En fechas recientes Navantia informaba a través de sus redes sociales de la firma en Madrid de un Memorando de Entendimiento con la española Indra y la japonesa Kawasaki Heavy Industries “con el que se analiza la plataforma P-1 para operaciones marítimas”.
La incorporación de dos empresas españolas de primera línea, presentes en numerosos internacionales, se confirma que este MoU supone una oportunidad de expansión internacional de esta aeronave, dado el interés de muchos países en la plataforma.
¿De interés para el Ejército del Aire y del Espacio?
Además de los mercados internacionales donde se desarrolle este MoU, surge la posibilidad de proponer el avión de patrulla marítima japonés como solución de largo plazo para las carencias de patrulla marítima de largo alcance del Ejército del Aire y del Espacio español.
A falta de mayor información solo podemos recordar las características de este avión japonés, surgido precisamente para reemplazar al mismo P-3 Orion que se dio de baja en España en 2022 y para el que no se ha seleccionado reemplazo, paliando esta carencia con la adquisición el año pasado de ocho aviones C-295 de Airbus Defense and Space para vigilancia marítima y otros ocho para patrulla marítima, si bien como se ha analizado en repetidas ocasiones, no se dispondría del perfil de largo alcance y elevada autonomía del Orion.
Recordemos que Japón ofreció la tecnología del el P1 en 2018 a los dos países con los que España ha venido analizando soluciones para la necesidad de una aeronave de vigilancia marítima de largo radio de acción como son Alemania y Francia, si bien ambos han tomado otro camino, que en el caso de Alemania pasa por la llegada del Boeing P-8.
Japón ofreció ya en 2015 el P-1 a Reino Unido que finalmente adquirió el P-8A Poseidon de Boeing y en 2017 ofreció también a Francia y Alemania el avión completo para reemplazar a los Breguet Atlantic y Lockheed Martin P-3 Orion empleados para lucha antisubmarino y patrulla marítima en cada uno de los países.
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La firma del Mou (Navantia)
El Kawasaki P1
Con un precio en torno a los 310 millones de dólares por avión, el P-1 cuenta con avanzados sistemas desarrollados específicamente para las tareas de vigilancia marítima y lucha contra submarinos por empresas japonesas.
Dispone de un radar de escaneo activo (AESA) HPS-106 del fabricante Toshiba para la localización de submarinos y buques de superficie, formado por cuatro antenas integradas en el fuselaje con las que cubrir 360 grados, un detector de anomalías magnéticas (MAD) HSQ-102 por Mitsubishi Electric además de un sistema de detección de luces visibles o infrarrojas en superficie.
También cuenta con un sonar desarrollado por NEC, contramedidas suministradas por Mitsubishi, que incluyen sistemas de alerta de misiles (MWS), receptores de alerta radar (RWR), medidas de apoyo electrónico (ESM), sonoboyas HAS-107 asociadas a un avanzado procesador acústico HQA-7 y sobre todo un sistema de combate (Advanced Combat Direction System o ACDS) HYQ-3 que procesa las señales disponibles que está dotado de inteligencia artificial y que asiste al coordinador táctico (TACCO) en la toma de decisiones sobre decisiones durante misiones de búsqueda y ataque, desarrollado por Shinko Electronic Co. KHI es responsable también del datalink HSA-108 y Fujitsu del sistema FLIR HAQ-2.
Falta por saber primero si la propuesta, como podría suponerse por los prime contractors españoles está destinada al mercado nacional y si algunos de los equipos citado podrían reemplazarse por sistemas nacionales o ya en servicio en otros aparatos en busca de la comunalidad logística, lo que sin embargo podría alargar los plazos llegado el caso. (José Mª Navarro García)
