Tecnologías armas aire-superficie
Revista Defensa nº 495-496, julio-agosto 2019
Octavio Díez Cámara, 26 de agosto de 2019
La proyección del poder ofensivo sobre objetivos de superficie ha sido siempre uno de los principios de actuación básicos para la aviación de combate. Paralelamente a la renovación de plataformas aéreas, que cada vez apuestan más por tecnologías furtivas y por evoluciones hacia conceptos de 5ª y 6ª generación, en los que los cazabombarderos serán sólo un elemento más de una serie de recursos volantes trabajando de forma integrada. Se actúa concibiendo, diseñado, produciendo y poniendo en servicio distintos sistemas de armas, que han sido pensados para realizar, tanto de forma autónoma como guiada por terceros, trayectorias que se inician en un punto elevado y acaban en uno localizado sobre la superficie.
También, cada vez con mayor profusión, se emplean en ese rol medios del tipo RPAS (Remotely Piloted Aerial System) modificados para actuar como arma de precisión autónoma o para portar equipos ofensivos de diverso carácter. Sea la plataforma un avión con piloto o uno pilotado a distancia, lo que hoy está disponible son cohetes, bombas o misiles -dejaremos de lado los específicos antibuque para un análisis específico-, en los que se han ido introduciendo modificaciones tecnológicas que inciden en su mayor alcance, para ser lanzados desde una distancia suficiente, o stand-off, que evite los sistemas de defensa antiaérea, en una mejor precisión para evitar daños colaterales y sobre todo efectos sobre civiles desarmados, en un mayor poder neutralizador que permite a algunos equipos atravesar bastantes metros de tierra o gruesas paredes antes de explotar, para causar sus efectos...
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