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Los sistemas de armas a los que se destinará el presupuesto de Defensa español 2023

El “Dragón” configurado para zapadores con el implemento delantero (foto General Dynamics).
El “Dragón” configurado para zapadores con el implemento delantero (foto General Dynamics).

La amenaza generada por Rusia en Europa y la presión de los vecinos y socios de la OTAN ha derivado en compromisos presupuestarios crecientes, que, en el caso de España, se han sustanciado por primera vez en una década en incrementos significativos. El compromiso con la OTAN de alcanzar el 2 por ciento del PIB (Producto Interior Bruto) en Defensa se ha trasladado a 2029, cinco años más tarde de lo inicialmente previsto, pero los pasos dados son importantes.

Recordemos que fue en febrero de 2014 cuando Rusia se anexionó Crimea y, en septiembre, la OTAN en su cumbre de Cardiff decidió que había que potenciarse, por lo que los aliados se comprometieron a destinar el 2 por ciento de su PIB a Defensa en diez años y emplear al menos la quinta parte de ese presupuesto a adquirir nuevos equipos. Para poner en contexto este compromiso, la Agencia Europea de Defensa calculó que entre 1999 y 2021 los presupuestos del sector en Europa crecieron de media un 19,7 por ciento, mientras que en Estados Unidos crecieron un 65,7, en Rusia un 292 y en China un 592.

De ahí que se esté viviendo una situación de efervescencia en lo relativo al destino de estas mayores partidas presupuestarias. Sin embargo, fuentes expertas han señalado la importancia de gestionar estos nuevos fondos con sensatez. Importante es recuperar las capacidades perdidas desde la crisis de 2008, asegurar el sostenimiento de los sistemas en servicio, reponer existencias de municiones de todo tipo y, una vez asegurado esto, lanzarse a nuevos programas, la mayoría ya previstos por el Ministerio de Defensa en virtud de los estudios realizados con la debida antelación.

Al mismo tiempo, desde las empresas, asociaciones empresariales y administraciones se pone en valor la necesidad de que estas partidas adicionales sirvan para potenciar la base industrial de la defensa en España, apostando por el I+D+i y la internacionalización, sobre todo junto a los socios europeos, con los que se pretende racionalizar, una vez más, las estructuras empresariales y los procesos de compra. Destacable es que se ha roto el tabú del incremento presupuestario, dándose este además por parte de un Gobierno progresista en el poder, a pesar de socios manifiestamente en contra de la Defensa y la inversión en esta. Analizaremos las principales magnitudes y programas anunciados.

Airbus ofrece la variante antisubmarina del NH90 a la Armada (foto del autor).

Principales magnitudes

El Consejo de Ministros aprobó el proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado, con un crecimiento del asignado a Defensa del 8 por ciento (incluyendo los fondos europeos, 6 si no se incluyen), destacando que la inversión crece un 25,8, de 9.791 millones de euros en 2022 a 12.317 en 2023 y permite pasar de un pobre porcentaje respecto a nuestro PIB del 1,02 (el penúltimo en la OTAN) al 1,2 por ciento. Según el Ministerio, se destinarán 4.900 millones de euros (frente a los 2.848 de 2022, lo que supone un incremento del 70 por ciento) a los PEA (Programas Especiales de Armamento), a partir de ahora PEM (Programa Especial de Modernización), con los que Hacienda estima se crearán 22.667 empleos.

En concreto las partidas 122A de programas de modernización y 122B de PEA, incluye 5.241 millones en 2023, 5.908 en 2024, 5.576 en 2025 y 5.766 en 2026. En los presupuestos aprobados para 2023 encontramos en la 122B, entre las mayores cantidades las del helicóptero multimisión NH90 (624,6 millones, repartidos entre la versión estándar para Tierra y Aire con 444,6 y la naval para Armada con 180 millones); el avión de combate Eurofighter con 619,9 millones para su modernización; o 525,6 millones para el FCAS (Future Combat Aircraft) junto a Alemania y Francia, en el que Indra es coordinador español y líder del pilar de sensores.

