Aunque las circunstancias exactas del accidente todavía están bajo investigación, se observa que el helicóptero Mi-17 no sufrió daños severos al precipitarse a tierra. El helicóptero se encontraba a baja altura en el momento del accidente, cayendo sobre una vivienda, lo que podría haber contribuido a minimizar las consecuencias del suceso.
Hasta el momento, se han reportado cinco uniformados y dos civiles heridos como resultado del siniestro. Todos ellos han sido trasladados al Hospital de Anorí y están recibiendo atención médica especializada, su estado de salud es estable. La División de Aviación Asalto Aéreo del Ejército de Colombia ha activado los protocolos correspondientes y enviado un equipo de especialistas y técnicos al lugar del accidente para investigar las causas.
Es importante destacar que este mismo helicóptero ya había sufrido un incidente previo en el Páramo del Sumapaz, que al parecer se debió a fuertes ráfagas de vientos cruzados. En esa ocasión, tres soldados resultaron heridos, pero los tripulantes y los demás pasajeros salieron ilesos.
Se llevó entonces a cabo un proceso de recuperación bajo un contrato con la empresa rusa Rosoboronexport que incluyeron la modernización de la aeronave con una nueva configuración de cabina que se estandarizará en toda la flota de helicópteros Mi-17 del Ejército de Colombia.
La flota de Mi-17 se ha convertido en un componente vital de las operaciones de la División de Aviación del Ejército de Colombia, desempeñando una amplia gama de misiones, que incluyen evacuaciones aeromédicas, transporte de personal, abastecimiento de víveres a las tropas, extinción de incendios, transporte de carga, lanzamiento de paracaidistas y asaltos aéreos.
Sin embargo, es importante señalar que la disponibilidad y el mantenimiento de estas aeronaves se han visto afectados por las tensiones geopolíticas y la guerra en curso entre Rusia y Ucrania.