noviembre de 1943 tuvo una época de especial actividad, pues el día 1 lo alcanzó la artillería de la última isla citada; ello no obstante, el 2º día intervino en la batalla de la bahía de la Emperatriz Augusta, y el día 3 lo alcanzó la Aviación japonesa. El 25 del mismo mes, con otros cuatro Fletcher libró la batalla del canal de San Jorge, en la que los japoneses perdieron sus destructores Makinami, Onami y Yugiri.
Dionisio Alcalá Galiano (1762-1805), que había intervenido en la expedición del Malaspina alrededor del mundo, murió como brigadier en Trafalgar, al mando del navío de línea Bahama. En 1850 se puso quilla o terminó un bergantín Galiano, de 16 cañones, y después repitieron el nombre dos destructores del tipo Churruca primitivo, aunque el primero no llegó a darse de alta en la Armada, pues, tras su botadura el 3 de noviembre de 1925, sería vendido a la República Argentina, para convertirse en el ARA Juan de Garay, 25 de mayo de 1927. Su sustituto en la Armada española fue botado en 1929, entró en servicio en el 1931 y causó baja en 1957, mientras que al Garay no lo jubilarían los argentinos hasta 1960. Así que el Fletcher D-24 es oficialmente tercer Galiano dado de alta en la Armada, pero cuarto en recibir tal nombre.
El marino y astrónomo Juan y Santacilia, de nombre Jorge (1713-73) es decir Jorge Juan, fue el más destacado científico español de su tiempo. Once años entregado dentro de una comisión hispano-francesa para la medición del meridiano terrestre en el Hemisferio Sur, contribuyó al trazado de los arsenales de Ferrol y Cartagena, elaboró normas para la construcción naval... Con su nombre conocemos un vapor de ruedas botado en Ferrol en 1850 y completado al año siguiente, algunas veces mencionado como cañonero; después, un navío o aviso a hélice de tercera de 920 Tn. construido en Francia (La Seyne) en 1876 con un gemelo Sánchez Barcáiztegui), reclasificado más tarde crucero de tercera (¿o de segunda?) y hundido por su comandante en Cuba, en 1898, cuando ya era pontón, aunque parece que los estadounidenses lo recuperaron. El penúltimo Jorge Juan fue, claro está, otro destructor de la serie Churruca vieja, botado en Cartagena en 1933, terminado en 1936, dado de baja en 1959, justo cuando su nombre revive en el actual tipo Fletcher. Este último tiene una historia de guerra: el 12 de abril de 1945 lo alcanzó un kamikaze, al cual, evidentemente, sobrevivió; del 10 al 15 de agosto bombardeó con su artillería la isla nipona de Yeso.
Don Cosme Damián de Churruca (1761-1805) murió en Trafalgar al mando del San Juan Nepomuceno, en combate contra seis navíos británicos. La Armada impuso su nombre a un vapor de guerra de ruedas, desde 1866, y después a tres sucesivos destructores: el primero, botado en Cartagena en 1925, era cabeza de la numerosísima serie de 18 construidos hasta los años 40, pero al igual que el ya citado Alcalá Galiano fue vendido —y en igual fecha a la Armada argentina, donde serviría como ARA Cervantes deI 24 de noviembre de 1927 al 24 de junio de 1961. No llegó a darse de alta en España, pero su nombre lo heredó un sustituto, botado en 1929 y retirado en 1965.
Federico Carlos Gravina (1756-1806) fue otro famoso marino que tuvo a su cargo el mando de la Escuadra española en Trafalgar. El último destructor de este nombre, tipo Gearing, es el cuarto Gravina de Ia Armada, tras un bergantín construido en 1850, un crucero de segunda y otro destructor de los años 30, del tipo siempre presente en los nombres ya mencionados (1931-1964). El crucero, botado en Blackwall en 1881 con el Velasco, era cabeza de una serie de ocho buques de 1.152 Tn., construyéndose los otros seis en arsenales españoles (Infanta Isabel, Colón, Conde del Venadito, Don Juan de Austria, Don Antonio de Ulloa e Isabel II), y duró poquísimo en la Armada, porque el 10 de julio de 1884 se perdió al Norte de Luzón.
Don Casto Méndez Núñez (1824-1869) mandó la escuadra española durante Ia guerra del Pacífico, bombardeando las plazas de El Callao y Valparaíso en 1866. La fragata blindada Resolución, dañada en aquellas acciones y reconstruida como corbeta blindada, recibió el nombre de Méndez Núñez hacia 1869. Creo que el nombre no se reproduce hasta la botadura, el 3 marzo de 1923, del crucero ligero de 4.780 Tn. gemelo del Blas de Lezo, luego convertido en antiaéreo y jubilado en 1964. Por cierto, que al principio de su construcción los nombres estaban permutados, y si se intercambiaron fue para llegar al centenario del nacimiento de Méndez Núñez.
Hubo dos marinos españoles apellidados Lángara, padre e hijo (1701-81 y 1736-1806), pero nunca llegó a entrar en servicio ningún buque de guerra con su nombre: sí se reservó para uno de los seis destructores tipo Oquendo cancelados (Bonifaz. Gelmirez, Recalde, Blasco de Garay, Lángara y Blas de Lezo).
Blas de Lezo fue otro marino célebre, héroe de Cartagena de Indias (1680-1741). Con el nombre de General Lezo existieron un vapor de guerra de mediados del XIX y un crucero de tercera, luego cañonero de primera (mejor, porque desplazaba 515 Tn.), del tipo General Concha de cuatro ejemplares, botado en 1885 en Cartagena y perdido en 1898 en Filipinas. Ya como Blas de Lezo, el predecesor del destructor anterior a la actual Fragata fue el crucero explorador gemelo del Méndez más arriba mencionado, botado en 1922 y perdido el 11 de julio de 1932 cerca de Fisterra. Como ya comentamos en el párrafo anterior, también se escogió este nombre para uno de los seis Oquendo cancelados, antes de iniciarse sus obras, en 1953.
ARTABRO (Revista Defensa nº 80, diciembre 1984)