Hace más de quince años comenzó el desarrollo del misil sudafricano aire-aire A-Darter, un nuevo misil de corto alcance que prometía romper el mercado, sin embargo el futuro se presenta más oscuro que nunca.
La Fuerza Aérea Sudafricana (South African Air Force o SAAF) y más tarde la Fuerza Aérea Brasileña (FAB) se convirtieron en los promotores de este misil que venía a competir con misiles consolidados en su segmento como el AIM-9 Sidewinder o su heredero moderno, el IRIS-I. Sin embargo las noticias que llegan de la compañía sudafricana Denel Dynamics no son halagüeñas y parecen confirmar las sospechas de la FAB.
En fechas recientes medios sudafricanos se hacían eco de que Denel Dynamics ha sido incapaz de cumplir los compromisos de entrega de misiles A-Darter a la SAAF, lo que podría obligar a ARMSCOR (Armaments Corporation of South Africa, la agencia de compras de material de defensa de Sudáfrica) a buscar otras compañías que completen el desarrollo del misil.
En 2015 ARMSCOR encargó a Denel Dynamics varias variantes del A-Darter, incluyendo misiles operativos, de prácticas e inertes para formación. Sin embargo el desarrollo del programa Assegai en el que colaboraban Sudáfrica y Brasil para sacar adelante el A-Darter acumuló cuatro años de retraso, considerándose completado en noviembre de 2019. En la actualidad las entregas no se han llevado a cabo debido a que el fabricante ha detectado problemas de seguridad en el interfaz que une el misil al avión, por lo que este componente no ha sido calificado aún. ARMSCOR incluso estaría buscando otras compañías para completar la industrialización y producción del misil.
La SAAF se ha visto obligada a continuar con las compras del IRIS-T a la alemana Diehl, una solución que se consideraba transitoria para dotar a los aviones de combate Saab Gripen C/D, la misma aeronave (en versión más moderna E/F) seleccionada por Brasil para su Fuerza Aérea.
El A-Darter anunciaba prestaciones avanzadas cuando se dio a conocer, con un sistema de guiado electroóptico de dos canales, posibilidad de enganchar sus objetivos en modo después del lanzamiento (Lock-On After Launch o LOAL), usando el radar del avión, el casco de presentación de datos del piloto o incluso el propio buscador o seeker del misil si la situación desaconsejaba el empleo del radar, un medio activo.
Considerado de quinta generación por el fabricante, el misil podía dispararse contra objetivos muy desalineados gracias al casco del piloto, al amplio ángulo de visión del seeker y a la maniobrabilidad del misil que emplea un motor de empuje vectorial. Anunciaba una gran resistencia a las contramedidas electrónicas (Electronic Counter-Ccountermeasures o ECCM) y un sistema de procesamiento de imágenes avanzado que le permitía rechazar falsas amenazas y optimizar la detección y seguimiento. Su alcance es de 20 kilómetros.
La apuesta brasileña
En 2016 Brasil firmó su participación junto a Sudáfrica del desarrollo del A-Darter aunque un año antes la Fuerza Aérea ya había encargado varios de estos misiles para pruebas y entrenamiento después de que por fin se lanzara ese mismo año el primer misil contra un objetivo en vuelo. Por entonces se consideraba que su desarrollo estaba al 90 %, aunque la realidad se impondría como hemos visto.
Los planes de la Fuerza Aérea Brasileña quedaron claros el pasado mes de febrero cuando confirmamos compras de misiles IRIS-T para los Gripen en lugar de A-Darter, como analizamos entonces. (José Mª Navarro García)
Fotografías: El misil A-Darter (Denel Dynamics)
