La necesidad de reforzar áreas de la Defensa descuidadas durante mucho tiempo está llevando a diferentes países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) a adquirir sistemas de armas de los que carecían. Ese sería el caso de Portugal que acaba de anunciar oficialmente que ya tiene seleccionado el sistema con el que reforzará la capacidad antiaérea de sus unidades terrestres, un entorno en el que, hasta hace unos pocos años, seguían usando el vetusto sistema estadounidense M48 Chaparral, basado en misiles tierra-aire Sidewinder.
Lo que el Ejército de Portugal va a incorporar es el sistema RapidRanger de la compañía Thales. Por lo que sabemos, se trata de un conjunto instalado en un pedestal con movilidad de 360º que es lo suficientemente ligero, porque su masa no llega a la media tonelada, para poderlo instalar en vehículos como los todoterreno Uro VAMTAC ST5, que ya operan en Portugal.
El RapidRanger consiste en un módulo de vigilancia de objetivos, con capacidad ATT (Automatic Target Tracker) y con un equipo infrarrojo pasivo IRST (Infra-Red Search and Track), que, con un alcance estimado de unos 15 kilómetros, se sitúa en una posición central junto a cuatro lanzadores de misiles.
El Ejército de Portugal va a incorporar una capacidad antiaérea basada en el sistema de lanzadores móviles RapidRanger de lThales. (Thales)
En su caso, según concreta Thales, que fabrica el conjunto que acaba de ser adquirido para mejorar la capacidad antiaérea militar del Ejército de Portugal, este sistema está optimizado para trabajar tanto como los del tipo Startreak, caracterizados por una ojiva con tres dardos penetradores que viajan a muy alta velocidad, como con los nuevos LMM (Lightweight Multirole Missile); éstos últimos pesa menos de 13 kilogramos y vuelan a Mach 1.5.
No tenemos detalles concretos sobre las fechas de la llegada del RapidRanger a Portugal Sí que la adquisición se habría realizado a través de la agencia NSPA de la OTAN y que la previsión inicial contemplaría reforzar la capacidad antiaérea lusa con una combinación de equipos en los que se invertirían más de 30 millones de euros.
Se apostaría por al menos dos radares móviles tridimensionales y un número no inferior a 8 lanzadores cuádruples sobre vehículos para incidir tanto en su movilidad táctica como estratégica, reforzando con esos medios la capacidad antiaérea y dando cobertura a determinados emplazamientos propios que, como los Puestos de Mando, requiriesen de lo que aportan. (Octavio Díez Cámara)