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Sábado, 30 de noviembre de 2024 Iniciar Sesión Suscríbase

Así va a mejorar el Ejército ruso el equipamiento de sus combatientes

El Ejército de Rusia lleva ya años trabajando para mejorar el equipamiento de sus combatientes para ahondar, dentro de un plan general de dar más capacidades a sus unidades, en una serie de progresos, de cara a hacerlos más letales y menos vulnerables ante sus adversarios. Tienen en marcha el programa “Ratnik” y se plantean evolucionarlo con “Sotnik”.

Lo que se pretende, aprovechando el impulso general de las capacidades de los ejércitos rusos sustentado desde un Ministerio de Defensa que responde directamente a las directrices del presidente Vladimir Putin, es aprovechar las capacidades tecnológicas e industriales de sus empresas para poner a punto una serie de equipos, que, conceptualmente hablando, sean capaces de emular lo que ya es tradicional entre las unidades de los países occidentales.

El momento actual que vive Rusia, enfrascada en un importante esfuerzo como resultado de la invasión de Ucrania, no parece ser el mejor para abordar esa voluntad, sobre todo teniendo en cuenta que en los combates que se vienen materializando desde el pasado febrero de 2022 se ha perdido una gran cantidad de equipamiento terrestre de todo tipo y se ha constatado un número de bajas significativo, como resultado de factores entre los que se incluiría el que los soldados no disponen de equipo moderno de calidad en la cantidad necesaria.

Pese a ese hándicap, que seguramente influirá de forma sustancial al impulsar más celeridad en las previsiones que se tenían en marcha para renovar uniformes, sistemas de protección personal, complementos y hasta armamento individual, parece que se seguirá apostando por la línea de trabajo ya iniciada y en ese objetivo nos vamos a centrar en estas páginas. Varias son las empresas rusas que, como el Central Research Institute of Precision Machine Building de la corporación estatal Rostec, están liderando distintos programas de investigación, que pretenden conseguir la autarquía productiva necesaria para fabricar material puntero, que estaría principalmente dirigido al Ejército de su país.

Se habría iniciado también una línea de cooperación internacional con esfuerzos como el que ha venido desarrollado en los últimos años el grupo Kalashnikov con la compañía austriaca Carinthia. Buscando esos objetivos, se ha venido trabajando en varias líneas de trabajo, como la que propugna nuevos tejidos que se puedan aplicar a las prendas personales para que sean más transpirables, protejan mejor de las condiciones atmosféricas, como el frio o la lluvia intensa, o disminuyan la facilidad de localización de quienes los viste, gracias a avances en el diseño de camuflajes disruptivos o por combinar tratamientos que disminuyan la firma infrarroja, de cara a hacer frente a los sistemas térmicos, que cada vez son más comunes en cualquier campo de batalla actual.

La llegada de “Ratnik” ha permitido evolucionar el equipamiento de determinadas unidades terrestres de Rusia (foto Octavio Díez Cámara).

El programa “Ratnik”

La obtención de algunas de esas prendas es ya una realidad, como resultado del programa Ratnik, que se inició a mediados de la pasada década para proveer a los militares terrestres rusos con una indumentaria personal más eficaz y avanzada. Sabemos, pues así lo hizo público Rostec a finales de 2020, que se habrían entregado unos 300.000 kits para los soldados en un periodo que cubriría 8 años y que comprendería hasta unas 60 piezas distintas de equipos y sistemas suministradas a cada combatiente. en función de las necesidades concretas de su puesto táctico.

Por lo que se ha difundido desde canales oficiales, la llegada de los Ratnik, que han sido probados en combate en Crimea, Siria y, ahora, en Ucrania, se enmarca dentro de un proceso de evolución que ha derivado ya en varias generaciones y en que los de la cuarta hayan comenzado a entrar en producción en fecha reciente. El objetivo sería ir avanzando para cubrir las necesidades de las distintas ramas de las Fuerzas Armadas de Rusia.

Es un objetivo difícil, máxime si tenemos en cuenta la decisión gubernamental de finales de 2022 de expandir el Ejército, donde se conjuga personal voluntario contratado con aquellos que realizan un año de servicio militar obligatorio, desde una cifra actualmente estimada en un millón de hombres a una que podría intentar llegar al millón y medio. Hasta ahora, la entrega de equipos, como modernas radios de comunicaciones o sistemas de visión nocturna, ha sido especialmente limitada y se intentaría una evolución positiva en ese aspecto, aunque quienes realizan cometidos de vigilancia y reconocimiento avanzado llevan ya una vestimenta integral que disimula su ubicación y hace que los sensores no detecten a quien allí está posicionado.

Dentro de Ratnik se están haciendo esfuerzos en varias líneas, con un total de más de medio centenar de elementos asociados al equipo personal de los distintos tipos de combatientes. En términos generales, llama la atención el que se recurra a prendas de uniformidad en las que se apuesta por un renovado camuflaje de tendencia digital y por el empleo de tejidos más técnicos que repelen el agua, ayudan a controlar mejor tanto el frío como el calor, y hasta reducen la firma térmica generada por aquellos que los visten.

Los uniformes, en los que hemos visto se han integrado como un elemento más las protecciones de goma/plástico para codos y rodillas -se busca que un impacto accidental en esos lugares críticos sea mitigado en sus efectos-, se complementan con gafas de protección ocular, guantes con refuerzos protectores en la zona de los nudillos y botas concebidas y fabricadas para un mayor confort en situaciones de especial rigor y exigencia combativa.