Para las futuras fragatas F-110 de la Armada se destinan 488,6 millones, 270 millones para los 3 aviones multipropósito de transporte y reabastecimiento A330 MRTT (Multi-Rol Tanker Aircraft) adquiridos por Airbus de segunda mano a Iberia. El avión de transporte A400M, también del Ejército del Aire y del Espacio, recibe 268,3 millones, estando previsto que este año se entregue el último de los 14 previstos, no habiéndose solucionado el problema de los otros 13 contratados, que España debe revender. Los submarinos S-80 de la Armada reciben 200 millones de euros y el VCR (Vehículo de Combate de Ruedas) 8x8 Dragón para el Ejército de Tierra, 189,5 millones.

Después encontramos la modernización de los helicópteros CH-47F Chinook del Ejército de Tierra (137,1 millones), de las fragatas F-100 (104 millones), los helicópteros de ataque Tigre del Ejército de Tierra (71,9 millones), más los 29,3 dedicados a su modernización a la versión Mk III. El BAM-IS (Buque de Acción Marítima de Intervención Subacuática) que construirá Navantia recibirá 69,8 millones; el vehículo de combate de infantería Pizarro del Ejército de Tierra, 58,2 millones; su carro de combate Leopardo 2E, 51,3 millones; el UAV (Unmanned Aerial Vehicle) estratégico europeo Euromale, 38,6 millones; y 38 millones de euros el programa de helicópteros H135 de Airbus Helicopters.

La estructura de financiación adelantada de los PEA obliga a fijarse también en los fondos aprobados para el Ministerio de Industria. Ahí encontramos partidas de I+D+i adelantadas a las empresas, que luego son devueltas según se desarrollan los programas y Defensa paga los pedidos. Bajo el concepto Apoyo a la innovación tecnológica en el sector de la Defensa encontramos 1.600 millones de euros destinados principalmente a la fragata F-110, el 8x8 Dragón, el helicóptero Tigre Mk III o el programa Halcón de adquisición de aviones de combate Eurofighter.

¿Veremos al F-35 en la Armada y en el Ejército del Aire y del Espacio? Los Presupuestos permiten dejar volar la imaginación (foto Lockheed Martin).

Los “nuevos” 13 programas

El Ministerio anunció la puesta en marcha de 13 nuevos programas de adquisición, que responden a necesidades tiempo atrás manifestadas entre los que hay pocas sorpresas. Este listado incluye tanto los programas, como los fondos previstos, así como las partidas ya incluidas en los próximos presupuestos de 2023. Para la adquisición de 4 aviones de patrulla marítima C295 MPA (Maritime Patrol Aircraft) se han previsto 580 millones de euros (170 en 2023), con los que paliar la baja de los P-3 Orion del Ejército del Aire y del Espacio. Se adquirirán a Airbus Defence and Space y serán fabricados en Sevilla, pero que sin embargo no ofrecen ni el alcance ni la autonomía de los veteranos aviones estadounidenses. Otras empresas españolas, como Indra, Saes, Tecnobit, Sainsel aportarían al programa por la parte de sistemas y sensores.

Airbus Defence and Space (DS) se beneficiará también del encargo de 6 aviones C295 para las tareas de VIGMA (Vigilancia Marítima) y búsqueda y rescate, o SAR (Search and Rescue) con los que reemplazar a los CN235 del Ejército del Aire y del Espacio. Se han previsto 560 millones de euros (153 ya incluidos en 2023), pudiendo participar otras empresas españolas, como en el caso del MPA.

