Una nueva expedición científico-militar al frente del Ejército de Tierra comenzará el 3 de diciembre, con la llegada de unos 60 integrantes a la base “Gabriel de Castilla”, en Isla Decepción, a escasos 100 kilómetros del continente helado, a unos 1.000 kilómetros del lugar poblado más próximo y a 13.000 de España.
La Universidad de Málaga (UMA) fue, por primera vez, el escenario elegido por el Ejército de Tierra para presentar la XXXV Campaña Antártica española. Considerada la más antigua de las misiones en vigor que el Ejército de Tierra desarrolla en el exterior, es un ejemplo de cooperación entre diferentes instituciones públicas y privadas al servicio de la I+D+i.
A la presentación, celebrada en el Rectorado de la UMA, han asistido el responsable del Planeamiento General de la Campaña Antártica del Ejército de Tierra, teniente coronel Fernández (División de Operaciones); el gestor del Programa Nacional de Investigación Polar, Fernando Bohoyo; el jefe de la Base Antártica Española (BAE) “Gabriel de Castilla”, comandante Mariño; el vicerrector de Investigación y Transferencia de la Universidad de Málaga, Teodomiro López; y el profesor del Departamento de Ecología y Geología de la UMA, Francisco Gordillo. Asimismo, el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, también ha acudido al acto.
Así, el teniente coronel Fernández ha agradecido la acogida que ha mostrado la Universidad, demostrando que la cooperación entre instituciones es siempre la fórmula para alcanzar los objetivos. En este sentido, Francisco Gordillo, que ha hecho un repaso del papel de la UMA en la investigación polar, ha destacado el apoyo y compromiso del Ejército con la ciencia: “Sin el hombro con hombro del Ejército estas campañas serían imposibles”, ha dicho.
El objetivo de la XXXV Campaña Antártica española es apoyar la labor investigadora que científicos de diferentes países realizan en la base “Gabriel de Castilla” –una de las dos que España tiene en este continente–. Así, los 13 miembros del Ejército de Tierra que componen esta nueva misión se encargarán de mantener y apoyar las infraestructuras de la base, además de proporcionar a los investigadores la seguridad necesaria en los desplazamientos tanto por el mar como por tierra. También realizarán proyectos en materia de telecomunicación y sanidad en ambientes extremos, ya que el territorio Antártico es uno de los más fríos de la Tierra.
Durante la presentación se ha recordado la importancia de la preparación material y personal necesaria para esta misión. Así, los miembros del Ejército de Tierra se han entrenado durante nueve meses para esta nueva expedición, en la que afrontarán duras condiciones meteorológicas con las que convivirán durante 100 días, coincidiendo con el verano austral. Además, para la misión, han tenido que adaptarse a las nuevas necesidades impuestas por la COVID-19.
