El Ejército del Aire y del Espacio procederá este mismo mes de junio, al finalizar el curso de vuelo elemental 2022/2023, a dar de baja a sus aviones de entrenamiento Enaer T-35 Tamiz, confiando totalmente a partir del siguiente curso la formación de sus futuros pilotos a las nuevas aeronaves Pilatus PC-21.
En su plan de modernización del denominado Sistema Integrado de Entrenamiento de vuelo o ITS, se ha acordado recientemente que la Academia General del Aire y del Espacio (AGA), que tiene sede en San Javier (Murcia), emplee a partir del curso 2023/2024 únicamente PC-21, tanto en la fase de enseñanza de vuelo elemental como básica, o fases I y II como se denominan en la OTAN.
Con esta medida se logra la estandarización de la flota aérea, con las consiguientes ventajas tanto en la formación, como en la logística y el sostenimiento, lo que además redunda en un importante ahorro de costes. Este plan acaba de ser aprobado por el Estado Mayor del Aire a propuesta de la Dirección de Enseñanza del Mando de Personal (MAPER) del Ejército del Aire y del Espacio, en base al trabajo de un grupo de trabajo formado en el seno de la AGA.
Los T-35 “Tamiz” dejaran de volar este mismo mes de junio, tras décadas al servicio de la AGA. (Foto Julio Maíz)
Se decidió así que para sustituir la actual flota de veteranos aviones de diseño chileno Enaer T-35 Tamiz, o E.26 según la designación militar española, se haría con PC-21 o E.27, que es el mismo modelo que se ha utilizado por primera vez para el curso Básico 2022/2023 para sustituir a los C-101 (E.25).
Así, llegarán al Centro docente 14 de los nuevos PC-21 encargados el pasado mes de marzo a la firma Pilatus, pero como no empezarán a entregarse hasta 2025, en la AGA se planteó de forma concienzuda poder optimizar la presente flota de 24 unidades para cumplir el doble objetivo de formar a los alumnos de las Fases I y II.
Entre julio y octubre de 2023, se transformará a los profesores de vuelo de la Escuela Elemental al nuevo sistema PC-21, quienes, junto a pilotos ya experimentados del 792 Escuadrón, se encargarán de diseñar la “nueva” fase Elemental. Indudablemente, al realizarse la formación aeronáutica en una única plataforma, el inicio será mucho más progresivo haciendo más hincapié en el vuelo y navegación según reglas de vuelo visuales o Visual Flight Rules (VFR), así como en las maniobras básicas de vuelo e inicio a las maniobras de coordinación.
Procesos de cambio
De esta forma, habrá una sola plantilla de pilotos capaces de afrontar ambas fases de vuelo y hacer frente al elevado número de simuladores, porque no olvidemos que los T-35 no disponían de elementos de simulación. Antes, según nos indica el Jefe de Fuerzas Aéreas, el teniente coronel Ildefonso Martínez-Pardo, tras la finalización del último curso 2022/2023, el actual cuadro de profesores del 791 Escuadrón realizará la transformación al nuevo material.
Nos explica que la dificultad de implementar estos cambios tan “radicales e innovadores” en la formación aeronáutica se debe a no poder detenerse a diseñar y elaborar con tiempo los nuevos planes, ya que la formación de pilotos no se puede detener, y por tanto, hay que hacerlo “en movimiento”. Por ello, el éxito de conseguirlo es controlar el “tempo” y la implicación del personal, diseñando planes específicos y aplicarlos a su debido tiempo.
El plan de transformación de los profesores de Tamiz ya está programado y se irá aplicando según se cumplan los requisitos temporales. Está compuesto por una intensa formación teórica a través de un avanzado sistema de e-learning, consta de una fase de vuelo virtual a través de varios simuladores, una parte de gestión de recursos Crew Resource Management (CRM) en donde se subrayan los aspectos más relevantes como instructor, y finalmente, en los nuevos aviones.
Unificación de sistemas
El teniente coronel Martínez-Pardo también nos explica que con la unificación de ambas fases con el PC-21, se produce un ahorro considerable de esfuerzo ya que no se duplican subfases en cada curso de vuelo, pudiéndose además practicar todo en los avanzados simuladores (FTD – Full Training Device) y se evita la familiarización que existe al volar un nuevo sistema, como ha ocurrido hasta ahora al pasar de volar el T-35 Tamiz al C-101 o al PC-21, ya en este curso 2022/2023.
La unificación de la plataforma hace entrar desde el principio a los alumnos a las nuevas tecnologías que aporta el PC-21, con la particularidad de que el estudiado software del aparato suizo permite adaptar la información y capacidad que da a cada fase en concreto de la enseñanza. Así, tanto en el momento de la planificación de la misión, en el sistema de planeamiento antes de iniciar el vuelo, o ya in situ mientras se realiza, el instructor puede controlar el proceso, quitando capas de información, ya sean tácticas, o el mapa digital, para que el alumno pueda realizar el aprendizaje del vuelo en visual sin dicha ayuda tecnológica.
Con los nuevos PC-21 la AGA estandarizará su material de vuelo a partir del curso 2023/2024. (Foto Julio Maíz)
Además, la utilización del PC-21, desde el principio, permite una mejor selección de los alumnos que no sean aptos para continuar su formación en la escala de vuelo del Ejército del Aire y del Espacio, sin tener que llegar a la fase básica, con el también considerable ahorro de costes.
Otra de las claves que permiten llevar a cabo desde el próximo curso este proceso de cambio es la fiabilidad del PC-21, que en la actual flota de 24 unidades llega al 95% de disponibilidad, en muy buena parte basada en su mantenimiento predictivo, que sustituye al tradicional reactivo. En todo caso dicho incremento de actividad de la flota hace necesario contar con más aviones para mantener en el tiempo la cada vez mayor actividad de vuelo, que se ampliará muy posiblemente en otra de las fases de enseñanza y un potente concepto logístico que soporte la elevada demanda de formación de pilotos.
Previamente a esta actividad, los Enaer T-35 Tamiz ya se van mandando en vuelo hasta las instalaciones que tiene la Maestranza Aérea de Sevilla (MAESE), en el hispalense aeropuerto de San Pablo, donde quedarán almacenadas en alguno de los hangares de esta instalación del Ejército del Aire y del Espacio a la espera de su destino, que podría ser su posible venta a un tercer país, dado el buen potencial de horas de vuelo que tienen. (Julio Maíz)