El programa de helicóptero multipropósito de la Armada recibirá 900 millones de euros y está destinado para reemplazar a los helicópteros antisubmarino SH-60B con que cuenta la Flotilla de Aeronaves, estando previsto que se adquieran 8 helicópteros MH-60R a Estados Unidos (que ya ha dado su aprobación), como solución transitoria hasta la llegada de la variante naval del NH90, al estilo de lo que se ha hecho con los SH-60F de transporte. Poca nacionalización se ha previsto para este programa, quizá el suministro de sonoboyas por parte de SAES o de cohetes guiados de Expal. También contemplada tiempo atrás, estaba la adquisición de 2 buques hidrográficos para la Armada, a construir por Navantia en la bahía de Cádiz, valorados en 332,5 millones de euros, 40 en 2023. Se trata de navíos que desempeñan la importante tarea de mantener actualizada la información cartográfica de las costas y archipiélagos nacionales.

Ahora vienen los dos programas que más suspicacias y titulares han acaparado, pues se centran en la adquisición de nuevos aviones de combate con los que modernizar las capacidades del Ejército del Aire y del Espacio, si bien la falta de concreción pública del Ministerio en relación al tipo de aeronaves o su destino ha servido para disparar todo tipo de especulaciones. El primero es el sustituto del C.15M (denominación española del F-18) en el Ejército del Aire y del Espacio, que recibirá 4.500 millones de euros durante los próximos cinco años (130 en 2023). Se trataría de la adquisición de nuevos Eurofighter Typhoon de tranchas actualizadas, al estilo de lo aprobado en el programa Halcón para Canarias, que sin embargo no aparece claramente identificado.

El otro programa de adquisición de aeronaves es el que más polvareda ha levantado, al incluir en un mismo epígrafe el avión sustituto del AV-8B y el C.15M segunda fase. Mencionar específicamente el reemplazo del único avión de combate embarcado de la Armada es claramente apuntar al F-35B de Lockheed Martin, pero al agrupar este avión con una hipotética segunda fase del reemplazo del C.15M, se reconoce que se plantean la adquisición también de la versión convencional F-35A para el Ejército del Aire.

En repetidas ocasiones se ha analizado que la posibilidad de la Armada de dotarse con el F-35B, dada la poca entidad del programa, pasaría por la adquisición conjunta del F-35A para el Ejército del Aire, aunque técnicamente tengan menos en común de lo que se supone. Se han previsto nada menos que 6.200 millones de euros, ya incluidos 90 en el presupuesto de 2023. Se incluye en los presupuestos una partida de 201,2 millones para un memorando de entendimiento para la refabricación de los AV-8B, que, junto a los otros usuarios internacionales. permitirá mantenerlos hasta 2029.

El dual EIMOS para la Infantería de Marina española (foto Expal).

Misiles y sistemas

El sistema de defensa antiaérea Patriot del Ejército del Aire recibirá 1.400 millones de euros (145 ya en 2023) para la modernización a la versión 3+ y la adquisición de misiles PAC-3 (Patriot Advanced Capability) en lugar de los actuales 2+, lo que daría capacidad contra misiles balísticos. Tras el compromiso de Praga de 2002, se adquirieron 3 baterías de segunda mano a Alemania, de las cuales 1 está desplegada en Turquía desde 2014. La apuesta por esta modernización explicaría la no entrada de España en el programa Escudo Europeo Antimisiles liderado por Alemania y basado en el Arrow israelí.

Dos programas de elevada complejidad tecnológica, pero menos llamativos para la opinión pública, también han recibido importantes partidas. Uno es el SCRT (Sistema Conjunto de Radio Táctica), que plantea la renovación de las radios de las tres ramas de las Fuerzas Armadas, adquiriendo modernas definidas por software (SDR), que aseguren la interoperabilidad con nuestros aliados. Se dispone de un presupuesto de 738 millones de euros, 80 de los cuales en 2023. Ya se han suministrado algunas de última generación de la mano de Telefónica y Aicox, con Elbit Systems como tecnólogo, aunque hay otras propuestas de Indra, Thales España, Tecnobit, RFE (Harris) y Pap Tecnos.

