Estados Unidos ha hecho entrega a Costa Rica de dos patrulleros guardacostas, clase Isla (en Costa Rica se denominan clase Libertador). Se trata de una donación de 28,9 millones de dólares para reforzar la seguridad, protección de los recursos marinos, lucha contra el crimen organizado y de la defensa de la soberanía.
Las tripulaciones de los navíos han recibido tres meses de capacitación intensiva. Sorpresivamente, una tercera unidad llegó al país procedente de Hawái. Las naves han sido plenamente renovadas y provistas con equipos de comunicación y navegación de última generación, con excelente rango operacional y capacidades marítimas. El cañón de 25mm ha sido removido y ahora el armamento se limita a ametralladoras. La donación de la tercera embarcación se anunció tan solo dos semanas atrás, llegando a Caldera hace unos días. La nave tiene un valor de 10 millones de dólares, cifra que incluye su transporte, mejora de sus equipos y capacitación de personal para su operación. Ahora, el Servicio de Guardacostas tico contará con las tres naves, a las que se agregarán otras embarcaciones adquiridas, aeronaves que donará Estados Unidos y la instalación de un potente radar en la Isla del Coco. Las tripulaciones han sido adiestradas en operaciones con poca visibilidad, anclaje de precisión, pérdida de gráficos electrónicos y sistema integrado de navegación, amarre junto a muelle, lanzamiento y recuperación de la embarcación y otros procedimientos.
Las naves miden 34 metros (110 pies) de eslora, y 6,4 metros (21 pies) de manga, desplazando 168 toneladas. Su propulsión corre a cargo de motores diésel Caterpillar, que proporcionan una velocidad de hasta 30 nudos y un radio operacional de los 6.100km (3.300 millas náuticas).
Además, se anunció otra donación de $43 millones que incluye cuatro helicópteros UH-1ST y la correspondiente capacitación de los pilotos y mecánicos. Durante este anuncio, la embajada de los EE UU mostraba una fotografía de un UH-1N/Bell-212.
Efectivamente, el año pasado, al gobierno tico le había sido aseguraba la entrega de dos Bell-212/UH-1N. Antes de su arribo al país, las naves recibirán un completo reacondicionamiento, proceso que podría tardar alrededor de cuatro meses en cada una de ellas. Se asegura que los nuevos helicópteros incrementarán la capacidad del Servicio de Vigilancia Aérea para brindar apoyo aéreo en las interdicciones marítimas y aéreas, así como en la atención de emergencias, ya que los UH-IST pueden operar en terreno montañoso y condiciones climatológicas variables, características esenciales para la diversa geografía del país. Además, los Estados Unidos se encargará del mantenimiento y repuestos durante el programa de capacitación, el cual podría tardar por lo menos dos años, mientras que el SVA asumirá los costos operativos de los helicópteros. (Julio Montes, corresponsal de Grupo Edefa en Centro América)