Los escenarios de futuros conflictos, que pueden derivar en enfrentamientos convencionales o híbridos, requerirán de sistemas de armas avanzados entre los que se incluye el mortero, una necesidad que ya ha sido identificada en distintos estamentos del Ejército de Tierra español.
En el reciente evento Vehículos de Combate del Ejército de Tierra del siglo XXI, organizado por el Mando de Apoyo Logístico del Ejército (MALE) con la colaboración del Grupo Edefa, se valoraron, por parte de diversos representantes del Ejército de Tierra, necesidades en torno al potencial de combate de las unidades de Fuerza 35 en base a carros y vehículos de combate. En el devenir de las aportaciones se hizo patente que, además de avanzar hacia nuevas tecnologías de misiles o de medios aéreos controlados a distancia, había que potenciar un arma clásica: el mortero.
Llama la atención que un sistema de tiro curvo que es económico de adquirir, sencillo de operar, versátil en muchas situaciones de combate y que está disponible en configuraciones ligeras, medias, pesadas o vehiculares, haya pasado desapercibido en distintos entornos de modernización del Ejército de Tierra. Es verdad que hay muchos de ellos de la marca Esperanza y Compañía (ECIA) en servicio en todo tipo de unidades que los transportan a pie o en vehículos, material con muchos años a sus espaldas que debería ser reemplazado o potenciado con nuevos equipos de puntería o municiones de efectos más contundentes que las ahora en uso.
Se trataría de revitalizar al mortero que ya se tiene de forma que pueda seguir siendo usado, aunque parece que las plantillas de Fuerza 35 ya contemplan algunos cambios respecto de la inclusión del mortero en la panoplia de armas de las unidades en el futuro Ejército de Tierra español.
El Alakran en su configuración de 120mm puede ser una buena solución “made in Spain” para el Ejército de Tierra. (Ejército de Tierra)
Aportación rentable
Por esas características de economía y versatilidad, el mortero convencional es de lo más rentable para distintas unidades, pues los más ligeros pueden ser llevados por los soldados en sus desplazamientos y los más pesados pueden actuar como Artillería en beneficio de la Infantería. No obstante, lo que debería contemplarse sería una planificación detallada que vaya en tres líneas de actuación para Fuerza 35.
Una sería reforzar a los morteros embarcados Cardom de 81mm que se adquirieron para el conflicto en Afganistán con otros de su mismo tipo, una actuación en la que ya se está y parece que hará que unos 60 ejemplares del EIMOS de Expal lleguen al Ejército de Tierra. No parece suficiente esa cifra y sería también positivo contemplar si el Alakran de 120mm del Grupo Everis, ya evaluado hace unos años por la Brigada “Alfonso XIII” II de la Legión, sería complementario al anterior; incluso, sería óptimo un nuevo mortero ligero de 60mm de nueva generación para unidades paracaidistas, de montaña o de Operaciones Especiales.
Una segunda línea de actuación sería ver si se pueden modernizar los BMR y TOA M113 portamorteros actuales, que serían sobre un par de centenares, para mantenerlos en servicio varias décadas o es conveniente otra solución. Sería la que llegaría con la tercera línea, la que se incluye en el programa del 8x8 Dragón que podría recibir una torre con uno o dos morteros de retrocarga que serían muy bien recibidos por la velocidad de entrada en posición y de disparo; la capacidad de combate del Ejército de Tierra en Fuerza 35 se beneficiaría en todo caso de una solución final que contemple varias de las actuaciones reseñadas. (Octavio Díez Cámara)
Fotografía portada: La solución de una torre avanzada en blindado 8x8 es sólo parcial porque solo se adquiriría medio centenar de ejemplares. (Patria)
Podría ser interesante contemplar la modernización de los morteros en TOA M-113 que están en servicio y mantenerlos en activo varias décadas más. (EMAD)