Portavoces de la firma brasileña informaron que, además de modificaciones en el tren de aterrizaje, aproximándolo al del Tucano, que también fabrica, y en el radiador, es prácticamente seguro que la versión definitiva del TX-c sea un turbohélice, al menos a nivel militar, quedando la opción civil opcional para motor convencional.
Esta iniciativa parte de un inquietud de la Fuerza Aérea Brasileña, que busca estandarizar la formación de los pilotos en sistemas de propulsión turbohélice. Aunque inicialmente se pensó en utilizar Allison- 250, y hasta en nuevos productos Rollss Royce, todo parece indicar que se elegirían algunas series de menor potencia de P&W PT-6, que la FAB vuela en Tucano, Súper Tucano y Cessna Caravan. Así mismo ya estaría concluida la instalación de puntos duros para porte de armamento en la aeronave.
Novaer estima que su prototipo será presentado formalmente (tal vez como ejemplar ya de preserie) al público extranjero en la FIDAE 2018. La empresa, además, ha sido visitada en Brasil por autoridades aeronáuticas de países del sudeste asiático, habiendo participado junto a otras firmas de ferias en ese continente. (Javier Bonilla)