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Jueves, 21 de noviembre de 2024 Iniciar Sesión Suscríbase

La Armada española obtendrá buques de cubierta corrida con capacidad anfibia para operar con RPAS tipo III

El L61, que aún tiene dos décadas de vida activa por delante, sería complementado con varios buques de cubierta corrida operando RPAS clase III.
El L61, que aún tiene dos décadas de vida activa por delante, sería complementado con varios buques de cubierta corrida operando RPAS clase III.

Entre los planes a  futuro de la Armada española se contemplan varias líneas de actuación para incorporar nuevos navíos que le den mayor capacidad expedicionaria para afrontar los retos que, para un futuro más o menos próximo, se prevén.

Una de las líneas de trabajo es la que se refiere a un amplio plan de modernización y de recuperación de la capacidad anfibia, actualmente limitada si se compara con la que se tenía hace unas décadas cuando estaban activos cinco navíos específicamente anfibios frente a los dos actuales.

Dentro de esos planes, se incluiría la construcción de varios buques con cubierta corrida de dimensiones suficientes como para operar con aeronaves de control remoto (RPAS, Remotely Piloted Aerial System) del tipo III.

Se buscaría disponer y operar con medios aéreos con una masa superior a los 600 kilogramos que habilitados para el despegue convencional -por eso la cubierta corrida- puedan realizar cometidos de vigilancia zonal o de ataque muy necesarios para el control efectivo de amplias superficies del mar.

RPAS pesados, de diferente tipo y capacidad, operarían desde futuros buques anfibios de la Armada española.

Sobre las plataformas que se buscaría incorporar, señalar que la definición de buques de cubierta corrida con capacidad anfibia podría derivar en plataformas que desplacen desde 10.000 a 30.000 toneladas. Contarían con una cubierta plana de dimensiones suficientes para lanzar y recuperar esos RPAS, pero también para desplegar en ella RPAS de despegue vertical o helicópteros; la capacidad anfibia de esos buques vendría determinada tanto por su potencial para transportar una gran cantidad de efectivos y de materiales y por sus medios orgánicos para facilitar el movimiento de ellos hasta un punto costero.

Podría tratarse de navíos como el BPE Juan Carlos I o una redimensión más compacta del mismo tipo o de un concepto nuevo más evolucionado. Complementando a esos buques de cubierta corrida la Armada tiene previsto adquirir y operar también otros navíos de superficie más pequeños que sirvan como vectores de alta velocidad para favorecer los movimientos de transporte buque-costa.

Este concepto ya se está comenzando a implantar en la United States Navy para apoyar el despliegue de sus Marines; podrían ser lanchas de transporte de mayores dimensiones que las actuales LCM y que tengan una muy notable velocidad punta, o también pequeños navíos anfibios que conformen una unidad de actuación conjunta y coordinada con los mencionados buques de cubierta corrida.

Su obtención, así como la de los buques de cubierta corrida, podría concretarse de forma paralela a la de la modernización de los actuales Castilla y Galicia, o asumirse la construcción cuando se finalice el proceso y que su llegada pueda servir de punto de partida para su prevista sustitución a principios de 2040.

En todo caso, lo relevante es que la Armada apuesta por nuevos buques de cubierta corrida siguiendo una filosofía que ya tienen presupuestada otros países. Esas naves con RPAS tipo III pesados serían versátiles en su potencial y aportarían una capacidad de vigilancia y neutralización de objetivos sobresaliente. (Octavio Díez Cámara)


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