En febrero del año pasado dábamos a conocer la iniciativa de la compañía española Last Monkey Studio para desarrollar un simulador de entrenamiento táctico policial basado en realidad virtual. Ahora, algo más de un año después, y a pesar de la pandemia, la empresa tiene implantado su simulador, bautizado Octopus Tactical Software, en las Jefaturas de la Policía Local de Elche y de la Vila Joiosa.
Hemos tenido la oportunidad de probarlo en profundidad de la mano de Manuel Lastra, CEO de la compañía y socio fundador, Elena Valverde, socia fundadora y Ramón Medina, responsable de armamento e instructor de tiro de la Policía de Elche.
La Jefatura de la Policía Local de Elche, tras la firma del acuerdo de colaboración entre ambas entidades para el desarrollo del módulo Alpha, cuenta con una licencia del simulador que ha sido cedida por la empresa, gracias a la cual los agentes podrán continuar con sus entrenamientos en la Sala Octopus. La primera Jefatura en adquirir e implantar Octopus Alpha ha sido La Policía Local de La Vila Joiosa, que ha incorporado el simulador a un programa de adiestramiento integral de toda su plantilla.
Como adelantábamos hace algo más de un año, Octopus nace como una aplicación de entrenamiento policial en realidad virtual, una herramienta para que los agentes de policía, militares y personal de seguridad privada pueda formarse no tanto en la precisión en el empleo del arma sino en las reacciones, procedimientos y técnicas, así como en la respuesta adecuada a situaciones de estrés que pueden caracterizar las intervenciones policiales.
La compañía está completando un estudio estadístico en el que están participando cien agentes de policía de la Jefatura de Policía de Elche, que están conociendo esta valiosa herramienta, proceso en el que el autor pudo tomar parte. El objetivo es la obtención de información de utilidad de cara a estudiar y evaluar la respuesta de diferentes tipos de agentes a la formación con una herramienta inmersiva como esta y facilitar su adiestramiento en última instancia.
A diferencia de los agentes que participan en el estudio, el autor pudo probar el simulador sin cargar con el chaleco de protección, cinturón táctico ni radio, aun así puedo confirmar que la experiencia es muy inmersiva, la digitalización de los escenarios virtuales en los que tienen lugar los ejercicios está tan lograda que casi se pueden “tocar” las paredes, el interior de un coche o percibir la diferencia sutil en los edificios a los que se ilumina con la linterna que también puede usarse para simular escenarios nocturnos o interiores carentes de iluminación.
Como nos explica Manuel Lastra, una de las ventajas de esta herramienta es la facilidad para configurar nuevos escenarios digitalizando lugares reales o creando otros imaginarios. Se ha comenzado creando dos módulos, Alpha que corresponde al entrenamiento primario y que incluye cinco ejercicios con tres niveles de dificultad en entornos diurnos y nocturnos, que se ejecutan en una galería de tiro virtual creada a partir de las magníficas instalaciones con que cuenta la Jefatura de Policía de Elche. Bravo presenta entornos urbanos o industriales en los que se pueden crear situaciones reales incluyendo interacción con personas reales o animadas por inteligencia artificial.
Para configurar la sala del simulador se requieren al menos 5x5 metros, aunque se pueden configurar espacios mucho mayores. Para ello se habilita un espacio diáfano en función del tipo de entrenamiento a realizar, que cuente con suministro eléctrico para el ordenador que genera la realidad virtual, se instalan las estaciones base que emplean tecnología bluetooth, láser e infrarrojos para la transmisión de datos desde el tracker con que cuentan la pistola o la linterna, así como el casco de realidad virtual con el que se dota al usuario. Se trabaja ya en la digitalización de otras herramientas propias del entorno policial como pueden ser escudos antidisturbios o defensas, que tras integrar el correspondiente tracker, pueden ser digitalizadas y empleadas en la simulación.
Como funciona
El usuario se coloca un casco de realidad virtual inalámbrico dotado de dos lentes, una para cada ojo, donde se proyectan las imágenes generadas por ordenador, también cuenta con auriculares y batería portátil que le otorga una elevada autonomía. Para el entrenamiento con el arma corta se parte de un arma realista procedente del airsoft (en este caso una Glock similar a la empleada por los agentes de policía). Sobre la corredera se le ha instalado el tracker que “inserta” los movimientos en el entorno virtual, así como un sistema en la base del cargador con el que simula la acción de la recarga cuando hemos agotado la munición.
Igualmente se puede interactuar en escenarios nocturnos o de baja luminosidad ya que se cuenta con una linterna similar a la empleada en el entorno policial, con su tracker para insertar la acción en la simulación, de tal manera que solo seremos capaces de ver en la oscuridad aquellas áreas que iluminemos debidamente con la linterna, requiriendo la misma coordinación entre linterna y arma que en la vida real.
En el espacio diáfano destinado al entrenamiento, el usuario puede moverse libremente, tan libremente como su instinto le permita puesto que, ante él, en una realidad “muy real” se presentan obstáculos, pantallas móviles, llamadas para moverse de una posición a otra cada vez más rápidamente, así como los imprescindibles blancos a los que hay que disparar con la mayor precisión posible a diferentes distancias y desde diferentes ángulos.
El entrenamiento va incrementando su dificultad, empezando con ejercicios estáticos para familiarizarse con la “nueva realidad” que se presenta ante nosotros, la presencia muy real del arma y la linterna ante nuestros ojos, pero se va complicando según determine el instructor, mediante instrucciones visuales o auditivas que el tirador debe seguir, todo ello en un plazo de tiempo determinado. Junto a la sensación de realidad que puede experimentar en primera persona el usuario, se puede comprobar la dificultad, vista desde fuera, que experimentan los policías que participan en el estudio, requiriendo cada vez mayor agilidad y velocidad en sus acciones.
Instalaciones punteras
Las Jefaturas de Policía de Elche y la Vila Joiosa cuentan con muy buenas instalaciones a las que la Sala Octopus pone la guinda, dejando claro el compromiso de ambos Ayuntamientos con la seguridad y la innovación, dotando a las Jefaturas de medios muy avanzados. De hecho, el pasado 28 de abril tuvo lugar la presentación de Octopus en el Centro de Congresos de Elche en la que junto a Policía Local de la ciudad y Last Monkey Studio participaron el alcalde de Elche, Carlos González, el concejal de seguridad Ciudadana e Innovación Ramón Abad, el Jefe de Policía Local César Zaragoza y el Secretario Autonómico de Seguridad y Emergencias Jose María Ángel Batalla. Junto a Last Monkey Studio han participado activamente en el desarrollo de Octopus Alpha el inspector Aurelio Delicado y los instructores de tiro Pedro Martinez Ibarra y Ramón Medina. El siguiente módulo Bravo que verá la luz próximamente está siendo tutelado, por un equipo de instructores de la Vila Joiosa bajo la coordinación de Jose Luis Antolí agente de esta localidad y responsable de la Sala Octopus. (José Mª Navarro García)
Fotografía: Instructor de la Policía Local de Elche, haciendo correcciones durante el estudio (Last Monkey Studio)
El autor durante el ejercicio (autor)
Una captura de lo que vería el tirador durante uno de los ejercicios (Last Monkey Studio)
Uno de los agentes de la Jefatura de Policía de Elche participante en el estudio (autor)
Sala Octopus de Policía Local de La Vila Joiosa (Last Monkey Studio)
Agente de policía usando la linterna durante el ejercicio (Last Monkey Studio)
Uso combinado de pistola y linterna durante el ejercicio (Last Monkey Studio)
Octopus Tactical Software (Last Monkey Studio)