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Porta-estandarte del 7º de Dragones de Numancia (España 1805)

Láminas históricas de la Revista Defensa

Es a mediados de la Guerra de Sucesión española, cuando en la ciudad sevillana de Osuna el Duque de ese nombre, sucesor de aquel otro que bien hubo de figurar en la corte del tercero de los Austrias, ofrece al nuevo rey Felipe de Borbón crear a expensa suya un cuerpo de dragones, al que titularía con su nombre pero que más bien sería conocido por el de sus coroneles. Esto hasta que pasada la guerra y en virtud de la nueva organización, saldría una R.O. el 10 de febrero de 1718 por lo que quedaría con el nombre fijo de Regimiento de Dragones de Numancia. El rey aceptó el ofrecimiento y el 3 de abril de 1707, concedió el correspondiente real despacho, en que constaba la citada fecha de su creación para todo efecto de antigüedad.

El Duque por haber servido anteriormente en un tercio de dragones, se aprestó a organizarlo en aquel su laudo, tal como era rigor en los regimientos de caballería de entonces, o sea con la fuerza de tres escuadrones de doce compañías a 35 plazas montadas.
Su primer uniforme era netamente español; luego influiría la moda francesa Se componía de casaca larga a faldón suelto de color verde oscuro, la divisa amarilla mostrada en la dragona y en los amplios puños. Cubría la cabeza con birretina verde y su frontalera era curva forrada con tela del color de la divisa, orlada por galón dorado. Calzaba fuertes botas de cuero negro con polaina alta por encima de la rodilla.
Las armas eran la espada larga recta, un fusil que con la bayoneta calada, se usaba como pica y las correspondientes pistolas.
Al quedar organizado se incorporó al Ejército de Andalucía que mandaba el propio Osuna, a la sazón Capitán General de la región. En 1 708 recibió ordenes de agregarse al Ejército de
Extremadura mandado por el marqués de Bay, que operaba por territorio portugués, donde la guerra parecía haber languidecido tal vez por la derrota que en la batalla de Almansa. dada en 1707 habían sufrido las fuerzas anglo-lusas del marqués de las Minas y de Lord Galloway.
En tierras portuguesas los Dragones, que ahora mandaba el primero de sus coroneles. Don Diego González, se destacaron pronto por el ímpetu y la bravura de sus cargas, tanto en los sitios de Moura y de Serpa como en Gudiña en la que pelearon junto a los Dragones de Pavía y al pasar a Cataluña, sus acciones fueron notables, tanto. que el propio monarca consciente de su valía se hizo acompañar por ellos en la retirada a Valladolid, tras el revés sufrido en Almenara y Zaragoza. Volvieron después a Cataluña para, con el Ejército del marqués de Lede intervenir en numerosas acciones en las que demostraron tanto valor y arrojo como para recibir el sobrenombre “Los Numantinos ‘ De ahí vino el nombre del Regimiento adoptado en la RO. de 1718.
Una vez terminada la guerra de Sucesión, en 1714, estuvo acantonado hasta que en junio de 1718, embarcó hacia Italia, agregado a las fuerzas del marqués de Lede con misión de participar en la campaña de Sicilia. Era una campaña preliminar preparada por la ambiciosa Isabel Farnesio y el intrigante consejero y futuro cardenal Alveroni, al objeto de recabar para sus hijos la soberanía de los ducados de Italia.
Mandaba ahora el Numancia el coronel Don José Vallejo, distinguido guerrillero con los Dragones de la Muerte y que en la batalla de Almenara sacó de apuros al rey Felipe. Al mando de este bravo jefe, se batió el Regimiento por La Rametta, Siracusa y Trapani, hasta el armisticio en 1720, trasladándose luego a Marruecos donde luchó por Ceuta y Tetuán
En 1743 en virtud de segundo Pacto de Familia con Luis XV de Francia, volvieron a cabalgar los Dragones de Numancia por los campos de Italia, esta vez en el Ejército que mandaba el infante Don Felipe, para la conquista de Lombardía y el Milanesado. Intervino en la batalla de Santa Maria dell Orto Codogno Cavacurta. Después ocuparía Varcello y Reggio en lucha contra un gran contingente de fuerzas austriacas a las que logró vencer. Cuando en 1746,
termina la campaña de Lombardía, los sueños de la soberana se han cumplido al ser Carlos VII firme rey de Nápoles y Felipe, amo y señor de Parma y Plasencia.
En 1747 el Regimiento Numancia regresó a España reinando ya Fernando VI hijo de aquella que fue llamada la “Saboyana”. El rey amaba la paz y el país, atravesó por ello un período de calma que duraría tres lustros. Pero en 1762,los del Numancia volvieron a la pelea, tanto en suelo patrio como en Ultramar. Despues, incluído en el Ejército del Rosellón combatió contra los dragones franceses, a los que venció en los campos de Llers.
Al estallar la Guerra de la Independencia, luchó aún mas encarnizadamente contra Napoleón, cuyos lanceros polacos húsares o coraceros. habrían de recordar por mucho tiempo a esos Dragones de Numancia que por tierras de la Mancha, de Aragón, Cataluña y Levante, eran firmes de brazo a la hora de asentar cuchilladas y mandobles. Tal fue la entrega de este cuerpo de Dragones a los deberes de la Patria, que forzosamente hubo de sufrir merma en sus efectivos. Por eso, en 1814, completó sus filas con los Húsares de Catalunia antes llamados de San Narciso, y además con el segundo escuadrón de Dragones de Soria, elevando su fuerza a 1221 hombres y 598 caballos.
El regimiento quedó disuelto en 1823, por causa de la época constitucional que conmovió la organización del Ejército, pero en 1842, volvió a organizarse como Regimiento de Caballería nº 14, con nueve compañías, incluida la de tiradores. Hubieron de aportar para ello tropa y caballos los 14 regimientos del Arma existentes. La aportación consistió en 2 sargentos, 6 cabos, 14 soldados y 25 caballos. Además se destinó de los reemplazos de 1841 y 1842, 460 hombres. También 89 caballos del disuelto Cuerpo de Guardias Reales. Y así, de este modo, en la revista de marzo de ese año figuró con 736 hombres y 452 caballos.
El regimiento pasó aún por diversas alteraciones en el curso del tiempo, en cuanto a su uniforme. Queda descrito cómo fue en su origen. En 1718 es ya 1º de Dragones con casaca amarilla y divisa azul; 1741, 8º de Dragones, casaca amarilla y divisa negra; 1802, 1º de Húsares, casaca celeste y divisa encarnada 1805, 7º de Dragones, casaca amarilla y divisa negra 1814. 7° de Ligeros, casaca amarilla y divisa azul; 1816 2º de Cazadores, casaca verde y divisa encarnada; 1821 9º de Ligeros, casaca verde y divisa carmesí; 1841, 14° de Caballería, casaca amarilla y divisa carmesí; 1847, 4º de Lanceros casaca amarilla y divisa morada; 1849, 12º de Lanceros, casaca encarnada y divisa azul.
El estandarte era en color granate. guarnecido por fleco dorado y mostraba el ave fénix resurgiendo de las llamas de una rama de canela con la locución latina que muestra el
dibujo, traducida por “Numancia antes quemada que vencida’.

(Texto y dibujo de Miguel de Montaner)


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