El otro es el plan MC3 de renovación de sistema de mando, control y comunicaciones del Ejército de Tierra, para el que se han aprobado 970 millones (30,6 en 2023). Íntimamente relacionado con el SCRT, se renovarán los sistemas de planificación de misiones, comunicaciones desplegadas y otros equipos de alto valor. Además de los participantes en el SCRT, se plantea la entrada de otros, como Navantia. Sorprendente en parte es la apuesta por una aeronave no tripulada, que lleva años en desarrollo y de concepción tradicional, como es el Airbus SIRTAP (Sistema Remotamente Tripulado de Altas Prestaciones), que recibirá 348 millones de euros, 101 en 2023, para el reemplazo de los Searcher en servicio en misiones de inteligencia, vigilancia y reconocimiento del Ejército de Tierra, pero que previsiblemente dotará también al del Aire y del Espacio.

Nombre y apellidos tiene también el misil contra carro de la segunda fase, para el que se han previsto 287 millones de euros (119,9 ya en 2023). Se trata del Spike LR2 para el que Pap Tecnos ya ha establecido un plan industrial en nuestro país que maximice las ventajas del ya en servicio LR en Ejército de Tierra e Infantería de Marina. Se adquirirán 1.680 ingenios de avanzadas prestaciones y 168 puestos de tiro. Las empresas que participarán incluyen a Expal y FMG, entre otras. Conocido, y ya en proceso, está el mortero embarcado, para el que se han previsto 125 millones de euros (35 ya en 2023). Destinado a la adquisición de hasta 80 unidades del dual Eimos de 81 mm. de Expal sobre vehículo VAMTAC, para el Ejército de Tierra, 17 para la Infantería de Marina (que ya los está recibiendo) y 6 para el Ejército de Aire. 

Largamente esperado desde la desaparición de los cohetes en la artillería del Ejército de Tierra, el SILAM (Sistema Lanzacohetes de Alta Movilidad) recibirá 290 millones de euros (22 ya en 2023). Tiempo atrás la apuesta parecía basarse en el Astros de la brasileña Avibras, si bien los acuerdos más recientes parecen inclinar la balanza sobre el PULS (Precise and Universal Launching System) de la israelí Elbit System, convenientemente nacionalizado por un grupo que incluiría empresas como Expal o Escribano Mechanical & Engineering, aunque también quizá otras como el consorcio SMS (Sistemas de Misiles de España) -formada por Sener, GMV y Escribano-, Navantia, Instalaza en cabezas de combate o motores cohete y hasta Iveco España para proveer plataformas móviles.

La necesaria planificación previa

El sector reclama una vez más la necesidad de que estas políticas de inversión en Defensa consigan el apoyo de toda la sociedad en su conjunto y, en primer lugar, de todo el arco parlamentario, con el objetivo último de conseguir una ley de estabilidad presupuestaria para Defensa que permita al Ministerio y a las empresas planificar con un horizonte conocido y predecible. En los diferentes foros que han tenido lugar en los últimos meses la industria de defensa nacional ha celebrado los incrementos presupuestarios y se ha mostrado preparada, motivada para afrontar los nuevos retos, capacitada tecnológicamente y activa en el mercado multinacional y con intención de participar en los diferentes consorcios y programas europeos.

En alguno de esos eventos la ministra de Defensa, Margarita Robles. pidió a las empresas un esfuerzo especial para ganar peso y mejorar su posición en el exterior, llegando a afirmar que la industria de defensa de otros países de la Unión Europea nos está ganando la partida. También mostró cierta preocupación sobre el ritmo al que las empresas europeas están reponiendo el material que se está enviando a Ucrania, si bien, como nos recuerdan desde el sector, precisamente la planificación y la previsión es necesaria para prever las compras de materias primas, más aun teniendo en cuenta que algunos de los plazos obligan a las empresas a adelantar estas compras por su cuenta, sin la certidumbre de que se formalicen los contratos. (José María Navarro)

 

 

 

 


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