¿Qué aprendió Churchill con la campaña de los Dardanelos? Sin lugar a dudas le hizo ser muy consciente de los riesgos políticos asociados a abogar por grandes operaciones. Con esta reflexión Richard Dannatt y Allen Packwood presentan el libro «El Día D de Churchill», un trabajo de investigación histórica donde ofrecen una historia viva sobre los hechos ocurridos en la invasión de Normandía, sus preparativos y sus consecuencias. La intención es ofrecer la génesis, la ejecución y las secuelas del Día D a través de los ojos del propio Winston Churchill.
Al amanecer del 6 de junio de 1944, el desembarco de la mayor armada de buques jamás reunida comenzó a las 6:30 horas. Durante la noche, los paracaidistas aseguraron el flanco oriental de la zona de desembarco, mientras que otras Divisiones Aerotransportadas estadounidenses protegían el flanco occidental para evitar contraataques alemanes. Cuando Gran Bretaña se despertó con la noticia del desembarco, la declaración formal ante la Cámara de los Comunes recayó sobre su Primer Ministro, Winston Churchill.
Aunque Churchill era consciente de la enorme responsabilidad que tenía para con los soldados británicos y los civiles franceses, y aunque sabía que sus oponentes políticos cuestionarían su liderazgo, apenas compartirá las conversaciones, los pensamientos más íntimos, las deliberaciones y las decisiones que ha estado tomando y que seguirá tomando en este día. Todo pende de un hilo.
Winston Churchill es recordado como el primer ministro que durante la Segunda Guerra Mundial guió a Gran Bretaña hasta la victoria. Sin embargo, su reputación se basa mucho más en los hechos de 1940 que en los de 1944. Lo que todavía se cita es la oratoria que exhibió durante la batalla de Inglaterra y el Blitz: su promesa de “sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor”, su determinación de guerrear hasta que se obtuviera la victoria, su desafiante afirmación de que “nunca nos rendiremos”.
En la esfera pública apenas se le menciona en relación con el Día D. Cuando se alude a él, además, el contexto suele ser negativo: se sugiere que Churchill demoró deliberadamente y obstaculizó los intentos de organizar un asalto a través del canal de la Mancha ya en una fecha más temprana. Con ello habría prolongado de forma innecesaria la guerra y el sufrimiento de incontables millones de personas en Europa.
Como líder de Gran Bretaña, Churchill participó en la planificación y realización de la “Operación Overlord” (la invasión de Francia) desde el principio. Este libro pretende analizar y explicar su papel. Cuenta con un total de doce capítulos y se divide en dos partes: la planificación y la realización.
Se trata de una historia complicada que solo puede entenderse en el marco de la derrota y debilidad de Gran Bretaña en los primeros años de la segunda guerra mundial. Requiere entretejer diferentes hilos: las diversas alianzas políticas, las estrategias militares en conflicto, la evolución de las necesidades tácticas, los colosales desafíos logísticos.
Los hechos nos llevarán a Downing Street, al Parlamento británico, a la Casa Blanca estadounidense y al Kremlin ruso; al norte de África, Grecia, Italia y Francia. Nos encontraremos con un elenco de personajes sumamente variado, algunos ya bien conocidos de la historiografía: líderes nacionales como el presidente Roosevelt, el mariscal Stalin y el general De Gaulle; comandantes militares como los generales Alexander, Brooke, Eisenhower, Marshall, Montgomery y Patton o los almirantes Cunningham, Mountbatten y Ramsay.
Pero también se presentan a otros cuyos nombres no son los habituales, una selección entre la gran variedad de hombres y mujeres que hicieron posible el Día D gracias a su trabajo, a veces enfrentándose a peligros notables, a menudo en secreto y bajo una gran tensión. Señalan que escribir este libro les ha recordado una y otra vez que el éxito del Día D no fue en ningún caso una conclusión cantada. En su momento, muchos dudaron de que funcionara; y abundan las razones por las que en efecto podría haber resultado un desastre.
Afirman los autores que, desde nuestro presente, se puede afirmar que esta gesta fue un gran logro. Sin embargo, en su momento, Churchill, Eisenhower y los demás comandantes no podían tener la certeza de que fuera a resultar así. Era una operación colosal de la que dependían muchas cosas. En el caso de Churchill, hubo titubeos y un deseo de no haber querido jugárselo todo a una única carta.
Al final, “Overlord” sólo puede juzgarse a partir de su éxito y el líder británico fue uno de sus arquitectos. El trabajo cuenta con mapas y un extenso álbum de fotografías, una descripción del ejército Aliado, una bibliografía y un detallado índice analítico. Allen Packwood es miembro del Churchill College de Cambridge y director del Churchill Archives Centre.
Es archivero titulado y trabaja en el Centro desde septiembre de 1995. Allen fue comisario de las exposiciones "Churchill y la Gran República" (2004) y de "Churchill: The Power of Words" (2012). El General Lord Richard Dannatt es un militar británico retirado que fue general y Jefe de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas Británicas.B (Gabriel Cortina)
Ficha técnica
El Día D de Churchill
Richard Dannatt y Allen Packwood
Editorial Crítica
370 páginas