Aumentar la difusión

Seguramente que las necesidades derivadas de la lucha en Ucrania han hecho que se haya incidido en una mayor inversión de cara a elevar el ritmo de fabricación de los distintos elementos de Ratnik, aunque se siguen observando en ese escenario equipos que tienen un carácter general anticuado.

Sobre algunos elementos que configuran el avanzado equipamiento que estaría llegando a las unidades desde hace unos años, comentaremos que comprende un refuerzo en lo que son los elementos de protección personal con un casco tipo 6B47, que comprende un vaso de aramidas de alta capacidad de resistencia y anclajes en su parte frontal y costados para sistemas como los equipos de visión nocturna o de iluminación personal; y distintos tipos de prendas para cubrir el torso.

Unas, siguiendo la línea más difundida en occidente, se enmarcarían en los chalecos porta placas, de los que el modelo 6B46 estaría destinado a unidades de élite, en las que se busca reducir el peso total en beneficio de la movilidad y agilidad de quien los usa. Es más general en Rusia el que se equipe a determinados soldados con chalecos integrales, que incluyen modelos especialmente pesados que, como los 6B45, pueden llegar a los 10-12 kg. y proporcionan protección contra proyectiles de 7,62x39 mm. o del 7,62x54R, cartuchos estandarizados por los rusos en sus armas de asalto, rifles de precisión y ametralladoras.

Por cierto, algunos chalecos amplían la cobertura a cuello, pelvis o parte superior del brazo, e incorporan anclajes externos que siguen el concepto MOLLE (Modular Lightweight Load carrying Equipment) para situar en ellos complementos personales, de forma que cada combatiente lleva aquello que más puede necesitar en su cometido y en la posición que cree más oportuna.

La distribución generalizada de cascos y chalecos se ha venido realizando a la vez que algunas unidades reciben, para complementar a los fusiles de asalto AK-74M, algunos lotes del reciente modelo AK-12, aunque es verdad que los números de nuevas armas personales, entre las que también se incluyen rifles de precisión de cerrojo complementando a los generalizados Dragunov SDV semiautomáticos, parecen ser bastante limitados.

Siíhay una voluntad manifestada dentro del concepto de Ratnik por distribuir también a los que lo reciban nuevas mochilas estancas, bolsas con equipo sanitario personal y colectivo, o hasta sistemas de comunicación y posicionamiento que, apoyados por la constelación de satélites Glonass, permitan conocer la posición de las unidades propias y una transmisión ágil de información o de imágenes en vídeo. Hemos podido observar que también se han manufacturado unos monos integrales de distinto color y tejido, que estarían destinados a las tripulaciones de carros y blindados o a los componentes de la dotación de diferentes helicópteros de transporte.

Armas y nuevo equipo personal están a disposición de determinadas unidades de élite de Rusia (foto Octavio Díez Cámara).

El sistema “Sotnik”

Complementado ese esfuerzo encontraríamos, como se puede observar en algunas de las imágenes que acompañan estas páginas, una voluntad de incidir en un sistema aún más avanzado que llaman Sotnik -algunas fuentes lo identifican con el nombre de Centurion- en el que, de la mano del jefe de diseño Vladimir Pirozhkov, llevan trabando ya un tiempo y del que los primeros esbozos se conocieron en 2021. El objetivo inicial, seguramente trastocado por los esfuerzos en la lucha contra los ucranianos, parece que buscaba que hacia 2025 comenzasen las entregas y que se generalizase como una evolución del Ratnik en 2035.

Del mismo sabemos, analizando lo que hemos podido ver y de la poca información que oficialmente se nos ha dado, que conjuga, además de un nuevo fusil de asalto con líneas compactas futuristas, un casco con protección antibala que cubre buena parte de la cara para hacerlo más integral, una visera anti laser para los ojos y una prenda antibalas -armadura táctica la denominan en Rusia- basada en placas rígidas realizadas con fibras de polietileno muy ligeras y resistentes, que serían capaces de, como se dice oficialmente, hacer frente a armas que disparen las contundentes municiones del 12,7x99 mm. (.50 Browning). Sería algo bastante exagerado, aunque no imposible; las placas son pequeñas y se superponen parcialmente entre si en la parte frontal para facilitar los movimientos y flexión del que lleva el conjunto Sotnik, completando la protección otras más pequeñas y delgadas en puntos como la parte superior de brazos y piernas.

En Army 2022 pudimos conocer algunos detalles adicionales: incluye un exoesqueleto que permitirá al combatiente llevar cargas de entre 70 y 200 kg. que se prevén como normales en el futuro, se da especial relevancia a la protección de puntos críticos, como el cuello o la zona inguinal, los tejidos de la uniformidad son impermeables y se adaptan a las temperaturas del entorno donde se despliega, se incluye un sistema de telemetría que mide las condiciones físicas y determinados aspectos médicos del portador, y las botas se han realizado con materiales ignífugos y una protección balística inferior para neutralizar los efectos de las minas antipersonal.

Sotnik, presentado en un tono negro visualmente más agresivo, sería un concepto de trabajo con el que Rusia intentaría avanzar hacia conceptos de equipamiento personal que son sustancialmente más modernos y óptimos que aquellos que están hoy en uso. Si, finalmente, se concreta su llegada, es más que probable que se adopte un tono de camuflaje multiespectral que sea más acorde con las necesidades de los posibles escenarios de conflicto. (Octavio Díez Cámara)

 

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