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Jueves, 21 de noviembre de 2024 Iniciar Sesión Suscríbase

Gibraltar y los “Royal Marines”

Láminas históricas de la Revista Defensa

El escudo cuya imagen presentamos primero, es el que lucen en su gorra de plato los miembros de la Infantería de Marina británica. Para comprender su significado es preciso hacer una breve reseña histórica pues los componentes del escudo se derivan de los hechos de armas de los Royal Marines.

El primer regimiento británico que se formó específicamente para prestar servicio en la mar, lo fue en 1664 bajo el reinado de Carlos II. Desde entonces combatieron a bordo de los buques y en tierra en numerosas ocasiones, entre ellas, la guerra de Sucesión española en la que, como es sabido, los británicos ocuparon el Peñón en nombre del rey Carlos III de España. Lo que no puede decirse que haya gozado de amplia difusión en la bibliografía habitual sobre Gibraltar, es el hecho de que fueron precisamente los Royal Marines quienes conquistaron el Peñón, según consta en una placa conmemorativa existente en la Capilla del Rey, aneja a la residencia del Gobernador de Gibraltar conocida como El Convento.
El control de este regimiento de tropas de mar, pasó alternativamente del Ejército a la Marina y viceversa, hasta 1755 en que se puso definitivamente bajo control del Almirantazgo. Pocos años después, en 1761, durante la conquista de Isla Bella, próxima a la costa francesa, la fiereza de estos infantes de Marina británicos fue tal que los franceses los reconocieron como los de mayor combatividad de entre sus enemigos. Desde entonces, en su gorra lucen las hojas de laurel. El anda es la expresión más genuina de lo naval y por ello, su empleo en los escudos navales es una práctica posiblemente universal. La brigada de Marines participó en la defensa de Gibraltar durante el Gran Sitio de 1779-1783. Entre otros lugares, combatieron en la Península Ibérica durante las guerras napoleónicas; en América del Norte en 1775-1783 y de 1812 a 1814; en el Caribe en 1804; en Turquía en 1807 y en Dinamarca en 1809. El 1802, el rey Jorge III les dio el título de Royal, de forma que, a partir de entonces serían los Royal Marines. De aquí la presencia de la corona y el león, inconfundiblemente británicos. En 1827, se le pidió al rey Jorge IV que escogiese algunos nombres de entre una lista de 106 batallas y combates en los que habían participado, para incluirlos en la nueva bandera de los Royal Marines. En consecuencia, a la vista del impresionante palmarés de hechos de armas, el 26 de septiembre del mismo año, el rey citado seleccionó el escudo con el Globo terráqueo como el símbolo que mejor podía representar a sus Infantes de Marina. Además, decidió suprimir todos los nombres propuestos excepto uno: Gibraltar. Puede suponerse que como reconocimiento del valor estratégico excepcional que tenía (y tiene) la colonia británica y como muestra del agradecimiento real a quienes un siglo antes arrebataron el Peñón a los españoles.

De hecho, los tiempos cambian y las colonias desaparecen una tras otra, menos Gibraltar, en donde continúa la presencia británica, entre otras razones por la importancia extraordinaria que el Peñón sigue teniendo desde el punto de vista militar. Pero el caso es que Gibraltar tiene unas limitaciones figurando entre las mismas la de no tener espacio suficiente ni playas adecuadas para adiestrar a sus tropas en operaciones anfibias pero, ya que los españoles utilizan la playa del Retín, cerca de Barbate y a poca distancia de Trafalgar ¿porqué no usarla ellos también? Así que, desde hace varios años, hemos podido verlos en repetidas ocasiones, con su Gibraltar en la frente, desembarcando en la playa del Retín —suponemos que esta vez sin poner una bandera en tierra— a unos 100 kms del Peñón.
Como ejemplo de lo que es orgullo y amor por sus tradiciones. por parte de los Royal Marines puede servir el hecho real que pasa a narrarse, relacionado con la utilización del Peñón como símbolo. El Cuartel General de los Royal Marines está en Plymouth. Tiene unas magnificas estancias decoradas con cuadros impresionantes sobre sus numerosos hechos de armas. Una pintura muy bonita, de grandes proporciones, cubre una pared casi por completo con la imagen del peñón de Gibraltar a vista de pájaro. Pues bien, hace unos veinte años, un oficial español estuvo en ese Cuartel General, en una reunión de trabajo, en la fecha en la que celebran su fiesta anual y, como es lógico, fue invitado a ella. No le hacía mucha gracia pero se quedó. Grave error. Durante la cena de gala, ver Gibraltar, Gibraltar, Gibraltar... a izquierda y derecha, delante y detrás, en los numerosos escudos del Cuerpo, no resultaba un plato de buen gusto así que como evasión, mira hacia arriba.., para encontrarse un Gibraltar todavía más grande, en el cuadro que cubría la pared. Como diría un castizo: ¡Que no quieres arroz Catalina! ¡Toma dos tazas! Pero si fuesen sólo dos tazas pase porque todavía quedaba lo peor... el postre!, algo increíble: una inmensa tarta cuya sorpresa no saldría de su interior sino que era la misma forma de la tarta, un peñón de Gibraltar de bizcocho, crema y chocolate! Ante su vista, el oficial español se dijo: ¡horror, tres tazas! Así que cuando los británicos —muy flemáticos y tradicionales ellos— le invitaron a participar también en el corte de la tarta (¿por qué no?), se levantó, dio las buenas noches y tranquilamente se marchó a su hotel.

El escudo de Gibraltar es el mismo que le otorgase la Reina Isabel la Católica y que en la actualidad sigue utilizando el vecino municipio español de San Roque

Bandera de los Royal Marines que se guarda en la Capilla del Rey gibraltareña

Escudo del Cuartel General de las Fuerzas Británicas en Gibraltar

Escudo del “Gibraltar Regiment”

Escudo de la patrullera “Ranger”

Escudo de la patrullera “Trumpeter”

Escudo de la Real Fuerza Aérea en Gibraltar tiene por leyenda un pretencioso: “Guard the Gateway”

Texto y fotografías: A.L.F.


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