En la Comunidad Valenciana, hay más de 1.000 efectivos de la Armada, el buque ‘Galicia’, los cazaminas ‘Sella’ y ‘Duero’, seis equipos de buceadores y, ahora también drones del Instituto Hidrográfico de la Marina con sensores de última generación, que permiten medir distancias exactas, el espesor del lodo o el grado de humedad del terreno. Algo que facilita las tareas posteriores y el despliegue logístico necesario para llevarlas a cabo, siendo así más eficaces y eficientes.
Alfafar, Sedaví, Catarroja o Torrent son algunas de las localidades en las que está la Armada en labores como apertura de viales, achique de agua y retirada de lodo o reconocimiento submarino, sin olvidar la búsqueda de personas desaparecidas, en el subsuelo de inmuebles pero, también, en la línea de costa y la zona de la Albufera, a la que están dedicados un total de 42 buceadores divididos en seis equipos.
Por su parte, Ejército del Aire y del Espacio se puso a disposición de la UME, que tiene la dirección operativa, y, desde entonces, el contacto y la coordinación han sido permanentes para hacer frente a las consecuencias de la DANA. Los efectivos, enviados a Valencia, están participando en labores de rescate, reconocimiento de terreno, traslado y reparto de alimentos, agua y material de primera necesidad.
Una de las capacidades del Ejército del Aire y del Espacio, fundamental en este caso, es la producción de imágenes por satélite de zonas transitables, como puentes o comunicaciones terrestres entre municipios, recurso que ha permitido obtener información de localidades como Torrent, Buñol o Chiva, entre otros muchos.
Los efectivos del Ejército del Aire y del Espacio se encuentran alojados en la Base Militar ‘Jaime I’ de Bétera, donde están centralizados todos los militares desplegados, lo que facilita el mando, minimiza la huella logística y optimiza recursos.
El apoyo psicológico de las FAS
Además de las fundamentales tareas de ayuda al rescate, limpieza y desescombro en las que intervienen los efectivos de las Fuerzas Armadas en las localidades impactadas por la DANA en Valencia, la atención a la salud mental y el acompañamiento, tanto a los afectados como a los intervinientes, adquiere una vital importancia en una catástrofe de estas dimensiones.
Así lo sostiene la teniente coronel Pilar Bardera, jefa de la Sección de Psicología de la UME, que dirige actualmente el equipo de apoyo psicológico en el operativo desplegado en Valencia. En un principio eran un total de 16 profesionales de los distintos ejércitos, a los que se les han unido otros nueve, la mayoría de ellos psicólogos, pero también psiquiatras.
“La atención a esta parte de la salud requiere no sólo de una intervención reactiva, sino también preventiva”, afirma la teniente coronel Bardera, que explica que, aunque el esfuerzo principal de este equipo se centra en los más de 8.000 militares que trabajan incansablemente para recuperar la normalidad en la zona, también participan en el apoyo a la población civil o en tareas organizativas y de gestión de datos, formando un total de cuatro células de trabajo.
Entre ellas, destaca la célula de equipos móviles, que actúa detectando necesidades y desplazándose con los efectivos militares a las zonas en las que su asistencia pueda ser más requerida, como los rescates en los que se prevé encontrar fallecidos. Allí, cumplen con la importante tarea de dar soporte emocional a los allegados de los desaparecidos.
Según la jefa del equipo psicológico “con este trabajo emocional se atiende a los afectados, pero también a los intervinientes, que, a pesar de contar con una preparación previa, están viviendo situaciones especialmente duras”.
Desestigmatizar la intervención psicológica
Según la teniente coronel, aunque la bibliografía y la experiencia apuntan a que el impacto en la salud mental es menor cuando se trata de catástrofes naturales que cuando son originadas por las personas, como es el caso de acciones terroristas o guerras, el caso de la Comunidad Valenciana en concreto está teniendo un alto impacto.
“No se trata sólo de una inundación. La gente ha perdido absolutamente todo, su familia, su casa, su negocio, su coche, en diez minutos”, afirma Bardera sobre la magnitud del desastre.
El equipo de la UME comienza también a colaborar a partir de hoy en el Punto de Atención Psicológica para Familiares de Víctimas y Desaparecidos, creado por la Conselleria de Sanidad de la Generalitat, como parte de las medidas para garantizar la asistencia sanitaria a los afectados por el temporal. Asimismo, se ha establecido un centro de atención a los intervinientes de las Fuerzas Armadas en la Base ‘Jaime I’, en Bétera.
De acuerdo a la teniente coronel Bardera, normalizar este tipo de apoyos y desestigmatizarlos facilitan una adecuada intervención. Así, la aplicación de estas técnicas preventivas puede amortiguar el impacto de la catástrofe, para cuyo alivio las Fuerzas Armadas siguen dando lo mejor de sí mismas.