El próximo 22 de abril va a tener lugar el acto de puesta a flote del S-81 Isaac Peral, el primero de los 4 submarinos de última generación que Navantia construye para la Armada española en sus instalaciones de Cartagena. Es uno de los grandes hitos del programa, tras el cierre de casco, al que asistimos a finales de 2019, no mucho antes de que la pandemia nos robara a todos la posibilidad de acudir de forma presencial a multitud de eventos. Con la puesta a flote del S-81, el submarino abandonará definitivamente las instalaciones a cubierto de Navantia, finalizando así la fase de construcción y dando comienzo las pruebas de puerto y de mar por parte de la Armada previas a su entrega, prevista para el primer trimestre de 2023.
Los otros 3 submarinos del programa llegarán en junio de 2024, abril de 2026 y agosto de 2027, materializando el programa de construcción naval más ambicioso de la historia de España y de su contratista principal, Navantia. La Armada dispondrá así de 4 modernos sumergibles dotados de las últimas tecnologías y con un sistema de propulsión independiente del Aire (AIP) desarrollado también en España. Gozará de una elevada autonomía, sistemas de armas avanzados, así como comunicaciones, sensores y sistemas de mando y control de última generación, además de los sistemas de apoyo en tierra, incluyendo simuladores.
El otro objetivo del programa era capacitar a la industria nacional para diseñar y construir un tipo de buque de elevada complejidad técnica y tecnológica. En este sentido, España ha logrado entrar en el selecto grupo de países capaces de diseñar y construir modernos submarinos, consolidando áreas de conocimiento, como las de tecnología de materiales, hidrodinámica, mecánica o acústica, que se han asentado en una base industrial especializada y capaz, instalada principalmente en torno a Cartagena.
Sirva como ejemplo que en la Región de Murcia supone el 10 por ciento del empleo industrial, una aportación al PIB (Producto Interior Bruto) en torno a 200 millones de euros, equivalente a un 4,7 por ciento de esa zona. A los casi 4.000 millones de euros de presupuesto hay que sumar los 6,4 millones de horas de ingeniería, más de 2.100 empresas, de las que más de 850 son españolas. Muchas han desarrollado tecnologías duales de última generación que podrán aplicarse a otros sectores, contribuyendo a la creación de un moderno tejido industrial. Se han creado más de 2.000 empleos anuales derivados, tanto propios como de la industria auxiliar y hasta 7.000, incluyendo la red de proveedores.
El S-80 se posicionará además en el mercado internacional ,con la intención de competir en las licitaciones en curso y futuras, caso por ejemplo del programa P-75(I) indio, esperando repetir los éxitos de exportación de las fragatas F-100 o los buques anfibios, siendo destacable el caso de Australia, cuya Armada Real se encuentra ahora debatiendo el futuro del programa de submarinos por el que inicialmente apostaron.