El pasado septiembre, reflexionábamos, dada la versatilidad operativa pretendida para los Buques de Acción Marítima (BAM), criticados en sus primeras series por su pobre armamento, sobre que sería positivo incorporar en los dos últimos ya autorizados el potencial ofensivo de misiles antibuque.
La integración del misil antibuque NSM (Naval Strike Missile) en los BAM de nueva construcción -7 y -8 parecería ahora una posibilidad real. El planteamiento se inscribe en la voluntad de que el misil antibuque NSM sea el arma principal antisuperficie de los buques de la Flota española durante las próximas décadas.
Últimamente, tras la decisión de que el NSM vaya sustituyendo a los misiles antibuque Harpoon ahora en uso en las fragatas, se ha decidido ya apostar por un misil de 5ª generación e iniciar su compra en lotes; las inversiones acordadas hasta la fecha cifran en 305 millones de euros los que, a través de la Agencia Atlántica NSPA (NATO Support and Procurement Agency), se van a gastar en los capaces misiles antibuque furtivos de Kongsberg Defence & Aerospace.
Los misiles antibuque NSM llegarán, y así se ha confirmado ya, a los dos futuros BAM de la Armada.
Sobre la integración de esta capacidad antibuque en los dos últimos BAM -hay uno más distinto dedicado a investigación subacuática- con los que la Armada contará, apuntar qué a su incorporación, autorizada en junio de 2023, se van a dedicar 550 millones de euros. Tendrán que tener alguna modificación de equipos, que por ejemplo afecte a sus sistemas radar de localización de objetivos en superficie, para detectar los posibles blancos a neutralizar; podrían recibir un sofisticado equipo de recepción para obtener datos captados por los sensores de los futuros MH-60R y hacer que desplegando uno de ellos en el BAM se pueda obtener un potencial ofensivo del que se carecía.
Para el propio lanzamiento de los misiles podría, y en ello estarían trabajando gabinetes de diseño de Navantia que fabrica esos dos BAM para la Armada, instalárseles algún afuste de lanzamiento de misiles antibuque NSM en forma de contenedor de “quita y pon”. Así, en función de la misión a realizar podrían contar con el potencial misilistico antisuperficie o no; por cierto, una potencial versión del NSM de ataque a superficie podría brindar también a los BAM una capacidad añadida a las muchas que su diseño aporta a la capacidad militar naval de la Armada.
En todo caso, los dos futuros BAM, que contarían con capacidades antisubmarinas y otras relacionadas con la operación de sistemas autónomos aéreos o de superficie, serán naves más capaces que los seis precedentes. Por lo que sabemos, los misiles antibuque NSM no se contemplarían, salvo que la situación internacional pudiese variar mucho de la actual, para los BAM que ya están en servicio activo. (Octavio Díez Cámara)