A comienzos de este año sorprendía la ambiciosa propuesta de la startup estadounidense Radia de construir el que ahora mismo sería el mayor avión de transporte del mundo (por volumen), el WindRunner, diseñado con la específica tarea de transportar las gigantescas palas para aerogeneradores de más de 100 metros de largo. Ahora se plantean para él aplicaciones militares.
La compañía con sede en Colorado plantea la construcción del WindRunner, un avión especializado en el transporte de palas de aerogeneradores de hasta 105 metros de largo cuyo desplazamiento por carretera es enormemente complejo y que son elementos imprescindibles de los aerogeneradores cada vez mayores que se emplean en las “granjas” (wind farms) como las GigaFarms de la propia Radia.
El avión está diseñado para transportar cargas de gran volumen, ofreciendo, 7.702 metros cúbicos de capacidad, y hasta 72,5 toneladas. Deberá poder despegar y aterrizar en pistas no preparadas de solo 1.800 metros de largo y tendrá un radio de acción de 2.000 km. Estas características son resultado de la misión para la que se ha concebido, transportar las palas desde los centros de producción a pistas próximas o incluso construidas al efecto cerca de las granjas de aerogeneradores, sin requerir el uso de aeródromos comerciales y sobre todo evitando el transporte de las palas por carretera.
El avión tendrá una longitud de 108 metros, una altura de 24 y una envergadura alar de 84, muy lejos de los 117 metros del Roc, diseñado también para otra particular tarea como el lanzamiento de ingenios espaciales. Empleará cuatro reactores para su propulsión (en la línea de la empresa se menciona solo que serán motores eficientes) y podrá alcanzar 0,6 Mach (740 km/h).
La empresa está realizando pruebas y simulaciones para validar el diseño final antes de iniciar la producción, estando previsto comenzar los vuelos comerciales a finales de 2027.
El pasado mes de julio, con motivo de la feria internacional Farnboroug Airshow se dio a conocer el apoyo de tres compañías en el proyecto WindRunner como son Aernnova, Leonardo y AFuzion. La española Aernnova se encargará de las alas y los pilones de los motores, Leonardo del fuselaje y AFuzion ofrecerá consultoría en seguridad y certificación
El espectacular diseño del WindRunner de Radia (Radia)
¿Uso militar?
Desde su aparición no son pocos los que se plantean la utilidad de este avión como transporte para aplicaciones militares, sobre todo dado el gran volumen útil que ofrece. Para echar más leña al fuego, el CEO de Radia, Mark Lundstrom ofreció a finales de agosto una entrevista en el medio Aerospace Global News en el que confirmaba el uso dual del WindRunner como transporte militar.
Comparado con los aviones de transporte militar más grandes el WindRunner destaca por el volumen ofrecido, muy superior incluso al que era el más grande, el Antonov An-225 Mriya destruido en Ucrania por Rusia, que ofrecía 1.300 metros cúbicos. Tras este, otros gigantes como el Antonov An-124 o el Boeing 747-400 ofrecen “solo” 1.160 o 610 metros cúbicos respectivamente.
Por ello Lundstrom destacaba la capacidad para transportar cargas voluminosas del WindRunner, más que por la capacidad de llevar cargas pesadas. Y es que, en comparación con los ya citados, las 72,5 toneladas no destacan frente a las 247 del destruido An-225, las 150 del An-124 o las 129 del C-5 Galaxy aunque sí supera las 60 del Ilyushin Il-76.
El gran volumen disponible ofrece la ventaja sin embargo de poder transportar grandes cargas sin tener que desmontarlas, como sucede actualmente con el transporte de aviones de combate o helicópteros. Por citar los cálculos de la empresa, el WindRunner podría transportar 6 aviones combate F-16 u otros 6 helicópteros Chinook sin tener que desmontar las alas de los primeros ni los rotores de los segundos.
Otra ventaja del WindRunner sería el posicionamiento en el mercado actual frente a la baja de algunos de los protagonistas tradicionales como el citado Lockheed C-5 o Boeing C-17 que dejaron de producirse ya. Tampoco hay visos de que el An-225 vuelva a volar a pesar de los acuerdos de Antonov con la industria china. Los planes de Antonov de incrementar la producción del An-124 estarían condicionados sin embargo por la evolución de la guerra con Rusia.
Más allá del transporte puntual de equipo militar como el enviado a las misiones internacionales por los miembros de la OTAN, que emplean habitualmente aviones Antonov e Ilyshin, Radia destaca que con un pequeño número de WindRunners se podrían transportar grandes cantidades de equipo militar, incluyendo aviones, como los que se están enviando a Ucrania y que también podrían usarse para evitar los grandes desplazamientos que requieren reabastecimiento en vuelo como los que se realizan en ejercicios o misiones internacionales.
Al transportarlos enteros, se ahorraría tiempo y personal en las tareas de montaje y desmontaje como hasta ahora. Sin embargo en todas estas misiones, el limitado alcance en comparación con los aviones militares citados supondría una desventaja, debiendo recurrir a continuos “saltos” para realizar vuelos estratégicos. (José Mª Navarro García)